La Administración Trump denegará visas a inmigrantes con obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares
La medida amplía significativamente los exámenes médicos practicados a los extranjeros, y otorga a los funcionarios una amplia discreción para rechazar a los solicitantes por su edad e historia médica


El Gobierno de Donald Trump ordenó al Departamento de Estado denegar visas a extranjeros por motivos como su edad y el padecimiento de enfermedades como diabetes y obesidad. Según Washington, estos solicitantes tienen una alta probabilidad de convertirse en una “carga pública” a causa de sus problemas de salud. En los últimos meses, los planes para disuadir la llegada de más extranjeros al país incluyen el pago de tarifas de hasta 15.000 dólares para viajeros de ciertos países, una cuota de 100.000 dólares para trabajadores con visado H-1B, y la negación de trámites por el hallazgo de “opiniones antiestadounidenses”, entre otras.
Las nuevas directrices serán implementadas desde enero de 2026 y fueron publicadas en un cable que la cancillería le envió a funcionarios de embajadas y consulados alrededor del mundo a inicios de noviembre. Estas exigen “tener en cuenta la salud del inmigrante y ciertas afecciones médicas —entre ellas, enfermedades cardiovasculares, respiratorias, cáncer, diabetes, enfermedades metabólicas, neurológicas y trastornos mentales— que pueden requerir atención médica por un valor de cientos de miles de dólares”.
Los inmigrantes que solicitan una visa para vivir de forma permanente en Estados Unidos deben someterse a un examen médico realizado por un profesional sanitario aprobado por el Gobierno desde hace años. A todos se les hacen pruebas para detectar enfermedades contagiosas, como la tuberculosis, y se les pide que completen un formulario en el que deben declarar antecedentes en el consumo de drogas o alcohol, problemas de salud mental o violencia. También deben detallar si cuentan con vacunas para protegerse contra enfermedades infecciosas como el sarampión, la poliomielitis y la hepatitis B.
La reciente orden no solo amplía significativamente la lista de padecimientos médicos a considerar, le otorga a los funcionarios de inmigración un mayor poder para aceptar o denegar visas, basándose únicamente en el estado de salud de los extranjeros y su capacidad económica para costear un tratamiento médico sin ayuda estatal. “¿Cuenta el solicitante con los recursos financieros suficientes para cubrir los costos de dicha atención durante toda su esperanza de vida, sin recurrir a asistencia pública en efectivo ni a una institucionalización prolongada a cargo del Gobierno?”, indica el cable.
Los funcionarios sacarán sus propias conclusiones sobre lo que podría derivar en algún tipo de emergencia médica o gastos de salud en el futuro. En este sentido, un reporte KFF Health News menciona que la iniciativa de Washington contradice el Manual de Asuntos Exteriores del Departamento de Estado, que establece que el personal no puede rechazar una solicitud basándose en escenarios hipotéticos. Charles Wheeler, abogado principal de la Red Católica de Inmigración Legal (CLINIC), advierte en el mismo documento que “esto es preocupante porque este personal no tiene formación médica, carece de experiencia en este ámbito y no debería realizar proyecciones basadas en su conocimiento personal o prejuicios”.
La medida también pide que se considere la salud de los familiares del solicitante, incluidos los hijos o los padres ancianos. “¿Alguno de los dependientes tiene discapacidades, enfermedades crónicas u otras necesidades especiales que requieran atención que impida al titular de la visa mantener un empleo?”, es otra de las preguntas que la Administración Trump pide que se formulen durante el trámite.
Otro punto polémico es que tanto los funcionarios de visas como los médicos que examinan a las personas que buscan inmigrar pueden especular sobre el costo de la atención médica de las enfermedades de los solicitantes y su capacidad para conseguir un empleo en Estados Unidos que les permita pagar un seguro médico que cubra un eventual tratamiento de salud.
Aproximadamente el 10% de la población mundial padece diabetes, y las enfermedades cardiovasculares constituyen la principal causa de muerte en el mundo. Frente a este panorama, la medida de Washington bloqueará la llegada de más inmigrantes al país.
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