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Daniel Felipe Martínez, el ‘escarabajo’ heredero

El subcampeón del Giro de Italia emerge como la figura con mejor actualidad del ciclismo colombiano. Tras declinar competir en el Tour de Francia, es una de las grande apuestas de Colombia en los Juegos Olímpicos

Daniel Felipe Martinez
Daniel Felipe Martínez festeja el triunfo en una etapa de la Volta ao Algarve, en Portugal, el 18 de febrero.Dario Belingheri (Getty Images)
Santiago Triana Sánchez

El adulto Daniel Felipe Martínez (Bogotá, 28 años) ha contado en numerosas entrevistas que, cuando era niño, el deporte que lo apasionaba era el fútbol. Pese a haber nacido en la capital de Colombia y haber crecido en el vecino municipio de Soacha, era hincha del Atlético Nacional de Medellín. Pero su sueño de brillar en el deporte rey se agrietó cuando se quedó esperando a un compañero que había prometido llevarlo al entrenamiento en la escuela de fútbol. Si se encadenaran de manera caprichosa los hechos que vinieron después, se podría decir que, gracias a ese episodio de infancia, Martínez subió al segundo escalón del podio del Giro de Italia en mayo y ahora encarna una de las esperanzas deportivas del país para los Juegos Olímpicos de París. Gracias a su nivel, es el ciclista colombiano con mejor actualidad. Recibe, pues, la herencia de los escarabajos, los pedalistas que más gloria deportiva han dado al país.

Martínez en el podio de la segunda etapa de la Volta ao Algarve, en febrero de este año.
Martínez en el podio de la segunda etapa de la Volta ao Algarve, en febrero de este año.Dario Belingheri (Getty Images)

Martínez está acostumbrado a llevar la bandera de Colombia muy visible en su uniforme. En enero pasado se ganó ese derecho por un año para las pruebas contrarreloj, al ganar el campeonato nacional de esa modalidad ―ya lo había hecho en 2019, 2020 y 2022―. A mediados de junio, la Federación Colombiana de Ciclismo confirmó que representaría al país en la prueba de esa misma categoría de los Juegos Olímpicos, pero un problema con sus documentos lo dejó por fuera de la competencia. Su revancha será este sábado 3 de agosto en la prueba de fondo, en la que tendrá de coequipero a Santiago Buitrago. Será su oportunidad para saldar la deuda de no haber participado en los Olímpicos de Tokio, en 2021, por haberse contagiado de covid.

En un momento en que, por motivos diferentes, Nairo Quintana, Egan Bernal o Miguel Ángel López han dejado de protagonizar las grandes carreras, la imagen de Daniel Felipe Martínez emerge. Su credencial más reciente es el podio en el Giro en mayo, el primero para un colombiano en cualquiera de las tres grandes carreras desde el triunfo de Bernal en la misma carrera en 2021. A eso se suma el escalafón de la Unión Ciclista Internacional (UCI) de junio, en el que ocupó el 31° lugar, el mejor de un colombiano. El periodista británico Matt Rendell, autor de varios libros sobre ciclismo (dos sobre el deporte en el país, Reyes de las Montañas y Colombia es pasión), cree que el pedalista del Bora-Hansgrohe, por sus propias características y por el contexto, es la gran figura del ciclismo colombiano en la actualidad: “Él es la figura que es porque tiene constancia y porque no hay otro. Es el último de un momento de inversión en el ciclismo que ya terminó”, explica por teléfono desde Inglaterra.

Eddy Jácome, periodista especializado en ciclismo, también considera que Martínez, junto a Egan Bernal, es el referente del deporte en la actualidad. Acostumbrado a medir los ánimos y opiniones de la afición colombiana, el experto comenta que por Martínez aún no se siente el fervor que sí despertaron otros ciclistas hace algunos años. Pero eso no cambia su juicio definitivo: “Sí creo que puede ser el corredor de grandes vueltas de mayor nivel actualmente”. También agrega que, para el nivel de Colombia, un ciclista como él “ya es un grandísimo corredor”, y explica que, debido a su edad ―que le permite tener todavía cuatro o cinco años de máxima competencia― y al empujón anímico que siempre significa protagonizar una gran carrera, es probable que su nivel siga en aumento.

A la generación de Martínez también pertenecen Egan Bernal (apenas unos meses menor que él) y Nairo Quintana. A diferencia de ellos, Martínez tuvo una explosión tardía. Pero, al igual que ambos, cuando estaba en las categorías juveniles llegó a ser el mejor de Colombia. Sin embargo, Nairo y Egan estaban en su pico de rendimiento cuando tenían 19 o 20 años. A Martínez, a esa altura, todavía le faltaba algo de desarrollo y, cuando viajó a Europa para competir, tuvo que estar a la sombra de Bernal, que en poco tiempo se convirtió en campeón del Tour de Francia. Su brillo estaba atenuado. Algo jugaba a su favor: era un ciclista distinto al resto de colombianos, quienes, a diferencia de él, padecían en las contrarreloj. Eso no le impedía ser un buen escalador y, además, ser un embalador formidable. Rendell lo compara con Fabio Parra, por la garra, por el espíritu de lucha. A Jácome le hace recordar la mejor versión de Rigoberto Urán.

