El hijo de una pareja con alzhéimer entrega 90.000 firmas para que vivan juntos en una residencia: “Yo no los voy a separar”

Después de que EL PAÍS recogiese la historia de Desiderio Hernández y María Soledad Domínguez, su hijo lleva los apoyos a la Junta de Extremadura para solicitar que no los evalúen como personas individuales sino como matrimonio

El matrimonio, Desiderio Hernández y Soledad Domínguez en su casa, en Plasencia en octubre de 2024.Samuel Sánchez

José Hernández, el hijo de Desiderio Hernández (84) y María Soledad Domínguez (80), un matrimonio de personas mayores con Alzhéimer en Plasencia (Cáceres), ha entregado este jueves a la Junta de Extremadura las 90.000 firmas que ha recogido a través de la plataforma Change.org para pedir que se les asigne una misma residencia y no se les separe tras 60 años de casados. Solicita, también, que se modifiquen los actuales criterios de asignación de las plazas en la comunidad para que “los matrimonios tengan preferencia de ir a una resi...

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José Hernández, el hijo de Desiderio Hernández (84) y María Soledad Domínguez (80), un matrimonio de personas mayores con Alzhéimer en Plasencia (Cáceres), ha entregado este jueves a la Junta de Extremadura las 90.000 firmas que ha recogido a través de la plataforma Change.org para pedir que se les asigne una misma residencia y no se les separe tras 60 años de casados. Solicita, también, que se modifiquen los actuales criterios de asignación de las plazas en la comunidad para que “los matrimonios tengan preferencia de ir a una residencia juntos, especialmente si tienen una enfermedad degenerativa”, explica.

En octubre del año pasado, este periódico publicaba la historia del matrimonio y la lucha de su hijo para que sus padres no sean separados al ingresar a una residencia. En su momento, él estaba valorado con un grado dos de dependencia, lo cual le daba derecho a una residencia ―sigue en lista de espera―, y ella, con un grado uno, no lo tenía. Hace unas semanas, un técnico, junto a un neurólogo, visitaron a la familia para evaluar a la madre de nuevo: le dijeron, aunque todavía falta el resultado por escrito, que su madre tenía grado tres. Y que otro técnico haría la evaluación de su padre. “Yo no quiero eso. Quiero un técnico para los dos, para hacer una solicitud conjunta; no quiero dos expedientes separados”, dice Hernández.

José Hernández entrega 90.000 firmas a la Junta de Extremadura el jueves 13 de febrero, imagen cedida de Change.org.change.org

Pese al deterioro cognitivo de ambos, que va más rápido de lo esperado en su madre, según relata, Hernández tiene una certeza: “Lo que ellos tienen es el uno al otro, han perdido la memoria pero saben que la persona que tienen a su lado es su referente”. Y asegura: “Yo no los voy a separar para que se me mueran de pena a los 15 días”.

Explica que “valoran a cada uno por separado incluso teniendo la misma enfermedad y, por ello, podrían asignarle a cada cual una residencia distinta. Separándolos en sus últimos años y después de haber pasado toda una vida juntos”.

Hernández viene recolectando las firmas desde septiembre y este jueves las ha entregado en el Servicio Extremeño de Promoción de la Autonomía y Atención a la Dependencia (SEPAD), de la Consejería de Salud y Servicios Sociales en Mérida. “No tenemos todo el tiempo del mundo, no podemos esperar. Por eso voy a ir este jueves personalmente a entregarles las 80.000 firmas, para decirles que no somos solo José, Desiderio y Soledad, sino más de 80.000 [la última actualización es de 90.000] personas pidiendo que dejen de ignorarnos y pongan una solución”, indica.

Desiderio, María Soledad y José con la caja de firmas en febrero de 2025.change.org

Las veces que se ha comunicado con la Junta, explica, esta se remite al protocolo e indica que no se pueden cambiar los criterios. Sin embargo, él se pregunta “cómo no se puede cambiar si en otras comunidades lo hacen”. Indica que en otras regiones como Aragón o la Comunidad Valenciana “sí priorizan en sus normativas la reunificación de matrimonios en residencias”.

Tras la movida y la entrega de las firmas a la Unidad de Atención a las Personas Mayores del SEPAD, Hernández ha conseguido que le den una reunión para este martes con la responsable de la Junta que lleva este tema. “Esperamos que no sean solo buenas palabras, si no la resolución efectiva de este problema para mis padres y todas las personas que se encuentran en esta situación”, dice.

Ayuda las 24 horas

Hernández, a sus 57 años, es el principal cuidador de sus padres, quienes necesitan ayuda las 24 horas. Y es la razón por la que ha solicitado para ambos la residencia pública. El padre es “más o menos funcional en el momento”, cuenta, se puede hablar con él perfectamente, pero se le tiene que ayudar a bañarse o vestirse. Otro problema es que se desorienta por momentos. La madre se encuentra “muy mal”, necesita ayuda para comer, vestirse, asearse y llevarla al servicio: “Es totalmente dependiente”. “Mi madre hace seis meses barría, cocinaba y ahora la tengo en un sofá”, relata.

Pese a todos sus intentos, sus padres “siguen en casa, sin residencia y con el riesgo de que les separen”. Añade que todo recae en una cuestión monetaria, ya que si tuvieran el dinero para pagar una residencia privada o concertada lo harían. Calcula que tendrían que gastar unos 5.000 euros mensuales entre ambos.

La lucha de Hernández frente a las autoridades va más allá del caso de sus padres, asegura. Quiere que se cambie la ley, “lo que le pasa a ellos, le puede pasar a cualquiera”, dice. “Si una pareja lleva 60 años viviendo juntos, si le quitan a la persona que es su referente, claro que esa persona entra en depresión”, finaliza.

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