Tus finanzas y tu ‘smartphone’: lo que bien comienza, bien termina

Otro año que termina y con él se van un montón de deseos que tenías pero que no pudieron realizarse: de la lista de deseos de tu cuenta personal al viaje a la playa, pasando por esa reparación que juraste hacerle a la bicicleta y el guardadito que tenías para pagarte el diplomado que tanto querías. Sí, lo sabemos: a veces la tentación es mucha, los precios de todo son muy costosos y tanto el dinero como la disciplina no son suficientes.

Sin embargo, tanto propios como extraños, expertos y gente que no sabe nada de economía están de acuerdo en algo: las finanzas, así sean las de un gobierno, una empresa o las de tu bolsillo, funcionan por ciclos. ¿Esto qué quiere decir? En economía, un ciclo económico, comercial o de dinero fluctuante (el tuyo, por ejemplo) es susceptible de oscilaciones recurrentes, en las que viene una fase de expansión seguida de otra de contracción, seguida a su vez de expansión y así sucesivamente.

Tan sencillo como esa máxima que dice “todo lo que sube tiene que bajar”, a tu bolsillo le afecta el sistema económico en el que vivimos. Con tu quincena, lo que te pagan por un trabajo extra, o algún otro tipo de ingreso, viene la responsabilidad de pagar lo importante, guardar una parte para el futuro y posibles eventualidades, así como el gasto corriente del día a día.

Desafortunadamente, a veces la realidad nos dice que el dinero que cada vez alcanza menos, las cosas cuestan más y las eventualidades suceden con más frecuencia de las que deseamos, por lo que el ahorro no siempre es un camino.

No obstante, así como los ciclos de las finanzas y la historia nos han enseñado que los cierres/inicios de año como este son el tiempo perfecto de las oportunidades, tú también puedes lograr tus objetivos financieros. ¿Tu mejor aliado? Tu smartphone, algo de disciplina y moderación, constancia y paciencia. Pero antes de tirar la toalla sin siquiera intentarlo, echa mano de algunos de los consejos financieros más eficaces y sencillos, que han hecho que ese nuevo comedor, ese viaje impensable a Europa o esa boda soñada se financien poco a poco.

Solo necesitarás una conexión a Internet confiable, tu teléfono y algo de orden.

Sé atento a tus emociones. Aprender a gastar tu dinero significa, en esencia, controlar nuestras emociones. ¿El dinero llega a tus manos y sale con la misma velocidad hacia destinos a veces inciertos? Seguro es por el gasto hormiga. Antes de planear cualquier cosa o trazar una estrategia en forma, pon atención de las pequeñas cosas: el café diario, la comida fuera, la membresía del gimnasio al que no vas, esos libros que sigues comprando pero ya no lees…

El dinero es vital, como el agua, y como tal hay que reparar las fugas para no desperdiciarlo. Todos somos humanos y hacemos gastos emocionales: un helado cuando estamos tristes, una ronda por nuestra cuenta cuando es momento de celebrar, o un viaje espontáneo cuando nos cae algo de dinero extra.

Pero nada tan efectivo como separar los gastos recurrentes del periodo en el que te toca pagarlos (luz, renta, internet, servicios básicos, etc.), de aquello que es un deseo en el corto, mediano y largo plazo.

Aplicaciones como Fintonic te permiten conectar todas tus cuentas para controlar las finanzas, detectar fugas de dinero y recibir avisos de pagos. Tener bien claro el panorama de cuánto dinero recibes y la forma en la que gastas —y en qué— es el primer paso para alcanzar tus metas financieras. Una alarma como recordatorio desde tu teléfono con aquellas deudas obligadas y otra para recordarte algunos límites puede sonar a un recurso ya muy rebasado. Pero funciona.

Sigue la regla del 30%

Los expertos lo saben: divide tu dinero en tres partes y enfoca tu gasto. Usualmente, la renta y servicios no deberían rebasar el 30% de tus ingresos, tampoco la comida y mucho menos los gustos, la diversión y el placer. En esencia, ese 10% restante, si es considerable, debe destinarse a esas cosas que deseas a largo plazo; es tu ahorro para placeres e imprevistos.

Si por el momento, al hacer la cuenta ese dinero no es suficiente, habrá que replantearse un poco el tema de la comida y la renta para empujar más, y ser sumamente cuidadoso con el llamado gasto-hormiga.

Actualmente, la mayoría de las apps bancarias te permiten hacer un apartado automatizado, proporcionalmente a tus gastos, metas y alcances. Ese dinero que “no ves” existe, es real, y se está haciendo más grande; eso debería motivarte a alcanzar tus metas gracias al esfuerzo de contención que estás haciendo. En poco tiempo verás resultados.

Solo las mejores apps

Si estás comenzando, recuerda que lo más sencillo y manejable es lo mejor, lo más inmediato y eficaz. Así como los retos, ahorros y la gestión del dinero tiene que ir de menos a más para llegar paso a paso, manejar tus finanzas mediante una aplicación debe ser de inicio seguro, amigable y funcional. La app Money Control es una buena opción, ya que te permite sincronizar en diferentes dispositivos, crear estadísticas en PDF, añadir fotos de tus tickets y recibos —ya no tendrás que acumular toneladas de papel—, así como automatizar los pagos periódicos y clasificar tus gastos familiares en diferentes categorías personalizables.

Concebida como una billetera digital, Wally+ le ha funcionado a más de uno a lograr sus metas, gracias a que esta app reproduce tus experiencias en cantidades, ayudándote a saber en qué y con quién gastas tu dinero. Aquí puedes establecer tus metas, por lejanas que parezcan (viajes, un auto, una casa), además de acceder a información útil que tú mismo introduces para generar comparativos y saber en qué posición económica te encuentras actualmente respecto a data asociada de otros usuarios de forma segura y confidencial.

Tu estrategia frente a la voz de los expertos

Una vez que estás en el carril y tienes presente que Roma no se construyó en un día, los expertos hacen énfasis en aspectos clave como los caprichos, los cuales es mejor pagarlos siempre con ahorro que con deuda (crédito o dinero prestado). Recuerda siempre la máxima de que la tarjeta de crédito no es sinónimo de dinero extra y que funciona con las promociones, cosas muy necesarias y emergencias, pero nunca debería ir más allá de tu capacidad financiera.

Establecer un periodo, contemplar tus gastos personales más importantes, así como asignar un presupuesto y no salirse de ese límite te acercará más fácil a tus objetivos, sin importar de qué tipo sean estos. Y visualizarlos a través de la pantalla de tu smartphone de forma constante te estimulará desde diferentes vías: tener orden, claridad, contenerte, pero también emocionarte de forma aterrizada, ver tus avances y capacidad para ir avanzando. En poco tiempo descubrirás que puedes lograr más de lo que imaginabas.

Este 2025, peso a peso, con tu teléfono al lado, paciencia y constancia, llegarás a tus metas financieras.