Silicon Valley ‘Low Cost’

El mexicano Jesús Navarrete explica cómo sobrevivir con 500 dólares al mes en una zona donde el alquiler medio de un apartamento con una habitación septuplica esa cantidad

Jesús Navarrete en la calle Market de San Francisco.R. J. C.

“Aprende a hacer paellas”, ese es el primer consejo de Jesús Navarrete (Sahuayo 1989), un joven mexicano que se siente de Guadalajara, el gran centro tecnológico del país azteca. Allí se fue de niño y estudió la carrera de Ingeniero Electrónico en la sede del Tec. de Monterrey en la capital tapatía. De su época en la universidad recuerda la gran cantidad de gente brillante e infeliz que conoció. “Mis compañeros son tipos con éxito, pero no tengo claro que hagan lo que les gusta”, comenta. Mientras trabajaba desde un Starbucks de Guadalajara en un proyecto, comenzó a entablar amistad con el bar...

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“Aprende a hacer paellas”, ese es el primer consejo de Jesús Navarrete (Sahuayo 1989), un joven mexicano que se siente de Guadalajara, el gran centro tecnológico del país azteca. Allí se fue de niño y estudió la carrera de Ingeniero Electrónico en la sede del Tec. de Monterrey en la capital tapatía. De su época en la universidad recuerda la gran cantidad de gente brillante e infeliz que conoció. “Mis compañeros son tipos con éxito, pero no tengo claro que hagan lo que les gusta”, comenta. Mientras trabajaba desde un Starbucks de Guadalajara en un proyecto, comenzó a entablar amistad con el barista (tendero y cafetero a la vez), le contó su sueño y le impulsó a conseguirlo. “Me di cuenta de que tengo esa capacidad para que encuentres el camino. Ayudo a eliminar fronteras mentales. Si no haces lo que quieres, tiene impacto mental en ti”, relata.

Así fue cómo se decidió a crear “Time for you”, su primera aplicación, mientras trabajaba en el campus de Intel en Guadalajara. Ahorró y ahorró hasta que pudo venir a Silicon Valley. “Había becas, había opciones, pero al final todo era retrasar lo que quería hacer”, defiende después de cuatro años en Palo Alto, uno de los lugares con rentas más altas y alquileres por las nubes. Tanto en su ciudad dónde se encuentra Stanford, como en San Francisco, el alquiler medio de un apartamento con una habitación es de 3.500 dólares. En Atherton, donde viven las estrellas de Silicon Valley, desde Mark Zuckerberg a los fundadores de Google, pasando por Marissa Mayer, exCEO de Yahoo, el precio ya se dispara a más de 5.500 por un apartamento con una alcoba.

Navarrete asegura no gastar más de 500 dólares al mes, pero se considera feliz: “Cada día aquí es alimento para el cerebro. Me enamora la humildad de todo el mundo, la colaboración”

Navarrete optó por Startup Embassy, una casa hacker donde se alquilan camas por días. El único requisito es ser emprendedor, no importa la fase. Ahí se convive, se comparte y, sobre todo, se trabaja intensamente. Considera que fue uno de sus grandes aciertos: “Llegué con un Airbnb para los primeros días, hasta que descubrí Startup Embassy. No vengas a un hotel porque te pierdes el 80% de lo que pasa. Vete a un sitio con literas, pagas menos, aprendes más y te suelen hacer descuento si estás una temporada. Después, si avanzas, te irán ayudando”.

De esa época inicial guarda algunos de los mejores que le han acompañado en el camino: “Conocí a muchos que estaban en la etapa temprana de la empresa y cuando empieza a despegar, se tienen que ir, por eso es necesario venir cuando ya haces algo de dinero. Lo mejor para aprender son los vídeos de Y Combinator, y están ahí, se pueden ver antes de llegar”.

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El transporte tampoco es barato. Carece de coche, pero la bicicleta le sirve de ayuda. Toma el Caltrain, un tren que recorre Silicon Valley de norte a sur por alrededor de 11 dólares (según la distancia) por cada viaje. “Si tengo que ir a San Francisco, siempre pregunto si alguien va en coche y lo agradecen”, una afirmación cierta porque dada la cantidad de tráfico de la zona contar con un pasajero adicional alivia al poder usar los carriles de alta ocupación.

Ahora vive en un apartamento compartido con dos personas más, tienen cuatro habitaciones. Él no paga alquiler a cambio de encargarse de la gestión de la habitación vacante en Airbnb. Aunque no es suficiente para conseguir el trato: “Tienes que saber cocinar, hacer paellas… Eso se aprecia mucho. Que alguien de la casa haga comida caliente es un punto a favor para la convivencia”. De media, un bocadillo y un refresco a mediodía suelen costar más de 20 dólares.

Para muchos emprendedores el gran muro está a la hora de llegar a los inversores de capital riesgo, los VC (leído visí): “No puedes ir sin más, porque las posibilidades son muy bajas. Lo ideal es que un amigo al que ya le han invertido, te presente. Si tienes esa conexión te tratarán mejor”. Así es cómo consiguió dinero para la aplicación que está desarrollando.

Aunque llegó con ahorros no podría haberse mantenido solo con eso. Se mantiene gastando poco, como relata, pero también haciendo algunas inversiones cuyo consejo comparte: “Invierte en Tesla, invierte en Facebook. Sobre todo, invierte en el fundador, en gente que percibas que daría su vida por ello. Elon Musk es extraordinario en ese aspecto”.

Portada del libro Hacking Silicon Valley on a budget.

Navarrete está ultimando su libro titulado Hacking Silicon Valley on a budget, donde profundiza en estos consejos y trucos para conseguir situarse en este ecosistema sin quedarse en la ruina durante el camino.

Vive con estrecheces, asegura no gastar más de 500 dólares al mes, pero se considera feliz: “Cada día aquí es alimento para el cerebro. Me enamora la humildad de todo el mundo, la colaboración”.

Aprovecha para dar un último consejo para los que lleguen a la zona: “Lo mejor no es venir y hacerse las típicas fotografías en Google y Facebook, sino saber quién es quién, reconocer a los relevantes de tu sector, porque te los puedes encontrar. Puedes hablar y entablar una conversación con ellos, pero tienes que estar preparado”. 

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