¿Será trumpista conducir un Tesla? La polarización llega al concesionario

El apoyo ideológico personal y financiero que Elon Musk está ofreciendo a la campaña de Donald Trump, el viraje que ha experimentado la red social X (antes llamada Twitter) y sus propios comentarios tienen preocupados a algunos accionistas de Tesla por la percepción negativa que se pueda tener de la marca. Las preguntas sobre este tema en el foro de la marca para los inversores se contaban por docenas. “¿Han tratado de cuantificar el efecto de la retórica y las actividades políticas de Elon Musk en los objetivos de ventas de Tesla y la capacidad de la empresa para atraer talento? Si es así ¿qué han encontrado?”, “¿Qué se estaba haciendo por la imagen de extrema derecha y el daño que causa a las ventas? Tengo varios amigos que han vendido su Tesla y no comprarán otro por él”.

En la llamada de los analistas apenas se habló de estas preocupaciones tras un trimestre en el que el fabricante de automóviles sorprendió con un crecimiento del 8% de sus ingresos y del 17% de unos beneficios que alcanzaron los 2.200 millones de dólares. El jueves, las acciones de la empresa subieron casi un 22% para dejar atrás las pérdidas en lo que va de ejercicio. Pero los temores de los accionistas tienen fundamento.

La empresa especialista en inventarios e información automotriz Edmunds hizo una encuesta en agosto entre compradores que tienen intención de hacerse con un nuevo coche en los próximos 12 meses y el resultado es que la polarización ha llegado al concesionario. El 31% de quienes van a comprar coche están menos interesados por comprar un Tesla por Musk.

“Entre los compradores en lo que esto verdaderamente importa, quienes están interesados por comprar un auto eléctrico, ese porcentaje es mayor, queda en el 36%”. No obstante, un porcentaje similar, un 37% de los que tienen intención de manejar un vehículo eléctrico considerarían un Tesla precisamente por su consejero delegado. Esta encuesta, que se hizo antes de que Musk se uniera a la campaña del republicano, muestra que son las mujeres demócratas a la que más rechazo genera: un 44% de ellas nunca compraría un Tesla.

La realidad es que un tercio de los consumidores ya considera que optar por un vehículo eléctrico es tomar una postura política. Tradicionalmente, esta posición ha sido más del espectro político contrario, e incluso desde el Partido Republicano se han cuestionado las ayudas al desarrollo de la transición energética en la automoción. Por eso, uno de los accionistas preguntaba que si Musk continuaba en política: “¿Cuáles son sus planes para cambiar las percepciones de los consumidores de derechas sobre los autos eléctricos?”.