Petro busca recomponer las relaciones con España después de una última etapa tensa con Duque
La Embajada colombiana en Madrid condecoró en julio a una docena de políticos y empresarios cercanos al PP
El encuentro de este miércoles entre los presidentes de Colombia y España servirá para elevar el perfil del recién llegado Gustavo Petro como líder internacional y, de paso, para recomponer unas relaciones que habían quedado algo deterioradas en el último año y medio. El Gobierno del socialista Pedro Sánchez comprobó con asombro cómo el Ejecutivo de Iván Duque, a través de su Embajada en Madrid, condecoraba a una docena de políticos del PP, el partido de la oposición, y ninguno del PSOE. El asunto no se convirtió ni mucho menos en un conflicto diplomático, ni siquiera se verbalizó ni se emitió ninguna comunicación oficial, pero de puertas para adentro la diplomacia española consideró el gesto una descortesía evidente.
El embajador colombiano en ese entonces, Luis Guillermo Plata, que dimitió de su cargo pocos días después de la victoria de Petro, otorgó esos reconocimientos el 28 de julio. “Ceremonia oficial de imposición de condecoraciones a ciudadanos españoles que han sobresalido por el fortalecimiento de las relaciones entre España y Colombia”, anunciaba la invitación de ese día. Plata, como embajador, puede proponer los nombres de quienes reciben las medallas, pero es en última instancia el Gobierno quien las aprueba. Esa tarde fueron reconocidos con las medallas, entre otros, Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP; Ana Palacio, exministra de Exteriores; Fátima Bález, presidenta de la CEOE; el también exministro Jaime Mayor Oreja; o Carlos Negreira, exalcalde de A Coruña. Todos de talante conservador, como el propio Gobierno de Duque. El asunto causó perplejidad en el Gobierno español, según fuentes diplomáticas colombianas.
El distanciamiento venía de meses atrás. Cuando Duque visitó España al frente de la delegación que acudió a la Feria del Libro de Madrid se reunió con el presidente Sánchez y más tarde con Feijóo, que en entonces todavía era presidente de Galicia. Ese segundo encuentro tuvo aire a visita de Estado entre líderes de naciones, lo que también resultó extraño para la diplomacia española. Más tarde, Pablo Casado vivió una rebelión interna en el PP que acabó con Feijóo al mando del partido. Ese encuentro pareció premonitorio. Además, Plata organizó un almuerzo en honor a Duque en Madrid, en el que no estuvo ningún miembro del Gobierno español. Aunque en cuanto a personalidades estuvo más balanceado que la entrega de medallas. Fueron invitados los expresidentes Mariano Rajoy, del PP, y Felipe González, del PSOE, y otras figuras como Javier Solana, el expolítico Albert Rivera o el alcalde de esa ciudad, José Luis Martínez-Almeida.
Duque, de acuerdo a estas mismas fuentes, trató de resarcirse. Aprovechó la toma de posesión de Petro el 7 de agosto para otorgarle al ministro de exteriores español, José Manuel Albares, la Orden de San Carlos Gran Cruz, una de las condecoraciones más prestigiosas. Sea como sea, fue evidente que no existió la mejor sintonía entre los Gobiernos de Duque y Sánchez. Este miércoles, el presidente español tratará de empezar una nueva era de relaciones con Petro, con quien siente más afinidad, al menos en lo ideológico. El viaje, un gesto político indudable, tiene la intención de dar un respaldo claro a un gobierno progresista que simboliza, a modo de ver del Gobierno español, el cambio de ciclo en la región, ya que varios países del continente están girando a la izquierda.
Sánchez va a ser el primer líder extranjero en visitar a Petro, con quien tendrá un encuentro y una rueda de prensa este miércoles, para reforzar los vínculos entre los dos países y también consolidar la posición de España en una región en la que siempre tuvo una gran presencia con sus multinacionales que ahora ven cómo potencias como China, o incluso Rusia, compiten para ocupar espacios clave en la economía latinoamericana. Se espera que se aproveche el encuentro para que Petro anuncie al nuevo embajador o embajadora en España. Sánchez ya hizo un gran gesto con Petro al recibirlo en Madrid cuando era candidato y todavía no contaba con una gran visibilidad fuera de Colombia. Ahora se vuelven a ver, esta vez de tú a tú, como dos presidentes con la idea de afianzar una relación que en los últimos tiempos había vivido algunos sobresaltos.
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