Sean Combs, demandado por su exnovia, la cantante Cassie, por violación, abusos y malos tratos
La artista asegura en una dura denuncia presentada en Nueva York que él la obligaba a mantener sexo con prostitutos, que la pegaba “varias veces al año”, que la obligaba a consumir drogas y que no le permitía ver a su familia
La artista Casandra Ventura, quien fue novia del rapero y empresario Sean Combs —conocido como Puff Daddy, Diddy e incluso como Love— ha interpuesto una demanda por daños en su contra en el que la acusa de someterla sistemáticamente a violaciones y malos tratos físicos durante toda su relación, que duró de manera intermitente 13 años, desde 2005 a 2018. Cassie, como es conocida la cantante y modelo, ha denunciado al rapero en Manhattan, ante un juzgado federal. El artista y empresario, nacido en Harlem y de 54 años...
La artista Casandra Ventura, quien fue novia del rapero y empresario Sean Combs —conocido como Puff Daddy, Diddy e incluso como Love— ha interpuesto una demanda por daños en su contra en el que la acusa de someterla sistemáticamente a violaciones y malos tratos físicos durante toda su relación, que duró de manera intermitente 13 años, desde 2005 a 2018. Cassie, como es conocida la cantante y modelo, ha denunciado al rapero en Manhattan, ante un juzgado federal. El artista y empresario, nacido en Harlem y de 54 años, que es uno de los músicos más conocidos del mundo del rap, ha vendido más de siete millones de discos, tiene una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood y ha ganado tres premios Grammy, ha negado las acusaciones contra él, y afronta cargos por de violación, abuso sexual, agresión sexual y tráfico sexual, porque ocurrieron en distintas ciudades.
En la demanda —a la que han tenido acceso medios como The New York Times y Page Six—, Ventura afirma que desde que empezó su relación en 2005, cuando ella tenía 19 años, Combs trató de controlarla y abusó de ella, maltratándola físicamente y obligándola a tomar drogas y a mantener relaciones sexuales con prostitutos que él contrataba y con los que la grababa. En 2018, siempre según la versión de Ventura, cuando estaban cerca de terminar la relación, él la violó. Además, en los documentos judiciales también se lee que Combs “tenía tendencia a unos ataques de ira incontrolable, y con frecuencia golpeaba a Ventura de forma salvaje”, y de hecho relata varias de ellas donde la dejaba ensangrentada y amoratada. Según explica Casandra Ventura en su demanda, las palizas solían tener lugar con los trabajadores de Combs como testigos, aunque “nadie se atrevía a alzar la voz, atemorizados por su feroz jefe”. Entre las consecuencias de su relación, afirman los abogados de Cassie, estuvo su aislamiento de su red de apoyo. “La señora Ventura sintió que decirle no al señor Combs le costaría algo: su familia, sus amigos, su carrera y hasta su vida”.
La demanda, muy dura y cargada de detalles, relata cómo era la vida a la que estuvo sometida Ventura durante 13 años, con detalles como que el rapero la pegaba “varias veces al año” y que la obligaba a llevar su pistola en el bolso, para “recordarle la capacidad de causarle daños serios”. “A lo largo de los años, Combs abusó de Ventura física y sexualmente, ella intentó escapar una y otra vez del férreo control que él tenía sobre su vida”, explican los documentos. Ella nunca acudió a la policía porque temía que eso “simplemente le diera otra excusa a Combs de volver a hacerle daño”.
El rapero es también dueño de una compañía de discos, Bad Boy Records, con la que ella firmó su primer contrato en el año 2006, por lo que empresarialmente estaba atada a él. “Cada vez que se escondía, la amplia red de empresas y entidades afiliadas de Combs la encontraban, y quienes trabajaban para sus empresas le imploraban que volviera con él”, se lee en la demanda. A menudo los empleados del artista le ayudaban a controlar a la cantante, amenazándola con que harían desaparecer su música si no les obedecía o si no se comportaba como el rapero quería: “Muchos llegaron a decirle que, si no volvía con él, su carrera en la industria del entretenimiento se acabaría”. Ahora ella ha demandado a Combs, pero también a varias de sus empresas asociadas.
Desde que empezaron a salir, en torno a 2005, Cassie comprobó cómo era el excéntrico y lujoso estilo de vida del neoyorquino y empezó a notar el control que él pretendía ejercer sobre su vida. Según la demanda, controlaba su carrera y pagaba sus gastos de vivienda, coches, ropa y hasta tenía acceso a su historial médico; los resultados de sus pruebas médicas iban directas a Combs. Él le suministraba “una ingente cantidad de drogas” como ketamina y éxtasis, y la obligaba a tomarlas. Los golpes eran constantes. En la demanda la cantante recuerda un episodio de 2009 en Los Ángeles donde, después de que el rapero la viera charlando con un agente de talentos, la empujó, la metió en el coche y la pateó en la cara hasta hacerle sangrar. Después su personal tuvo que llevarla al hotel, donde estuvo recuperándose una semana. Ella pidió irse con sus padres pero él no se lo permitió. También cuenta otro episodio, ocurrido en 2016 en un hotel de la misma ciudad de California. Drogado, le golpeó en la cara y le puso un ojo morado. Cuando se durmió ella trató de escapar de la habitación, pero él despertó y la siguió por el pasillo lanzándole jarrones de cristal. Las cámaras de seguridad filmaron el incidente; él pagó 50.000 dólares por la grabación.
