La parálisis de USAID deja en vilo las investigaciones de la JEP
El presidente de la justicia transicional pactada en el Acuerdo de Paz, Alejandro Ramelli, advierte que recibe de la cooperación estadounidense 15.000 millones de pesos al año para las investigaciones judiciales
Los impactos del anuncio del Gobierno de Donald Trump de recortar los recursos de USAID, la mayor agencia de cooperación internacional del mundo, empiezan a sentirse en Colombia. Este lunes, el presidente de la Jurisdicción Especial de Paz (JEP), Alejandro Ramelli, ha dicho en una rueda de prensa que quedan en riesgo las investigaciones de esa justicia transicional contra exintegrantes de las FARC y agentes de la Fuerza Pública. El magistrado ha aclarado que algunos de los casos, sobre los más graves delitos cometidos en el conflicto armado en Colombia, se financian mayoritariamente con dineros del Gobierno estadounidense. Serían unos 15.000 millones de pesos (alrededor de 3,5 millones de dólares) anuales los que quedan en suspenso con la criticada decisión de la nueva Administración norteamericana. “Ojalá esa decisión sea algo provisional, por un período de 90 días. Confiaría en que pueda revertirse por la importancia que tienen estos fondos para investigar este tipo de crímenes”, dijo.
El magistrado aclara que sus 11 macrocasos, que estudian los casos más graves de los delitos más representativos cometidos en determinadas áreas geográficas o contra ciertos grupos poblacionales, han recibido recursos de esa fuente, pero que actualmente son tres los que perciben esos recursos. Se trata del que se adelanta por el genocidio de la Unión Patriótica, el asesinato masivo de miles de militantes de izquierda entre los años 80 y 90; el que investiga la violencia sexual cometida por exguerrilleros y agentes del Estado contra víctimas de todo tipo; y el que indaga en los delitos cometidos por los dos actores contra los pueblos étnicos e indígenas. “En ambos casos hay exintegrantes de FARC y Fuerza Pública involucrados”, ha explicado el togado sobre los dos últimos. Y aclara que sin esos recursos, sencillamente “no se puede investigar”.
Los dineros que destinaba USAID a la JEP en este momento buscaban financiar la aplicación de sanciones propias, las actividades que tendrán que ejecutar los responsables que acepten sus fallas, en lugar de las condenas ordinarias en cárceles. En el pasado, también han servido para el funcionamiento del tribunal transicional, por ejemplo cuando ha impuesto medidas cautelares para proteger zonas donde se presume que puede haber personas desaparecidas, intervenir territorios afectados por el conflicto armado o incluso obtener asesorías puntuales para los despachos judiciales que requieren un apoyo adicional en medio de las investigaciones.
Los datos de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) muestran que Estados Unidos proporcionó el 70% de la ayuda humanitaria que llegó a Colombia durante 2024, equivalente a más de 330 millones de dólares (o alrededor de 1.4 billones de pesos, todo el presupuesto del Ministerio de las Culturas para ese mismo año). Aproximadamente la mitad de ese dinero llegó a través de la USAID, muy por encima de cualquier otro gobierno o entidad privada. “El presidente [Donald] Trump dijo claramente que Estados Unidos ya no va a repartir ciegamente dinero sin retorno para el pueblo estadounidense. Revisar y realinear la ayuda exterior en nombre de los contribuyentes que trabajan duro no es solo lo correcto, es un imperativo moral”, señaló en un comunicado el Departamento de Estado.
Este lunes, los funcionarios en Washington de la agencia de desarrollo han amanecido con la sede cerrada y un correo en el que se les ordenaba no ir a ella. Horas más tarde, el secretario de Estado, Marco Rubio, ha anunciado que asumirá las funciones de director encargado de USAID por noventa días, mientras se define el futuro de la entidad. En sus primeras horas como director, el político republicano ha declarado que USAID “no es una ONG independiente” pues, argumenta, debe actuar según los intereses del Gobierno estadounidense.
En varios trinos en X, el magnate y director del Departamento para la Eficiencia Gubernamental de Estados Unidos, Elon Musk, emitió opiniones similares. Es “un cesto lleno de gusanos, sin ninguna manzana”, trinó en la red social de la que es propietario. Días antes, el fundador de Tesla ya se había referido a esta agencia con el mismo tono: ”un nido de víboras marxistas de la izquierda radical”. Previamente, el Gobierno de Trump había alegado para paralizar la mayoría de los programas que la ayuda humanitaria que proporcionaban “no se corresponde” con los intereses estadounidenses.
En Colombia, el Gobierno de Gustavo Petro ha informado que intentará suplir algunos de los recursos faltantes por el posible retiro de la USAID, no solo en la JEP sino en todo el Estado colombiano, con nuevos cooperantes con dinero del presupuesto nacional, que está en déficit.