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GUSTAVO PETRO

Los chats que complican al hijo del presidente Gustavo Petro

La revista Semana reveló las conversaciones entre Nicolás Petro y su exesposa que evidenciarían tráfico de influencias y la presunta recepción de dineros

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, con su hijo, Nicolás Petro.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, con su hijo, Nicolás Petro.rrss
Catalina Oquendo

Nicolás Petro, el hijo mayor del presidente Gustavo Petro, cada vez está más solo. Después de que su exesposa lo acusara de recibir dinero de empresarios “con un pasado un poco oscuro” que creían estar contribuyendo a la campaña de su padre y de que el mandatario pidiera a la Fiscalía investigar a su propio hijo, la revelación de los chats que soportan la denuncia ha ocasionado una avalancha de críticas. No solo de la oposición, también de partidarios del Gobierno.

La revista Semana ha publicado los pantallazos de conversaciones de WhatsApp entre Nicolás Petro y su exesposa, Day Vásquez, en los que hablan de recibir enormes sumas de dinero en efectivo después de reuniones con personajes como Santander Lopesierra, conocido como El hombre Malboro por sus vínculos con el contrabando, y de Alfonso El Turco Hilsaca, investigado por sus nexos con el paramilitarismo. Con ese dinero que, según Vásquez, no ingresó a la campaña presidencial, la pareja habría comprado una casa millonaria en Barranquilla. Luego, siempre según su versión, la habrían devuelto.

Pero el escándalo ha llegado también hasta el gabinete presidencial. En algunos de los mensajes se observa que Nicolás Petro se reunía con diferentes políticos buscando contratos e influencias. En uno hablaban de encuentros con altos funcionarios del Gobierno como el ministro del interior y portavoz del Gobierno, Alfonso Prada, quien supuestamente le habría dado 10 puestos de trabajo para familiares y amigos de Nicolás Petro. “Prada me dio unos cupos. Me dio 10 cupos. Tres los voy a dar para Ciénaga, uno para ayudar a mi mamá, uno para ti (en referencia a Day Vásquez) y 5 para el tema político de Barranquilla”, dice Nicolás Petro en uno de los chats.

También mencionan encuentros con el director administrativo de la Presidencia, Mauricio Lizcano, el exministro de educación Alejandro Gaviria o la ministra Corcho. Con estos últimos no se informa si consiguieron el objetivo de tener puestos.

Las reacciones de miembros de la oposición y de partidarios del gobierno de Gustavo Petro auguran que este escándalo será más costoso para el presidente. Ariel Ávila, senador del partido Alianza Verde, que es parte de la coalición de gobierno, dijo que el escándalo causa un “daño demoledor a la política alternativa”. “Hay que pedirle a los ministros y ministras que, si recibieron al hijo del presidente, nos cuenten de qué trató la reunión y si hubo lobby frente a proyectos”.

Para un gobierno que llegó con la bandera del cambio y sobre las críticas a la corrupción, el escándalo tiene un impacto aún más fuerte. La representante a la Cámara de la Alianza Verde, Catherine Juvinao, dijo que esto era de “gravedad suprema” y además, “un campanazo de alerta para más de uno/a en el proyecto de cambio que está enloquecido y enceguecido con el poder. ¿Cuántos más andan en carrusel de puestos en entidades, buscando negocios y creyéndose emperadores?”, se preguntó.

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Partidarios del presidente como el senador Inti Asprilla fueron aún más directos: “Las pruebas sobre la culpabilidad de Nicolás Petro son claras. ¡Con la corrupción Nada!”, dijo. “Nosotros no luchamos durante años, resistido la persecución y asesinato de los nuestros, para que un tipo con delirios de nuevo rico venga enriquecerse haciendo torcidos utilizando el proyecto”, agregó. Luego, sin embargo, habló de la coherencia del mandatario de pedir una investigación contra su hijo, y se sumó a la etiqueta en redes sociales ‘Si tocan a Petro nos tocan a todos’, con la que militantes del Pacto Histórico buscaron rodear al Gobierno.

Personas cercanas al propio Nicolás Petro, que es actual diputado del Atlántico, le sacaron la mano. “He acompañado la construcción de un proyecto político genuino, diferente y ético. Mi amistad con Nicolás Petro no está por encima de mis convicciones. La peor corrupción es la que viene de adentro y es la más difícil de afrontar”, señaló Miguel del Río, un abogado muy cercano al Gobierno.

Después de su mensaje criticando la decisión de su padre, Nicolás Petro no ha vuelto a referirse al escándalo. El jueves, cuando se conoció la noticia, él dijo que consideraba “un desacierto de presidencia” que lo vincularan a esas denuncias de corrupción y que no tenía nada que ver. Sin embargo, en los chats publicados por Semana se muestra que él ya temía que esas revelaciones lo iban a “destruir”. La publicación también señala que el presidente fue informado por Day Vásquez en días previos a la entrevista. Ella insiste en que Gustavo Petro no sabía lo que estaba haciendo su hijo hasta que ella se lo contó en la Casa de Nariño. Según la revista, el mandatario se mostró decepcionado y preocupado por lo que el escándalo pueda suponer para su mandato.

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Sobre la firma

Catalina Oquendo
Corresponsal de EL PAÍS en Colombia. Periodista y librohólica hasta los tuétanos. Comunicadora de la Universidad Pontificia Bolivariana y Magister en Relaciones Internacionales de Flacso. Ha recibido el Premio Gabo 2018, con el trabajo colectivo Venezuela a la fuga, y otros reconocimientos. Coautora del Periodismo para cambiar el Chip de la guerra.

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