El día en que las grandes tecnológicas dejaron de ser intocables
Los presidentes ejecutivos de Apple, Amazon, Google y Facebook comparecen juntos por primera vez ante el comité antimonopolio del Congreso de EE UU
La regulación, el temor principal de las grandes tecnológicas, está cada día más cerca. Después de un año de investigación, docenas de entrevistas y cientos de miles de documentos, los 15 miembros del comité antimonopolio del Congreso de Estados Unidos interrogan este miércoles desde las 19.00, hora peninsular española (las 13.00 en Washington, la comparecencia se ha retrasado una hora), a los presidentes ejecutivos de las cuatro principales tecnológicas. Jeff Bezos, de Amazon; Tim Cook, de Apple; Sundar Pichai, de Google, y Mark Zuckerberg, de Facebook, deben explicarse y defenderse sobre si ...
La regulación, el temor principal de las grandes tecnológicas, está cada día más cerca. Después de un año de investigación, docenas de entrevistas y cientos de miles de documentos, los 15 miembros del comité antimonopolio del Congreso de Estados Unidos interrogan este miércoles desde las 19.00, hora peninsular española (las 13.00 en Washington, la comparecencia se ha retrasado una hora), a los presidentes ejecutivos de las cuatro principales tecnológicas. Jeff Bezos, de Amazon; Tim Cook, de Apple; Sundar Pichai, de Google, y Mark Zuckerberg, de Facebook, deben explicarse y defenderse sobre si sus empresas perjudican a la competencia y consumidores. Más allá del espectáculo, de su capacidad de convicción dependerá en parte si merecen que nuevas leyes regulen sus prácticas.
Comparecen juntos, pero el interrogatorio es virtual, lo que evita la parafernalia emblemática por la que han pasado otras industrias al defenderse: tabacaleras, farmacéuticas o los bancos, tras la última crisis. La mayoría de estadounidenses cree que el poder de las tecnológicas es excesivo y la sensación es que hay que hacer algo: el 77% cree que tienen demasiado poder o un 60% cree que hacen más por dividir a la sociedad que para unirla, según datos de Gallup. Sin embargo, cuando se pregunta por cada compañía en concreto casi todas obtienen buena nota, según datos anuales del medio digital The Verge: alrededor de un 70% de estadounidenses confía en Netflix, Apple y Google, que están por detrás de Microsoft (75%) y Amazon (73%). De las cuatro principales, solo Facebook suspende, con un 41% de confianza.
El problema de esta larga batalla por la regulación no es solo decidir si el poder de mercado de estas compañías ha perjudicado a los consumidores y ha limitado a sus rivales, sino cómo remediar la situación sin empeorarla. La principal solución que surge, porque es la más sencilla, es romperlas: separar WhatsApp e Instagram de Facebook, YouTube de Google o Amazon Web Services de Amazon. La situación reciente más similar fue Microsoft hace dos décadas y quedó en nada. Pero las soluciones que acaben apareciendo pueden ser también más creativas. Ha empezado una larga batalla. Es algo, sobre todo, por lo que hasta ahora habían tenido que preocuparse poco. Pero los tiempos del crecimiento como única guía ya terminaron.
Entre los comparecientes está la persona más rica del mundo, Jeff Bezos, y la séptima, Mark Zuckerberg, según la lista de Forbes. Zuckerberg es también el más joven, con 36 años, y a la vez el más veterano en comparecencias en el Congreso. Es su cuarta vez, tras sus declaraciones por interferencias electorales y privacidad. Para Pichai, de 48 años, y Cook, de 59, es la segunda. Solo Bezos, a sus 56 años, se estrena.
A pesar del ritual conjunto y la importancia de la comparecencia, los retos y estrategias de defensa de cada una de estas empresas son distintos. La desinformación, la radicalización, las comisiones exageradas, la obtención ilegítima de datos de la competencia, decisiones aleatorias sobre rivales o la limitación de la oferta son solo algunos ejemplos. En empresas tan dominantes, hay múltiples motivos por los que pueden estar explotando su posición.
