Simona Sánchez: “Las periodistas feministas somos incómodas en los medios de comunicación”
La locutora reflexiona sobre su salida de Radiónica, tras pedir explicaciones sobre las denuncias de acoso sexual de varias mujeres contra cuatro trabajadores de la emisora, incluido su director
Simona Sánchez (Bogotá, 39 años) aparece al otro lado de la pantalla vestida de negro y con la cara lavada. Está triste. También tiene rabia. “Es una montaña rusa de emociones”, dice en una videollamada, una semana después de que se quedó sin trabajo tras hacer pública su posición sobre las denuncias de acoso sexual contra el director y otros trabajadores de Radiónica, la emisora de la Radio Televisión Nacional de Colombia (RTVC) a la que sentía como su casa. Dice que la forma como se dio su salida se siente como descubrir que la pareja con la que convives resulta ser un completo desconocido. “Es como durar con el novio diez años y de pronto darse cuenta de que tenía otra vida”.
Sánchez entró a la emisora hace diez años a través de una convocatoria pública. Ya llevaba mucho tiempo trabajando en televisión (empezó a los 17), casi siempre en espacios para jóvenes, de música y cultura; su presencia en la emisora de RTVC se sumó a una larga trayectoria que la ha hecho una voz reconocida en una audiencia sobre todo de millennials. Por los oyentes y por sus convicciones decidió hablar sobre las denuncias por acoso sexual que involucran a empleados de la emisora, incluido el director. Haberlo hecho la dejó sin empleo, pero aún más convencida de que el silencio ante lo que considere una injusticia no es una opción para ella. “No van a contar con mi silencio ni me voy a quedar callada”, advirtió en uno de sus mensajes.
En octubre, la revista Volcánicas publicó el testimonio de Laura Ubaté, que había sufrido acoso cuando trabajaba en Radiónica. La denuncia señalaba a un excompañero de la empresa. Sánchez intentó buscar respuestas adentro y usó sus redes sociales para hacer público su respaldo a Ubaté. “¿Por qué no responden?, ¿Por qué no podemos decir nada al respecto nosotros [los periodistas], que somos los que ponemos la voz, la cara, a nosotros son a quienes nos está cayendo la opinión pública”, recuerda haber dicho en una reunión a la que fue citada. “Uno tiene una responsabilidad social con quien lo escucha. No se puede hablar de la cercanía de la radio cuando ante ese tipo de situaciones respondemos con más silencio. No son ellos [los directivos] los que están en el micrófono, con las redes sociales, no son los que ponen en juicio su ética”, dice conmovida. Le duele que se haya tenido que ir de un trabajo que le gustaba solo por haber pedido justicia. “Es muy triste no haberme podido despedir de nadie, no haber sabido cuándo iba a ser mi última vez al aire. Seguro uno romantiza mucho el trabajo y esa romantización de la relación laboral hace que ante casos como este, uno se sienta como al hijo que expulsan de la familia”.
Simona Sánchez, que en diez años nunca fue empleada fija, estaba a punto de firmar un contrato por un mes más como contratista con Radiónica cuando la revista Volcánicas volvió a publicar denuncias contra trabajadores de la emisora, que esta vez incluían al director y locutor, Álvaro González, El Profe. La periodista volvió a las redes sociales para mostrar su desacuerdo por la forma en que la emisora asumía las acusaciones. “Hubo un silencio absoluto frente a mi pronunciamiento. Yo les escribí a mis jefes directos y les manifesté mi apoyo a los testimonios de las mujeres. Les dije que yo no iba a firmar un nuevo contrato hasta que se tomaran medidas”. Su último programa al aire fue en Cali, hace ya casi un mes. “Ha sido todo muy sorpresivo, que te enteres de acusaciones contra personas que conoces desde hace mucho tiempo, que son tus colegas, a algunos incluso los seguías desde antes, como oyente. Siempre había querido trabajar en Radiónica, yo crecí escuchándolos, escuché a el Profe toda la vida. Crecí escuchándolos, pero admirándolos también. Uno solo podía decir, ‘qué bueno poder estar ahí”.
