Las asociaciones del Camino de Santiago se ponen en guardia frente al coronavirus

La Federación Española difunde un comunicado para sus hospitaleros. "Si surge un caso en un albergue, mañana nos cierran el Camino", advierte la Fraternidad Internacional

Una peregrina en Villafranca del Bierzo el pasado noviembre.ÓSCAR CORRAL

El temor empieza a extenderse entre los extranjeros que planeaban viajar a España para peregrinar a Santiago mientras las asociaciones jacobeas reclaman al Gobierno central y a las comunidades autónomas un protocolo de actuación específico ante el coronavirus que no existe para los albergues de las diversas rutas. De momento, según explican los portavoces de la Federación Española y de la Fraternidad Internacional del Camino de Santiago, en los itinerari...

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El temor empieza a extenderse entre los extranjeros que planeaban viajar a España para peregrinar a Santiago mientras las asociaciones jacobeas reclaman al Gobierno central y a las comunidades autónomas un protocolo de actuación específico ante el coronavirus que no existe para los albergues de las diversas rutas. De momento, según explican los portavoces de la Federación Española y de la Fraternidad Internacional del Camino de Santiago, en los itinerarios de peregrinación no se ha recibido ningún tipo de consigna por parte de las Administraciones a pesar del continuo tránsito de caminantes que en esta época del año son mayoritariamente coreanos e italianos, de la convivencia habitual en grandes habitaciones con literas y de que el período de incubación da para recorrer un buen número de etapas. Este viernes, y a la espera de ser recibida por el subdelegado del Gobierno en León para plantearle que sea el Ejecutivo central quien coordine las actuaciones, la Federación de Asociaciones de Amigos del Camino ha difundido un comunicado en el que propone a los peregrinos "analizar si es el momento adecuado" para iniciar su "aventura".

En el mismo escrito, dirigido también a todos los hospitaleros, o personas voluntarias que atienden los albergues que gestiona la entidad, esta recuerda las recomendaciones de la OMS para el coronavirus y advierte de que en el peregrino se suman el "esfuerzo de caminar cargado", el "descansar mal", el "pasar frío" o el "comer y beber de forma inadecuada". "El peregrino o la peregrina deben ser conscientes de que su seguridad conlleva la seguridad de los otros peregrinos que vengan después", prosigue la nota. Con el "agotamiento físico, nuestro cuerpo está abonado a hacernos más vulnerables, mucho más si ya padecemos alguna enfermedad o estamos sujetos a algún tratamiento médico", concluye la federación, que a partir de este fin de semana empezará en La Rioja con sus cursillos de formación de voluntarios para los albergues.

Cuatro peregrinos coreanos, en noviembre de 2019, caminan hacia el Monte do Gozo en Santiago.Ó. C.

Precauciones en el Camino a Roma

Solo en Galicia, la red pública de los distintos Caminos a Compostela está formada por 70 albergues y más de 3.000 plazas, pero esta cifra se multiplica varias veces con la constelación de alojamientos privados para peregrinos que han surgido en cada pueblo. Es un descomunal servicio de alojamiento extendido a lo largo de cientos de kilómetros que los viajeros van usando día a día, de etapa en etapa, en un continuo movimiento hacia el fin de la ruta. Por aldeas y pueblos donde, tal y como explica la Federación, "los que se ponen enfermos van a un puesto de salud" y si es grave son remitidos en ambulancia al hospital de referencia. Por estas particularidades, advierte Juan Carlos Pérez, presidente de la Fraternidad Internacional del Camino de Santiago (FICS) y responsable del albergue de Astorga, "si surge un caso de coronavirus en un albergue, al día siguiente cierran el Camino".

"El Camino es algo vivo, no solo patrimonio, donde se mueve mucha gente de muy distintos lugares; ahora, sobre todo, coreanos, italianos, alemanes, brasileños...", recuerda el portavoz de la FICS. "Pero de momento ninguna consejería nos ha dado instrucciones", lamenta: "No nos han trasladado nada y obviamente estamos preocupados, aunque debemos tomarlo con tranquilidad y evitar que cunda el pánico". Un portavoz de la Federación Española, en la misma línea, defiende que "no se trata de crear alarma, sino de curarse en salud, porque un problema de este tipo puede tener una repercusión enorme en el año previo a un Jacobeo". La primera en pedir protocolos para evitar el contagio fue, hace medio mes, la Asociación de Amigos do Camiño Portugués en Pontevedra. Hace ya días que la web oficial de la Vía Francígena (el peregrinaje desde la Catedral de Canterbury, en el Reino Unido, hasta San Pedro del Vaticano, con varias etapas a través de Lombardía) difundió unas "medidas de precaución" y recomendó el uso de mascarillas en las zonas afectadas.

