Tribuna:NEW THNKING

Organización científica del contenido

Gestionar es buscar los mejores modos. El contenido cobra cada vez más importancia como recurso y actividad dentro de las organizaciones. Es hora de que se gestione de modo profesional.

En los últimos 15 años hemos vivido una revolución en el comportamiento organizativo. Nos han llegado el correo electrónico, Internet y un sinnúmero de informes impresos y presentaciones en PowerPoint. Tenemos sistemas de mensajería instantánea y sms telefónicos. La incorporación más reciente a la revolución han sido los blogs.

Nunca antes se ha leído y escrito tanto. Nunca antes la administración...

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Gestionar es buscar los mejores modos. El contenido cobra cada vez más importancia como recurso y actividad dentro de las organizaciones. Es hora de que se gestione de modo profesional.

En los últimos 15 años hemos vivido una revolución en el comportamiento organizativo. Nos han llegado el correo electrónico, Internet y un sinnúmero de informes impresos y presentaciones en PowerPoint. Tenemos sistemas de mensajería instantánea y sms telefónicos. La incorporación más reciente a la revolución han sido los blogs.

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Nunca antes se ha leído y escrito tanto. Nunca antes la administración de empresas ha requerido tanto leer y escribir. Nunca antes las decisiones han estado tan influidas por lo que se lee y escribe. Nunca antes se ha comerciado tanto por leer y escribir. Esto es una auténtica revolución.

Hace poco más de cien años, personas como Frank y Liilian Gilbreth y Frederick Taylor sentaron las bases de la organización científica del trabajo, que a su vez estableció los cimientos de la moderna gestión de empresas. La regla básica de estos pioneros era simple: Existe un modo mejor.

Si analiza en profundidad cómo se desarrolla una tarea, puede encontrar el mejor modo de hacerla (o al menos un modo mejor). Si adopta un planteamiento científico y analiza el trabajo de una forma metódica y rigurosa, puede conseguir que sea más eficiente.

Aquí estoy, sentado, tecleando con dos dedos. Al escribir me fijo en los dedos, después miro a la pantalla y veo el resultado. Por supuesto, cada pocos segundos tengo que parar para corregir los errores que cometo. Este es mi modo "natural" de escribir a máquina, y conozco a muchas otras personas que hacen lo mismo.

Sé que hay un modo mucho mejor de escribir a máquina. Pero es una costumbre arraigada en mí. No quiero cambiarla, porque el cambio produce incomodidades. También sé que antes de conseguir una mejora tendré que pasar por un periodo en el que las cosas irán peor. No quiero pagar ese precio.

En un mundo repleto de ordenadores, se daría por hecho que una de las habilidades básicas que se le enseña a nuestros hijos es la de escribir a máquina. Eso al menos no ocurre en Irlanda. ¿Por qué? Escribir bien a máquina es el primer paso de la organización científica del contenido o scientific content management.

Si las organizaciones producen cada vez más contenido, es lógico que las organizaciones mejoren en la gestión del contenido. Si la actividad de los directivos está cada vez más relacionada con contenido, es lógico que éstos mejoren en su gestión.

Las ideas de Gilbreth y Taylor revolucionaron la gestión de las organizaciones. Ahora nos hallamos en el inicio de una nueva revolución: la organización científica del contenido.

En el plazo de 15 años, las organizaciones serán mucho más rigurosas en el modo en que manejan los correos electrónicos, las páginas web, las presentaciones y los informes. Descubrirán que hay una ciencia del contenido, un mejor modo de escribir un encabezamiento o resumen, por ejemplo.

Hay una enorme oportunidad para aquellos con habilidad para la gestión del contenido. Quienes traten el contenido como una ciencia, generarán un enorme valor. Necesitamos procesos de organización científica del contenido, métodos simples pero robustos para su organización.

Internet es el laboratorio definitivo para la organización científica del contenido. Nunca antes hemos tenido un entorno tan eficaz para medir los impactos del contenido. Analizar, analizar, analizar es el camino hacia el scientific content management.

(Traducido por Snap Comunicación)

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