Piensa en su final en la emisora con tristeza. Nadie le dijo nada. La sacaron del chat de los periodistas y le impidieron hacer una copia de la información que tenía en el correo de la empresa. Después recibió un mensaje en el que le pedían presentar su última cuenta de cobro, un requisito para recibir su pago como contratista. “Es triste que haya voz para unas cosas y para otras no. Pero así no me escucharan, siempre les dije lo que pensaba”, dice Sánchez, que esta semana acompañó a la senadora del Pacto Histórico María José Pizarro a radicar una solicitud a RTVC para que responda 105 preguntas sobre las denuncias que ha publicado Volcánicas en las últimas semanas.
Pizarro ha tomado el caso como una causa en el Congreso ante el silencio del Gobierno, que lleva cuatro meses y ni siquiera en medio de esta crisis ha asignado gerente a RTVC. “Estamos absolutamente preocupados, preocupadas, por la situación que se viene presentado en RTVC. La cantidad de denuncias de acoso, de abusos sexuales, por parte de funcionarios y contratistas en RTVC. No solamente por este tema, sino por la manera en que se ha manejado, la retaliación, en mi criterio, que se ha presentado en contra de las mujeres que han manifestado su voz de rechazo”, dijo la senadora.
Sánchez lamenta que, como en tantas empresas, en las salas de redacción también se censure si cuestiona por dentro. “Las periodistas feministas somos incómodas en los medios de comunicación y a veces por ser incómodas, perdemos nuestro lugar de trabajo. Para ellos, calladitas nos vemos más bonitas, porque cuando el mensaje es para afuera y es funcional estratégicamente, se celebra, pero cuando ese mensaje cuestiona el interior, es profundamente incómodo”, dice la periodista, que se ha sorprendido del silencio de la prensa en este caso. “Ha habido muchos cuestionamientos por parte de las audiencias y de algunos medios de comunicación, pero la radio ha estado muy callada. Ojalá esto esté generando alguna reflexión”.
Dice que le ha asombrado y le conmueve la cantidad de mensajes de mujeres, de oyentes y de artistas, que le agradecen su firmeza y le animan a seguir pidiendo justicia. “No podría haberme quedado callada. La gente tiene derecho a saber qué pasa, incluso hay periodistas al aire con denuncias desde hace un tiempo, hay muchas cosas por resolver. Se debe garantizar que sea una emisora libre de violencia, se debe nombrar un gerente que tome decisiones frente a la forma cómo se tramitan estos casos en al radio pública”.
Simona sabía que si opinaba se arriesgaba a quedarse sin trabajo, pero no concebía otro camino. “La única que puede custodiar mi voz y mi dignidad, soy yo. La dignidad de Radiónica no la representa una sola persona, sino todos los que hemos trabajado en esa emisora”.
RTVC traslada las denuncias por acoso a la Fiscalía
El viernes, RTVC publicó un comunicado en el que aseguró que frente a las presuntas situaciones de acoso dentro de la entidad, trasladó las acusaciones a la Unidad Especializada de Delitos Sexuales de la Fiscalía General de la Nación, “para que dentro de su competencia pueda adoptar las decisiones que considere”.
“Informar al ente investigador sobre estas situaciones no constituye en ninguna medida un prejuzgamiento por parte de la entidad, por el contrario, es una actuación responsable frente a la necesidad de aclarar las situaciones”, dice RTVC. En el mismo documento, que fue publicado en redes sociales, el sistema de medios públicos asegura que es una empresa liderada principalmente por mujeres, “que entienden lo que puede acarrear una situación de acoso, y están actuando en consecuencia para que hechos de esta naturaleza no ocurran”.
En su mensaje, la empresa dice que condena cualquier forma de abuso que pueda presentarse al interior de RTVC y que están comprometidos con aclarar los hechos denunciados.
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