Una de las fantasías de Combs, que ponía en práctica con su novia, era el voyeurismo. Según la demanda, él le hacía tener relaciones sexuales con prostitutos —que ella misma estaba obligada a buscar en páginas webs— mientras él miraba y se masturbaba, sacando fotografías y vídeos de todos ellos, a menudo vestidos con máscaras, disfraces y lencería, y mientras forzaba a Ventura a tomar drogas, algo que ella explica que en parte le permitía “no pensar durante esos terroríficos encuentros”. Lo hizo durante años en hoteles de lujo y en sus propias casas; de ahí que la demanda también sea de tráfico sexual. Cuando él grababa los vídeos en el teléfono móvil de su novia, ella los borraba, pero a menudo él los recuperaba. Una vez le obligó a ver uno durante un vuelo.
El último episodio entre ellos fue la violación ocurrida en casa de ella en 2018, que tuvo lugar tras una cena donde quería cortar con él. “Ella le pidió que parara e intentó empujarle. Combs le quitó la ropa a la fuerza y le desabrochó el cinturón, y la violó mientras ella decía que no repetidamente y trataba de alejarle”. Ese fue el final. Cassie consiguió abandonarle. En 2019, el mismo año en el que dejó la discográfica Bad Boy, se casó con Alex Fine, su entrenador personal, y tienen dos hijas. Por su parte, Combs tiene siete hijos de distintas relaciones, ninguno con Ventura. Ahora mantiene una relación abierta con la rapera Yung Miami.
La demanda también afecta a terceras personas. En ella se sugiere que Combs fue el responsable de hacer que el coche de uno de sus rivales, el rapero Kid Cudi, con el que ella estuvo saliendo a principios de 2012, explotara. El propio rapero ha secundado esta versión a través de su portavoz. También de colgar a un amigo o amiga de Ventura del balcón de un hotel, en un piso 17.
“Después de años de silencio y oscuridad por fin estoy preparada para contar mi historia, y para hablar alto y claro tanto por mí misma como en beneficio de otras mujeres que han vivido la violencia y los abusos en sus relaciones”, ha escrito Cassie, de ahora 37 años, en un comunicado enviado a los medios.
Los letrados de Casandra Ventura afirman que ambas partes habían hablado antes de la demanda, y que él le ofreció “una suma de ocho cifras”, es deci, de al menos 10 millones de dólares, “para comprar su silencio y evitar esta demanda”, que ella rechazó. Los abogados de Combs también se han pronunciado, negando “vehementemente las acusaciones, ofensivas e indignantes”. “Durante los últimos seis meses, el señor Combs ha estado sujeto a una insistente demanda de 30 millones de dólares por parte de la señora Ventura, bajo la amenaza de la publicación de un dañino libro sobre su relación, que ha sido rechazado de forma rotunda al tratarse de un obvio chantaje. Pese a haber retirado su amenaza inicial, la señora Ventura ha recurrido ahora a una demanda plagada de mentiras infundadas y escandalosas, con el objetivo de ensuciar la reputación del señor Combs y de conseguir un cheque”.
El rapero, de 54 años, se convirtió en una de las figuras con mayor fama del panorama del hip hop en los años noventa y dosmil, y según el diario The New York Times —que le califica como “el ejecutivo musical más famoso de su generación”— su fortuna ronda los mil millones de dólares, unos 920 millones de euros. Solo el año pasado ganó 90 millones de dólares (83 millones de euros), y hace un lustro su música le reportaba 100 millones de dólares al año, convirtiéndose en el mejor pagado de la industria. Buena parte de sus ingresos vienen gracias a su asociación con el gigante de bebidas alcohólicas Diageo, con quien ha promocionado una marca de vodka durante hace 15 años y también ha tenido una marca de tequila, DeLeon. El pasado verano, sus caminos se separaron después de que Combs les demandara por racismo.
En 2017, Combs ya tuvo una demanda de acoso sexual, aunque no de tal calibre como la actual. Su excocinera, una mujer llamada Cindy Rueda, le acusó en un juzgado de Los Ángeles de que, además de hacerla trabajar 16 horas al día, la obligaba a servirle comida después de que el cantante mantuviera relaciones sexuales con otras mujeres, y mientras él seguía desnudo. Al quejarse, fue despedida. En febrero de 2019 llegaron a un acuerdo económico.