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Daniel Felipe Martínez en una etapa del Tour de France en 2022.
Daniel Felipe Martínez en una etapa del Tour de France en 2022.Michael Steele (Getty Images)

Su desarrollo tardío trajo consigo, además, un entorno más complejo: ha tenido que coincidir con un grupo de ciclistas que rompen récords que hace pocos años parecían imposibles de alcanzar y que han mantenido por varias temporadas un altísimo nivel que reta toda capacidad física. Pedalistas aún jóvenes como Tadej Pogacar, Remco Evenepoel o Jonas Vingegaard, o uno más veterano como Primoz Roglic, han llevado a este deporte a una exigencia quizá nunca antes vista y los aleja de todos sus rivales, por más capacidades y talento que tengan.

―¿Qué los convierte a ellos casi que en invencibles?

―Ese es el misterio del deporte ―responde Rendell―. En fuerza bruta esos otros cuatro tienen algo que uno no sabe explicar. Ellos se beneficiaron de la tecnología, de las nuevas técnicas, del entrenamiento, de la nutrición y de culturas donde hay menos improvisación que en Colombia. Entonces el salto de calidad ha sido tremendo. Esos son niños que yo creo que se entrenan profesionalmente desde los 13 o 14 años. Nacieron maduros. Es muy complicado para los colombianos.

Jácome apunta en la misma dirección: “Estamos en una época en la que está difícil ganar las grandes vueltas”. Se pueden presentar oportunidades, matiza, pero, dado el nivel de la que llama primera línea del ciclismo, las posibilidades se reducen. El propio Giro en el que Martínez quedó segundo es una muestra tangible de esa brecha: el colombiano finalizó la carrera a 9 minutos y 56 segundos del esloveno Pogacar, el campeón, y tal vez la persona a la que todo el mundo mira cuando se habla de la generación actual de ciclistas invencibles: sus resultados y marcas destrozadas han llevado a que cada vez sean más los que lo comparan con el belga Eddy Merckx, considerado con frecuencia como el mejor ciclista de la historia.

Martínez frente a Pogacar y Sivakov, en una carrera en Megeve (Francia), en 2020.
Martínez frente a Pogacar y Sivakov, en una carrera en Megeve (Francia), en 2020.Justin Setterfield (Getty Images)

Ese escenario parece ser una dificultad más en la seguidilla de dificultades que han forjado a generaciones enteras de ciclistas en el país. Ya lo decía el propio Martínez en el libro Colombia es pasión, de Rendell: “El no tener tantos recursos es una ventaja que a usted le saca coraje, berraquera. […] Usted es criado a las patadas, eso lo va formando más a usted”. Puede que de ahí venga parte del carácter para enfrentarse a unos rivales que en la pista parecen intratables. Pero también, y con seguridad, de su capacidad para leer las carreras y de la humildad de quien sabe que a pesar de estar en la cima aún tiene mucho por aprender. Y del talento, que brilla incluso cuando parece opacado por los invencibles. Rendell explica: “Tiene ese punto de velocidad al final de una etapa de montaña que le da ventaja pero, comparado con esos cuatro, le falta un toque”.

Unos Juegos Olímpicos difíciles

Los Juegos Olímpicos de París y la Vuelta a España son los grandes objetivos de Martínez para el resto de la temporada. A pesar de su nivel actual y de la confianza después del desempeño en el Giro, habla con cautela sobre lo que pueda hacer en Francia. En junio, en una entrevista en El Vbar de Caracol Radio, explicaba que la prueba de fondo tiene un recorrido explosivo, de repechos y subidas cortas. Buscar la carrera desde temprano, muy lejos de la meta, puede ser uno de los planes que lo lleven a protagonizarla.

Jácome también muestra sus reservas, no sin cierto pesimismo: “No hay grandes motivos para pensar que puede ser protagonista. Siempre los corredores del nivel de Martínez pueden llegar a tener un protagonismo, pero, si hablamos de verdaderas opciones, no hay muchas. En la ruta hay varios corredores mejores que él”, opina, y dice que meterse en los 15 o 20 primeros de la de fondo sería muy bueno. “En términos realistas, para medalla no lo veo”, insiste. Pero nunca se sabe: “Así como lo hizo Urán en 2012, corredores de este nivel pueden dar la sorpresa. Los Olímpicos tienen una connotación muy especial en la ruta, es una carrera mucho menos predecible, abre un poco la puerta a sorpresas”.

Rendell menciona que Martínez no ha sido hasta ahora un corredor experto en carreras de un solo día. Eso, sumado al hecho de que vaticina una altísima competencia en estos Olímpicos, hace difícil un triunfo. Sin embargo, las opciones no son nulas: ahí está el caso del ecuatoriano Richard Carapaz, con un perfil deportivo similar al de los ciclistas colombianos, que ganó la medalla de oro en Tokio. Toda Colombia estará pendiente de su desempeño y deseosa de un triunfo que, en la máxima potencia del ciclismo de Latinoamérica, aún ha sido esquiva. Rendell es cauto porque, como el propio ciclista reconocía, el recorrido en los alrededores de París no pinta favorable. Y luego, como quien recuerda el origen y la estirpe ciclista de Martínez, concluye: “Dani necesita montañas”.

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Sobre la firma

Santiago Triana Sánchez
Periodista de EL PAÍS en la edición América Colombia. Ha pasado por la sección de Cultura y por la redacción del Diario AS, en Madrid. Es egresado de Periodismo de la Universidad Javeriana y Máster en la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS.
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