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Petro firma la extradición a EE UU del hermano de Piedad Córdoba por tráfico de drogas

Los problemas de la justicia del familiar de la senadora pusieron en apuros al presidente durante la campaña electoral

El presidente Gustavo Petro, asiste el martes al funeral de unos policías muertos en servicio por un ataque bomba, en Neiva (Colombia).
El presidente Gustavo Petro, asiste el martes al funeral de unos policías muertos en servicio por un ataque bomba, en Neiva (Colombia).OSCAR MURCIA (AFP)
Juan Diego Quesada

Gustavo Petro ha firmado este miércoles la extradición a Estados Unidos por tráfico de drogas del hermano de la histórica senadora Piedad Córdoba, una aliada del presidente durante la campaña electoral. Los continuos problemas con la justicia de Córdoba y sus familiares llevaron a Petro a pedirle a ella en público que dejara de apoyarle en medio del proceso electoral. Córdoba, una política de un perfil muy alto por sus relaciones con Hugo Chávez y su mediación en la liberación de secuestrados por las FARC, se lo tomó como una humillación y se distanció de manera irreversible del actual mandatario. Ahora ve cómo Petro autoriza trasladar a su hermano para que sea juzgado por una corte del distrito sur de Nueva York, con la amenaza de un sistema penitenciario más duro que el colombiano.

El presidente hizo este anuncio en privado durante la entrega de credenciales del nuevo embajador de Venezuela en Colombia, Félix Plasencia. Así acaba de golpe con una polémica que le acompaña desde que accedió al cargo. Muchos creían que Petro no extraditaría a Álvaro Fredy Córdoba por sus lazos políticos con Piedad, un nombre de peso en la coalición de izquierdas que acaba de llegar al poder. La Corte colombiana había dado el visto bueno a la deportación, solo faltaba la firma del presidente. En campaña dijo que lo haría, y finalmente lo ha hecho.

El hermano menor de la senadora está acusado de conseguir dos kilos de cocaína para unos supuestos compradores mexicanos que en realidad eran agentes de la DEA. Los funcionarios norteamericanos le pidieron que les mostrara una cantidad importante de droga para comenzar a negociar un envío masivo a Estados Unidos. En cuanto Álvaro Fredy apareció con los paquetes, fue detenido por los agentes. Piedad Córdoba niega esta versión de los hechos. Según ella, le engañaron y pusieron en sus manos la mercancía. Un tribunal de Nueva York pidió su extradición y la Corte Suprema dio vía libre en agosto a que se produjera. El asunto quedó en manos del nuevo presidente.

A priori, se podría pensar que Petro no iba a firmarla por dos motivos. Primero, porque Córdoba era una compañera de su pacto de izquierdas que le ha apoyado en su camino a la Presidencia. Segundo, porque el presidente habló del perdón social cuando era candidato. Ese concepto se concreta en negociar con narcotraficantes con algunas condiciones ventajosas en los tribunales para someterlos a la ley y que abandonen la criminalidad. Es una de las vertientes de la paz total que busca Petro, que consiste en que guerrilleros y criminales dejen las armas. En este contexto, ha explicado en varias ocasiones que no necesariamente iba a firmar de inmediato las extradiciones, sino que iba a utilizarlas como un mecanismo de presión para que los implicados colaboren con la justicia colombiana. Eso no ha ocurrido con el caso del hermano de Córdoba, que recibirá todo el peso de la ley en Estados Unidos.

Hay algo más de fondo en este asunto. Para Petro y quien fue su mano derecha durante la campaña, Armando Benedetti, se trata casi de un tema personal. A principios de año, Córdoba quiso presentarles a Petro y Benedetti esos dos supuestos empresarios mexicanos que en verdad eran agentes de la DEA. Los mexicanos —según cuentan ellos— tenían interés en aportar dinero a la campaña. Se presentaron en un acto de Petro en el hotel Tequendama, en el centro de Bogotá, con la intención de reunirse con alguno de los dos. A última hora, de acuerdo a esa versión, sospecharon de los mexicanos y no quisieron hablar con ellos. Con el tiempo, el entorno petrista tiene la sospecha de que los agentes de la DEA querían implicar en algún asunto turbio a Petro. Ese hubiera sido su final como candidato y nunca hubiera llegado a presidente. La duda en ese entorno es si Córdoba estaba al tanto de eso o si también fue engañada.

Más adelante, todo se complicó aún más. A cuatro días de que se votara en primera vuelta, Córdoba fue retenida en el aeropuerto de Comayagua, que sirve a la ciudad de Tegucigalpa, la capital de Honduras. Llevaba 68.000 dólares que no había declarado a las autoridades. Explicó después que transportaba el dinero que le había prestado un empresario colombiano que vive allí. El equipo de campaña de Petro enfureció con el asunto. A días de votar, Córdoba seguía metiéndose en líos. Ese fue el final de la relación entre el presidente y la senadora. La firma sobre la extradición de su hermano ha sido el culmen de un continuo desencuentro entre ambos.

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Sobre la firma

Juan Diego Quesada
Es el corresponsal de Colombia, Venezuela y la región andina. Fue miembro fundador de EL PAÍS América en 2013, en la sede de México. Después pasó por la sección de Internacional, donde fue enviado especial a Irak, Filipinas y los Balcanes. Más tarde escribió reportajes en Madrid, ciudad desde la que cubrió la pandemia de covid-19.

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