Los niños indígenas hallados en la selva están fuera de peligro y se recuperan en Bogotá
El presidente Gustavo Petro ha destacado el “encuentro de saberes” indígenas y militares después de visitar a los cuatro hermanos rescatados en el Guaviare
Los cuatro hermanos indígenas que estuvieron 40 días perdidos en las selvas del sur de Colombia fueron trasladados de madrugada a Bogotá, están fuera de peligro y se recuperan en el Hospital Militar Central de la capital. Después de visitarlos este sábado, el presidente Gustavo Petro ha celebrado el “encuentro de saberes” indígenas y militares durante una intensa búsqueda que mantuvo en vilo al país, pero de momento ha optado por delegar la vocería de su estado en otras autoridades. Los niños se encuentran en condiciones clínicas “aceptables”, a pesar del ambiente inhóspito en el que lograron sobrevivir, ha informado su ministro de Defensa, Iván Velásquez.
Lesly, de 13 años, y sus hermanos Solecni, de 9; Tien Noriel, de 4; y Cristin Neryman, una bebé de un año, fueron rescatados la noche del viernes de la espesura de la selva con un helicóptero que no podía posarse en tierra y aguardaba a 60 metros de altura, en el aire, sobre las copas de los árboles. De allí los trasladó hasta San José del Guaviare, la ciudad más cercana, para que después un avión C-295 configurado como ambulancia, donde recibieron asistencia médica, los llevara hasta la capital colombiana. En un video divulgado por la Aeronáutica Civil se observa a los niños tendidos en el piso mientras médicos militares les suministran medicinas y suero oral para hidratarlos.
“A Lesly tenemos que reconocerle no solo su valor sino su liderazgo. Fue por ella que los tres hermanitos pudieron sobrevivir a su lado, con sus cuidados, con el conocimiento de la selva”, destacó en sus declaraciones desde el propio hospital el ministro de Defensa, que también hizo un reconocimiento a las comunidades indígenas que participaron en la búsqueda junto de las fuerzas militares.
‘Operación Esperanza’ se llamaba la misión del Gobierno para encontrar a los hermanos, los únicos supervivientes después de que la avioneta en que viajaban con tres adultos, entre ellos su madre, se desplomó en la selva amazónica, entre los departamentos de Caquetá y Guaviare, el pasado 1 de mayo. Los menores deambularon perdidos entre la frondosa vegetación durante más de un mes. Hasta 184 personas estuvieron “peinando” la selva todos los días, 112 de la fuerza pública y 72 indígenas. La búsqueda dio la vuelta al mundo, con videos y fotografías de las pistas que encontraba el Ejército: unos pañales, un biberón, un zapato o una manzana mordida. Mientras las expectativas de encontrarlos con vida se extinguían, los militares estallaron en júbilo este viernes cuando escucharon por radio la palabra clave que habían acordado para reportar el hallazgo: “milagro”. La repitieron cuatro veces, una por cada niño.
El presidente Petro ha destacado elementos como el encuentro de saberes, el esfuerzo conjunto de las fuerzas militares y la guardia indígena y el respeto a la selva en un mensaje en sus redes sociales que acompañó con imágenes de la visita de la mañana de este sábado, en la que lo acompañaron su esposa, Verónica Alcocer, y sus hijas Sofía y Antonella. “Aquí se muestra un camino diferente para Colombia: creo que este es el verdadero camino de la paz”, valoró el mandatario. “Aquí hay una nueva Colombia. Que es de vida antes que nada. El objetivo que nos une es la vida”, escribió. La víspera, Petro confirmó la noticia recién llegado de La Habana, donde había firmado el alto el fuego con la guerrilla del ELN, la primera piedra de la paz total que persigue su Gobierno.
Los cuatro hermanos se encuentran en “condiciones clínicas aceptables”, a pesar de algunas picaduras y lesiones en la piel, detalló el general Carlos Rincón Arango, el director del Hospital Militar Central. Se les está brindando apoyo nutricional y psicológico y estarán hospitalizados de dos a tres semanas. Los informes médicos han descartado condiciones que pudieran poner en riesgo su vida, añadió. “Hablan poquito todavía y están débiles, aunque quieren jugar”, lo complementó la directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Astrid Cáceres. “Démosle tiempo”.
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