El presidente de Colombia, Gustavo Petro, sobre Perú: “Pedro Castillo debería estar aquí, el golpe se lo dieron a él”

Sin papeles en los que apoyarse, en vaqueros y guayabera, Gustavo Petro propuso en la XXVIII Cumbre Iberoamericana que se celebra en la República Dominicana ahondar en la unión iberoamericana con pactos contra el cambio climático. “Nuestra visión de integración es más retórica que otra cosa. La de Europa es concreta, la nuestra discursiva. Hablamos mucho, pero en la práctica, poco hacemos por la integración verdadera. Tenemos que integrarnos a través de las energías limpias”, dijo.

El presidente de Colombia habló ante los 21 países restantes justo después de la intervención de Gabriel Boric, presidente de Chile. Fueron los suyos dos discursos menos encorsetados que los anteriores, los del argentino Alberto Fernández y el boliviano Luis Arce. Petro empezó su alegato resaltando que entre los 13 presidentes presentes solo había una mujer, Xiomara Castro, presidenta de Honduras: “Señores muchos, señoras pocas”.

Arrancó con uno de sus temas preferenciales, el cambio climático, que calificó de “amenaza existencial de la humanidad”. Se apoyó en los científicos para asegurar que en 2070 el continente será un espacio “inhabilitado” para la vida humana y que esos efectos ya se notan por el éxodo de personas hacia el norte. “Esa migración se enfrenta a ametralladoras, muros, cárceles. Esa es la destrucción del proyecto democrático”. Reveló que le ha pedido al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, una cumbre con otros países americanos sobre el tema de la migración, a celebrar en la Ciudad de México.

No se olvidó de Pedro Castillo, el expresidente peruano encarcelado por un golpe de Estado fallido que verbalizó en un mensaje televisado a toda la nación. En las horas siguientes fue detenido y el Congreso lo destituyó. Petro considera que fue Castillo quien en realidad sufrió un golpe. “Hoy debería estar aquí, lo sacaron. Está preso”, se quejó. En la mesa en forma de herradura en la que se sentaban los políticos se encontraba la ministra de Relaciones Exteriores de Perú, Ana Cecilia Gervasi, a la que esas palabras no gustaron mucho. “Si Pedro Castillo no está aquí es porque dio un golpe de Estado. Si estuviera, tendrían a un dictador”, le contestó la canciller. De alguna manera, en cualquier caso, Petro ligó ese asunto con Venezuela y su reticencia a entrar en órganos de control regionales.

Antes que él, Boric contó que llamó a Volodímir Zelenski para mostrarle su apoyo por “la tragedia que vive el pueblo ucraniano”. Petro reconoció que lo de Rusia era una invasión, pero que ha habido otras invasiones que no han sido condenadas con la misma dureza. “Todas hechas por petróleo”, agregó, en una clara referencia a Estados Unidos.

Washington no se libró de los dardos del presidente, como suele ocurrir cuando participa en una cumbre. Acusó al país norteamericano de promocionar una guerra contra las drogas que inició Nixon hace 50 años y que solo ha traído dolor y muerte a América Latina. “Un desastre”, en sus propias palabras. Dijo que este no es un tema colombiano, sino mundial, por lo que urge celebrar una conferencia internacional sobre drogas en la que se cambie el enfoque actual, que claramente no ha funcionado. “Estas organizaciones ilegales (los carteles) son más fuertes que algunos estados”.

Volvió de forma recurrente a la crisis climática y a su idea de cuidar el Amazonas con dinero que provenga de los países más ricos, que a la vez son los que más Co2 producen. Explicó que él mismo va a tomar la iniciativa al destinar 150 millones de dólares para pagarle a familias colonas que viven allí para que cuiden la selva y dejen de talarla. “Vamos a ensayarlo”, dijo.

Regresó a una la ideas en las que más cree, la convención americana, desaparecida hoy en día. Cree que es el momento de impulsarla ahora que en la región hay “una primavera democrática”, en referencia a la victoria en varios países de presidentes progresistas, o al menos que se declaran de izquierdas. Se retrotrajo 30 años atrás al golpe contra Salvador Allende, un momento oscuro en Latinoamérica. “Yo cogí las armas en ese periodo”, recordó su pasado guerrillero.

Más tarde, dio unas breves declaraciones a la prensa. Aseguró que tiene la idea de ir a Haiti, donde unos mercenarios colombianos asesinaron hace casi dos años a Jovenel Mouse, presidente de ese país.“Colombia tiene una responsabilidad”, enfatizó. “Quisiéramos tener una participación (en el proceso judicial). Tengo la idea de ir a Haití para poder establecer de manera constructiva el papel de Colombia”

Petro llegó un día tarde a la cumbre. Los presidentes se quedaron esperándole el viernes, mientras él negociaba en persona una reforma del sistema sanitario, uno de los cambios más importantes que quiere hacer en el país. El encuentro en República Dominicana sienta las bases para un acercamiento entre América Latina y Europa con vistas a la presidencia española del Consejo de la UE. El excanciller chileno Andrés Allamand, que ostenta la Secretaría Iberoamericana, dijo que esta era la ocasión de generar una agenda de futuro para que los continentes trabajen juntos en problemas como el cambio climático, que calificó como “una amenaza existencial de la humanidad”.

Llamó a los 22 países que integran la comunidad a buscar resultados concretos que tengan “un impacto positivo en la calidad de vida de los iberoamericanos”. Sin embargo, las naciones no lograron pactar su propuesta de reforma del mercado financiero mundial, un documento que buscaba facilitar el acceso a los créditos y servir, de paso, de guía a la presidencia brasileña del G-20 en 2024.

Petro mantendrá varias reuniones bilaterales a lo largo del día. Se verá con el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa y con el vicepresidente de la Comisión Europea, el español Josep Borrell. En el aire está una reunión con Miguel Díaz-Canel, presidente de Cuba. Lo que está confirmado es que acudirá invitado por Pedro Sánchez, el presidente español, a un foro de gobiernos progresistas en el que se hablará de uno de sus temas favoritos, la agenda sostenible.

Cuando acabó su intervención paseó sonriente por el recinto de la cumbre, convencido de que había dado un buen discurso. Se pareció al que dio en la Asamblea de la ONU, en Nueva York, pero sobre todo se pareció a él, al Petro izquierdista, antiimperialista, que no se refirió en ningún momento a España ni su presidencia europea. Al Petro de la juventud más que al presidente.

Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS sobre Colombia y reciba todas las claves informativas de la actualidad del país.