Petro trata de recuperar un relato que ahora mismo tiene perdido
El presidente promociona un documental sobre él mismo, cambia a la jefe de prensa de presidencia, y nombra a uno de sus amigos más cercanos, Hollman Morris, como gerente de RTVC
Petro vivió la semana pasada una de las peores crisis políticas de su Gobierno y, como ha ocurrido en otras, lo importante no es solo la crisis sino cómo esta se cuenta. Desde que se cayó la reforma a la salud, el presidente ha recurrido a su medio de comunicación favorito, X, para pedirle a los médicos o enfermeras que salgan a protestar; para justificar las intervenciones a dos empresas prestadoras de salud; o para criticar a los congresistas que tumbaron la reforma. Pero esta semana decidió además mover dos peones importantes en su tablero de comunicaciones. Sacó de presidencia a María Paula Fonseca, su jefa de prensa y quien no mantuvo buena relación con algunos funcionarios cercanos al mandatario. “Ella estaba en rojos, nunca fue exitoso su paso por acá”, dice uno de ellos. Y, el mismo día, presidencia confirmó que un gran amigo de Petro, Hollman Morris, será el nuevo gerente de RTVC, la empresa de medios públicos más grande del país. Esto, a pesar de las denuncias de acoso contra este último.
“El presidente es un peleador por excelencia”, dice a El PAÍS uno de los políticos cercanos al presidente. La duda es si la pelea es solo reactividad emocional o si hay una estrategia más pensada detrás de sus palabras. “Creo que quizás él, con esta reacción, cree que puede tensar la cuerda para que los sectores más reticentes al cambio decidan ceder”, añade el funcionario.
“Los grandes contratistas se han vuelto dueños de la política”, escribió el miércoles el presidente en X hablando de los empresarios en el sector de la salud. La narrativa predominante no es que el Gobierno no logró concertar su reforma, o que había preocupaciones válidas contra esta—la historia es que el gran capital no le permite actuar y por eso ahora hay que forzar el cambio. “Lo que pudo ser una concertación tranquila ahora es de golpe”, dijo Petro el día en que se cayó la reforma a la salud.
“Yo lo que veo es un Gobierno que perdió la vergüenza y que no le importa ahora el qué dirán”, dice a EL PAÍS Carlos Andrés Arias, experto en comunicación política y docente en la Universidad Externado. Un Gobierno que habla de reformas “de golpe” o de asambleas constituyentes para pasar por encima del Congreso. “¿Eso cómo se ve reflejado en su estrategia de comunicación? En que ya no le importa nombrar a Hollman Morris, que es una afrenta al feminismo por las investigaciones que él tiene de acoso sexual, por los indicios que hay sobre acoso laboral en RTVC”, añade Arias. Los cambios en comunicaciones también se hacen “de golpe”.
Hollman Morris es uno de esos aliados fieles de Petro que desde el primer día de su presidencia ha sido un nombre incómodo: un político fiel al petrismo que ha trabajado en televisión representando la visión del presidente. Pero también ha sido señalado varias veces de acoso laboral y de acoso sexual, y por eso políticas feministas le pidieron a Petro mantener a Morris alejado de los cargos del Gobierno. El mandatario inicialmente accedió, a pesar de su aprecio a Morris, manteniendo un puente con el feminismo.
Pero nombró entonces a la actriz Nórida Rodríguez como gerente de RTVC, el puesto que le interesaba a Morris, pidiéndole un favor: dejarle a Morris manejar los dos canales de la empresa. “Fue un deseo del presidente que Hollman esté en la subgerencia” de televisión, contó Rodríguez a EL PAÍS en julio del año pasado. Ella y él nunca se entendieron, pero ante la petición del presidente, Rodríguez le permitió a Morris manejar la parte de televisión sin la línea de ella. Allí Morris no ocultó su agenda política.
En RTVC Morris ha impuesto abiertamente una línea editorial afín a Petro— ya sea transmitiendo largos discursos del presidente en los canales institucionales, o con nuevos programas de opinión y noticias con enfoques favorables al Gobierno. “El pueblo colombiano en las urnas, más de 11 millones de habitantes, votaron en las urnas porque hubiera una reforma a la salud”, dijo en defensa de la reforma a en uno de estos programas de opinión, una frase que repite constantemente el presidente.
Sobre su línea editorial, Morris dijo recientemente a EL PAÍS que lo que busca es la defensa de la constitución del 91 y la paz, por lo que RTVC es el único medio de comunicación que, por ejemplo, transmite completas las audiencias de la Jurisdicción Especial para la Paz. Sin embargo, Morris fue denunciado en enero por acoso laboral—lo señalaron las dos directoras de los canales Señal Colombia y Señal Institucional—por imponer su línea editorial sin trabajar en equipo con ellas. “Yo considero que son voces de personas de administraciones pasadas que no están contentas con los cambios”, dijo en su defensa.
Nórida Rodríguez finalmente salió esta semana tras denuncias de contratación en su contra, y ahora Morris, como gerente, tendrá mayor control sobre las emisoras del país—sobre todo cuando la subgerente de radio renunció, a principios de año, porque “hay una orientación a generar información sobre lo que se hace en Presidencia”.
Las denuncias de ella y las otras directoras de TV por el enfoque y acoso laboral de Morris no detuvieron al presidente. “Cómo será de pésima la estrategia de comunicaciones de Gustavo Petro y su incapacidad de construir un relato verídico sobre sus logros, que escoge a Morris para hacerlo, el más lambón de todos”, escribió en X una socióloga feminista que ha defendido a las mujeres que acusan a Morris. Al presidente no le interesa disimular que busca en momentos de crisis a quién cuente el relato más favorable de su Gobierno. Otro ejemplo ocurrió en las salas de cine. A pesar de la crisis de la salud, el presidente aprovechó para promover en X un documental sobre su historia política y su elección a la presidencia. Su oficina incluso invitó a los ministros para que lo vieran juntos. Un momento para escuchar la gloria de sus victorias, en medio de sus peores derrotas.
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