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Las cinco grandes claves de un escándalo: de la corrupción al culebrón amoroso en el caso de Nicolás Petro

Las audiencias del caso contra el hijo del presidente de Colombia han sacado a la luz los primeros pasos de Petro y su expareja en tramas ilegales, las preocupaciones de ella por algunos personajes y las maniobras conjuntas para ocultar los delitos

Nicolás Petro y Daysuris Vásquez
Daysuris Vásquez y Nicolás Petro durante la toma de posesión de Gustavo Petro como presidente de Colombia, en agosto de 2022.Carlos Ortega ((EPA) EFE)
Lucas Reynoso

La Fiscalía General de Colombia presentó este jueves y viernes su caso contra Daysuris Vásquez y su expareja, Nicolás Petro, hijo mayor del presidente de Colombia. Con una línea de tiempo repleta de documentos, grabaciones y mensajes de texto que los incriminan, mostró cómo consolidaron una asociación que los llevó a recaudar miles de millones de pesos de forma irregular. Detenidos e imputados en una trama judicial que ahora salpica al primer mandatario de izquierdas de Colombia, la audiencia en la que la Fiscalía buscaba convencer a un juez de mantenerlos detenidos produjo todo tipo de revelaciones.

No solo se conoció que Nicolás pactó con la Fiscalía y que se comprometió a demostrar el ingreso de dinero no registrado a la campaña presidencial de su padre en 2022. También quedó en evidencia la forma en la que la pareja estructuró su quehacer delictivo y la creciente tensión entre ambos durante los últimos meses. Las revelaciones sumaron material a las declaraciones iniciales de Vásquez en la revista Semana, en marzo, y a lo conocido en las audiencias anteriores. Estas son las claves del proceso:

La campaña presidencial no fue el principio

Las primeras irregularidades que señaló la Fiscalía ocurrieron a mediados de 2021, un año antes de la elección de Gustavo Petro como presidente. Vásquez y Petro hijo, supuestamente, se beneficiaron de unos contratos que firmaron la Gobernación del Atlántico y la Fundación Conciencia Social. “Se habrían concertado para manipular la contratación y apropiarse de los recursos adjudicados para la atención de adultos mayores”, explicó el fiscal del caso, Mario Andrés Burgos. En una grabación de diciembre de 2021, se escucha a Daysuris asegurar que se iba a reunir con la gobernadora, Elsa Noguera, para “organizar” la renovación del proyecto en 2022. Además, cruzó mensajes con el secretario general de la Gobernación, Raúl Lacouture.

El personaje principal de esta parte de la trama es Gustavo de la Ossa, exconcejal de Barranquilla y director de la Fundación Conciencia Social. La Fiscalía ha revelado varias comunicaciones que intercambió con Vásquez con el presunto objetivo de arreglar los contratos. En un mensaje de agosto de 2021, ella le explica cómo deben distribuir parte del dinero: 120 millones de pesos para ella (unos 29.000 dólares, 26.000 euros) y 40 millones de pesos (alrededor de 9.600 dólares, 8.700 euros) para él y otro socio. “Las cifras no dan. Estamos trabajando con el 35% del presupuesto”, responde De la Ossa. Tras las revelaciones, el exconcejal ha comentado que hace unas semanas entregó la información que le solicitó la Fiscalía y que apenas conocía a Nicolás Petro.

Los nuevos nombres: Euclides Torres y el matrimonio Benedetti

Las revelaciones están repletas de nuevos nombres que van más allá del exnarco Samuel Santander Lopesierra y del contratista Alfonso El Turco Hilsaca, presuntos donantes bajo la mesa a la campaña de Petro con dinero que Nicolás en parte se apropió. Sobresale Euclides Torres, un poderoso contratista de alumbrado público y líder del poderoso clan Torres, que ha controlado el municipio de Puerto Colombia, vecino a Barranquilla. En varias ocasiones, Vásquez expresa su desconfianza hacia quien supuestamente financió “toda la campaña” de Gustavo Petro en la costa Caribe y cuestiona a Nicolás por haberle aceptado un apartamento en Bogotá.

“Ustedes, de pendejos, confiándose en Euclides. Le dieron de contentillo el apartamento en Bogotá (...) a Nicolás hay que aterrizarlo. Se cree la verga ahora que el papá es presidente. Hasta el mismo Gustavo le va a dar una patada en el culo”, le dijo Vásquez a Máximo Noriega en octubre de 2022. Él, un dirigente muy cercano a Nicolás, está señalado como el principal intermediario de los pagos irregulares.

Otros personajes que no habían sido mencionados son el exembajador Armando Benedetti y su esposa, Adelina. En octubre de 2022, Vásquez expresaba su preocupación sobre que Benedetti, un político tradicional de origen barranquillero que se había convertido al petrismo poco antes, no apoyara a Nicolás en una hipotética carrera por la Gobernación y optara por promover a la excongresista Martha Villalba, cuñada de Euclides y vieja aliada política suya. Pero no todo era recelo. Adelina trató de tranquilizar a Vásquez sobre las posibles aspiraciones políticas de Camilo Torres, miembro del clan y exalcalde de Puerto Colombia. Además, según un audio, la esposa del embajador cuadró una reunión de Petro hijo con un funcionario de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales. Benedetti, no obstante, ha declarado este viernes que la “Adelina” de los audios no es su esposa.