"No podemos correr el riesgo este año"

De este comunicado se empezaron a hacer eco esta semana foros en Internet de peregrinos a Compostela, donde los extranjeros, bastantes estadounidenses, alertaban de que el Covid-19 ya estaba en España. Varios anunciaron que iban a cambiar sus planes para este año y hasta a cancelar los billetes de avión que los traerían para empezar su itinerario: "Estamos tristes. Tenemos vuelos reservados para caminar desde León a Sarria [Lugo] a finales de abril y mayo. Pero mi pareja tiene 73 años, problemas cardíacos, propensión a la bronquitis y la neumonía, y creo que no podemos correr el riesgo este año", reconocía un miembro de un foro. "Teníamos muchas ganas de volver (...) Esperamos que pronto se encuentre una vacuna eficaz y que podamos hacerlo el año que viene. Perder lo que pagamos por los pasajes duele, pero el verdadero dolor es no continuar con algo de lo que hemos estado deseando formar parte".

Pero en la propia senda aún no se ha instalado el miedo. Hoy, entre varios grupos de peregrinos que llegan a Santiago desde León solo uno procedente de Corea del Sur, que camina acompañado de otros cuatro compatriotas, lleva puesta una mascarilla. Todos ellos siguen las noticias y hablan del problema, pero lo ven lejano. Lo mismo les ocurre a Begoña Mora y Moisés Viera, tinerfeños que esta mañana descienden desde el Monte do Gozo (Santiago) en la última etapa de un Camino que comenzaron en O Cebreiro (Lugo). "Claro que sí. Los peregrinos comentan. Es inevitable si cada vez que llegas a un bar, a un pueblo, en la tele están con noticias del coronavirus", dice la mujer. "Hasta estos días en el Camino casi todo estaba cerrado. No había ni para tomar un cortado, aunque siempre hay gente hospitalaria, como una señora que nos invitó a su casa a tomar chicharrones y crepés [filloas gallegas de Carnaval] con azúcar", relata el hombre. "Pero a partir de ahora es cuando aumenta el turismo, y es normal la preocupación", concluye ella.

Albergues abiertos desde el 1 de marzo

El Camino Francés a Santiago es un río de peregrinos que a partir de primavera se vuelve caudaloso y en verano, torrencial. Los albergues gallegos abren todo el año, y a partir del 1 de marzo, también los de las otras comunidades autónomas que atraviesa. Hasta esa fecha, fuera de Galicia, las etapas se hacen más largas porque solo un 25% brindan refugio a los caminantes. Pero es en esta época y hasta que llega el buen tiempo cuando esta ruta es transitada, sobre todo, por peregrinos procedentes de Corea del Sur y de Italia, dos países que actualmente ocupan, respectivamente, el séptimo y el primer lugar en número de caminantes anuales. Los Caminos a Santiago baten cada año su propias cifras (347.511 en 2019) y se espera que se disparen cuando llegue el Año Santo 2021.

Este periódico ha preguntado a la Xunta de Galicia si ha previsto algún tipo de profilaxis en los albergues gallegos y la respuesta que ha dado la Consellería de Cultura e Turismo es más bien genérica:  "La Xunta ha puesto en marcha una comisión interdepartamental para el seguimiento del Covid-19 y otras enfermedades emergentes". "El Ejecutivo gallego considera necesario poner en marcha un órgano que facilite la coordinación e impulso de las actuaciones más allá del ámbito estrictamente sanitario, de manera que se minimice el impacto social y económico que pueda causar la expansión". La comisión, según informa la Xunta, está compuesta por "miembros del Gobierno gallego de distintas áreas, entre ellas Turismo", para trabajar "desde la máxima cautela".

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