Guerra contra la obesidad infantil: el Reino Unido prohíbe el relleno gratis de bebidas azucaradas en restaurantes
Usuarios de las redes sociales expresan su irritación ante la nueva medida, en vigor desde el uno de octubre
¿Guerra política o rabieta por quedarse sin chocolate caliente gratis? Algunos usuarios del Reino Unido han trasladado estos días a las redes sociales su enfado ante la nueva medida del Gobierno para intentar poner freno a la epidemia de obesidad infantil.
Desde el 1 de octubre, cuando entró en vigor la legislación, supermercados y restaurantes han dejado de ofrecer a sus clientes el relleno ilimitado de bebidas azucaradas. En el caso de supermercados como el popular Morrisons, las máquinas dispensadoras de chocolate caliente o del popular moca (café con leche y chocolate) ya no permiten que los compradores consuman la cantidad que deseen previo pago de una taza. Las ofertas 2x1 de las bebidas azucaradas carbonatadas, especialmente los refrescos de cola, también han desaparecido de las estanterías.
Cadenas de comida rápida o abundante a precios bajos, como Toby Carver (uno de los establecimientos más visitados en la Inglaterra rural durante los fines de semana, por su famoso Sunday Roast) o Nando´s, especializado en el pollo asado portugués, han frenado en seco la oferta que permitía a los consumidores el relleno ilimitado de sus vasos con refresco durante la comida. Sigue siendo posible acogerse a esta posibilidad con bebidas carbonatadas edulcoradas, como la Coca Cola Zero, la Coca Cola Light, la Fanta Zero o la Pepsi Max.
“La obesidad hurta a los menores de la posibilidad de un buen crecimiento, y les condiciona a una vida llena de problemas de salud que supone un gasto de miles de millones a la sanidad pública”, ha justificado la prohibición un portavoz del Ministerio británico de Sanidad. “Se trata de una medida fundamental para reorientar la estrategia del tratamiento de la enfermedad a la prevención, para lograr que cada niño tenga un comienzo sano y feliz de su vida”, ha añadido.
Esta política fue realmente ingeniada y redactada como medida legal en 2020 por el anterior Gobierno del Partido Conservador. La pandemia y la crisis política que siguió llevaron a los sucesivos primeros ministros a enterrar en un cajón una norma que iba a ser impopular entre muchos de sus votantes, como está comprobando estos días el Ejecutivo laborista de Keir Starmer.
“Ya no puedo tener relleno gratis de mi chocolate o de mi moca, pero me permiten seguir pagando para alimentar mi obesidad”, ha escrito estos días uno de los miles de usuarios enfadados con la medida en la red social X. Algunos han publicado imágenes presuntamente irónicas de policías llamando a la puerta de los clientes que han repetido bebida: “Nos ha llegado una denuncia de que le permitieron rellenar gratis su taza de chocolate caliente”, dicen dos agentes. O “Mi camarera ha sido detenido después de permitirme repetir gratis”, con la foto de una mujer siendo esposada.
Los gobiernos conservadores llevaron a cabo un largo proceso de consulta pública antes de impulsar la ley, que les llevó a la conclusión de que “este tipo de promociones están muy extendidas, y tienen un impacto real a la hora de determinar las preferencias alimenticias y las compras (especialmente cuando se refiere a menores)”, aseguraba entonces la exposición de motivos de un texto legal detallada, que no solo señalaba las ofertas ilimitadas de bebidas azucaradas sino también los lugares estratégicos donde se colocaban esas ofertas, para lograr con rapidez la atención de los clientes.
El listado de productos azucarados cuya promoción debía ser limitada es mucho más amplio que el de las meras bebidas, y las empresas y establecimientos afectados deben tener un tamaño preciso, que incluye más de 50 trabajadores a su cargo. Pero ha sido la noticia de que algo tan popular entre muchos clientes, sobre todo los jóvenes, como el relleno sin límites de sus vasos de refresco lo que una vez más ha desembocado en una batalla política en las redes, con efectos retardados para el Gobierno.