El supuesto financiamiento ilegal de la campaña

La noticia del supuesto financiamiento ilegal de la campaña presidencial no se quedó solo en los primeros minutos de la audiencia, cuando el fiscal Burgos leyó el compromiso alcanzado con Nicolás. El funcionario la repitió una y otra vez. Cuando concluían las reproducciones de audios sobre las sumas que recibían el hijo del mandatario y su expareja, el fiscal aprovechaba para recordar que parte del dinero aludido habría terminado en la campaña que llevó a Petro al poder. “[Nicolás] tenía que conseguir el dinero. No solamente para él, sino también para aportar a la campaña del hoy presidente, el doctor Gustavo Petro”, agregó tras mostrar una conversación de Vásquez con Kiki, la hija de Lopesierra.

Un indicio de que parte del dinero pudo haber ido a la campaña es un audio en el que Nicolás se refiere a Benedetti, uno de los principales operadores políticos de su padre en ese entonces. “Amor, tengo mucha rabia. Como sea, me toca buscar aportes por otros lados, para no depender de esta gente. Es más, estoy que llamo a Benedetti y le comento esta situación”, le dijo a Vásquez en febrero de 2022.

Sin embargo, los demás audios y mensajes de texto están limitados a los beneficios que obtenía la pareja. El vínculo entre el dinero ilegal que consiguió Nicolás y la campaña no está probado por la Fiscalía antes del acuerdo de colaboración que consiguió con él. Las pruebas sobre esta vinculación, que el hijo del presidente asegura tener, deberán ser presentadas en futuras audiencias.

“Nos reventamos todos”: la furia de Vásquez con Nicolás

Hay una fecha que es un antes y un después en los mensajes de Daysuris: el 11 de octubre de 2022, día de la ruptura con Nicolás. El tono cambia de manera radical; “amor” se reemplaza por acusaciones mutuas de traición. “Me jodiste hace tiempo. Saliste con una persona, (...) con mi peor enemigo, lo sé todo. Te chucé”, le dice Petro hijo. Él, por su parte, comienza una relación sentimental con Laura Ojeda, quien era la mejor amiga de su esposa. Y los celos y la tensión aumentan: Vásquez incluso intercepta las comunicaciones privadas de Ojeda. “Yo sigo siendo la esposa, así a él no le guste. El divorcio no lo voy a firmar, no se lo voy a dar”, se escucha en un mensaje a Máximo Noriega.

En los audios posteriores a ese 11 octubre se comienza a vislumbrar en qué puede terminar el enojo de Vásquez. Las peleas se vuelven recurrentes y ella comienza a advertir que tiene derecho a una parte del dinero. “Yo me jodí en esa campaña consiguiendo aportes, tú sabes de quién”, le dice en diciembre de ese año a Noriega. “No se quejen cuando yo publique algo. Si aquí nos vamos a reventar, nos vamos a reventar Nicolás y yo. Si él quiere que nos reventemos, nos reventamos”, añade. Al mes siguiente, le deja en claro a Nicolás que pueden caer juntos: “Tú tienes cosas mías y yo tengo cosas tuyas”.

Vásquez y Petro hijo armaron una estructura para lavar el dinero

Tanto Vásquez como Petro hijo están imputados por las maniobras que realizaron para ocultar el enriquecimiento ilícito. El lavado de dinero es el delito más grave y la razón por la cual pueden terminar más de 10 años en la cárcel. Por eso, el fiscal Burgos ha dedicado una gran parte de su intervención a demostrar que ambos tuvieron intenciones de darle una apariencia de legalidad a sus adquisiciones. Una de las evidencias presentadas es la decisión de Daysuris de poner un Mercedes Benz a nombre de su tío, César Emilio Vásquez. La hermana de la imputada, Gleidys Vásquez, había quedado descartada porque era policía y estaba más expuesta como parte de la escolta presidencial. “La van a joder”, le avisó Nicolás en enero.

Daysuris no hizo caso a los pedidos de su madre de devolver el dinero que obtuvo de manera irregular junto a su expareja. “Yo no le voy a devolver nada, tío Cesar. Yo bastante me jodí con él para que él ahora me venga a decir que le tengo que devolver la plata. Además, él no va a denunciar nada. Porque, primero, esa plata fue ilegal y él sabe que si me pongo a decir de dónde salió esa plata, se va a hundir él. Y tengo pruebas de eso: audios, pantallazos”, aseguró en diciembre de 2022. “Esa plata la dio un extraditado. Si yo salgo a decir que la dio un extraditado, lo meten preso a él. Así que él no va a salir a denunciar o a salir absolutamente nada”, agregó.

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Sobre la firma

Lucas Reynoso
Es periodista de EL PAÍS en la redacción de Bogotá.

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