Estas son las críticas que ha recibido cada una de estas compañías. Durante la comparecencia, sin embargo, algunos congresistas probablemente colocarán sus preguntas sobre supuestos perjuicios contra causas conservadoras u otros problemas colaterales para ganar puntos. Al final, esto también es política.
Amazon y la nube
Amazon ha crecido más si cabe durante la pandemia. A pesar de que su fama es por ser una web de comercio digital, su servicio de servidores en la nube para Gobiernos y empresas, llamado Amazon Web Services (AWS) es también el líder de su sector.
Pero Bezos no estará ante el Congreso por eso, sino por abusar de su papel dominante como vendedor con sus proveedores y como plataforma para terceros. Los envíos gratis a través de Amazon Prime son una opción tremendamente popular en EE UU, lo que limita las opciones de la competencia. Amazon tiene información detallada sobre qué productos de otros se venden mejor y poder así tenerlos bajo su marca. La compañía controla también lógicamente el modo en que se exponen los productos en la web. El 49% de las búsquedas de productos empiezan en Amazon y solo el 22% en Google. Amazon domina cerca de la mitad del ecommerce en EE UU.
Apple y su App Store
El gran debate de Apple está en la App Store. Fuera de China, Apple y Google, con su plataforma, Android, copan el mercado global. La compañía de Cupertino cobra una comisión del 30% de todas las ventas de apps y dentro de apps de su tienda online. Y ha publicado un informe esta semana donde dice que ese 30% es estándar en la industria, sin advertir que fue la propia compañía una de las principales impulsoras de ese estándar.
Pero no es el único problema de la App Store: Spotify ha iniciado una larga guerra con Apple sobre si la compañía beneficia su propia app, Apple Music, en su plataforma. El poder de la empresa de Tim Cook se extiende más allá de la propia Store: hasta ahora el navegador de su sistema operativo era por defecto Safari, el de la compañía. Con la nueva versión de su sistema, los usuarios podrán escoger.
Google y un buscador cambiante
Google es, junto a Apple, la empresa que más deberá defenderse. Su monopolio en plataformas para móvil es casi inquebrantable. Además, sigue dominando las búsquedas. No solo por Google, sino porque YouTube es el segundo buscador más usado del mundo. El buscador de Google servía tradicionalmente para mandar a los usuarios a la web más útil para su búsqueda. Ese resultado óptimo se ha ido escondiendo con los años bajo una ancha capa de anuncios, mapas, “cosas que la gente también busca” y otros servicios que limitan la aparición de los resultados deseados.
Una investigación de la web Markup de las 15.000 búsquedas más populares en EE UU da como resultado que el 41% del espacio principal en móvil está ocupado por resultados que ofrece el propio Google en la misma página, sin necesidad de clicar para ir a otra web. Lo que antes era un servicio para que el usuario fuera a la web más indicada para su búsqueda se ha convertido en un espacio para que Google intente que el usuario siga en Google.
Google posee además una plataforma esencial para poner anuncios en webs, el principal navegador (Chrome) y la mayor plataforma de vídeo (YouTube). Su papel en Android, además, le da una increíble capacidad de presión a la hora de saber cómo se usan otras aplicaciones o de presionar a desarrolladores para que empleen su buscador en las apps.
Facebook y la excusa perfecta
La compañía de Zuckerberg ha sido la más analizada y odiada en los últimos años. Su servicio principal, Facebook, es extremadamente usado por todo el mundo pero también ha sido un centro de críticas por razones tan dispares y terribles como supuesto facilitador de genocidios o de trampas electorales. Al contrario que Amazon o Gmail, millones de usuarios ven Facebook como una herramienta para difundir desinformación y provocar desunión, más que conectar a la gente.
La futura integración de la mensajería directa de Messenger, Instagram y WhatsApp será probablemente una de las claves de la comparecencia. Zuckerberg tiene clara sin embargo su excusa perfecta hoy: TikTok. Si se fragmenta a las compañías estadounidenses que compiten en las redes sociales, tendrán más difícil competir con sus nuevos rivales, que encima son chinos.