Los hospitales de Madrid ya sufren la segunda ola: operaciones suspendidas, traslados de enfermos y el doble de pacientes
Las camas covid en la Comunidad se han duplicado en menos de tres semanas. El Gobierno de Ayuso habla de “situación controlada”
La ocupación de camas covid en los hospitales madrileños se ha duplicado en menos de tres semanas. El colapso todavía no está próximo, pero la presión ya relega algunas intervenciones rutinarias y, si las limitaciones sociales que entraron en vigor el lunes no surten efecto y el avance de las infecciones continúa su senda, en semanas podría llegar el desbordamiento de algunos hospitales. Madrid entra en una etapa clave para evitarlo, mientras el Ministerio de Sanidad mira con preocupac...
La ocupación de camas covid en los hospitales madrileños se ha duplicado en menos de tres semanas. El colapso todavía no está próximo, pero la presión ya relega algunas intervenciones rutinarias y, si las limitaciones sociales que entraron en vigor el lunes no surten efecto y el avance de las infecciones continúa su senda, en semanas podría llegar el desbordamiento de algunos hospitales. Madrid entra en una etapa clave para evitarlo, mientras el Ministerio de Sanidad mira con preocupación lo que fuentes de este departamento califican como una situación “muy delicada”.
El 20 de agosto, primer día en que Sanidad publicó datos sobre la ocupación hospitalaria, el 9,4% de los pacientes ingresados en los centros madrileños tenía coronavirus; este martes, era el 19%. El incremento en las UCI es aún más rápido: ha pasado de 126 a 288. El crecimiento de la media española es menor: de un 4,3% a un 7,4% en el mismo periodo en las camas de agudos, mientras en las unidades de cuidados intensivos han pasado de 522 a 1.051, según los datos oficiales publicados el lunes.
La presión es muy diferente en función de los hospitales. En el 12 de Octubre, que es referencia para algunos de los barrios más afectados de la capital, alrededor de un tercio de sus pacientes están ingresados por covid. Ramón y Cajal, Clínico, Gregorio Marañón y Virgen de la Torre son los siguientes. En el resto, la situación todavía es “muy asumible”, explica Manuel de Castro, de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid. Pero la consecuencia de esto, asegura, es que en los centros con más presión ya tienen que aplazar operaciones no urgentes para no comprometer las UCI.
Para evitar colapsos, esta comunidad está derivando pacientes de hospitales con más cargas a otros con menos y, aunque no se plantea por el momento reabrir Ifema como hospital de campaña, en caso necesario se podría hacer “en 48 horas”, ha dicho este martes en conferencia de prensa Antonio Zapatero, viceconsejero de Sanidad, quien también ha asegurado que si se alcanzan cifras no asumibles “Madrid haría lo que hiciera falta”. Calificó la situación hospitalaria de “controlada”. “Esto no quiere decir que estemos tranquilos. Pero ahora se ingresa a todas las personas con neumonías, cosa que antes no se hacía, y alrededor del 50% de los pacientes en UCI no están intubados, con lo que la estancia es menor”, señaló.
Aunque los hospitales están mejor equipados (mascarillas, guantes, respiradores) no sucede lo mismo en cuanto a personal. Ricard Ferrer, presidente de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias, explica que cada cama de covid ocupada es una que hace solo un año estaba pensada para otras patologías. El sobreesfuerzo del personal ya se está produciendo y la detracción de recursos que se destinaban a otros fines, también. “Cuando paramos el programa quirúrgico porque hay mucho covid, en cierta forma estamos seleccionando”, relata este médico.
“Todavía hay vacaciones, y hay menos personal”
Marta Raurell, presidenta de la Sociedad Española de Enfermería Intensiva y Unidades Coronarias, habla de “miedo y desánimo”. Especialmente en Madrid, donde con más fuerza se sufrió la primera ola y donde la presión de la segunda se empieza a notar ya. “No se han recuperado de la primera. Todavía hay vacaciones, y hay menos personal. Se están haciendo programas exprés para adaptar a enfermeras no especializadas en UCI, pero nada estaba preparado para que las necesitáramos tan pronto. Pensábamos que había margen, que volveríamos de vacaciones con seminormalidad, pero no ha sido así”, resume.
La mayoría de los especialistas consultados cree que la velocidad a la que avanza esta segunda ola (mucho más lenta que la primera gracias a la mayor detección de casos) permitirá reaccionar antes de que se produzca un colapso similar al de la primavera. “No tenemos que pensar que la línea va a subir indefinidamente. Las comunidades más apretadas tomarán medidas para frenarla, como vimos con Aragón [que aunque llegó a tener una incidencia mayor que la de Madrid, logró reducirla a menos de la mitad]”, señala Joan Ramón Villalbí, de la Sociedad Española de Salud Pública.
El problema es si se hace lo suficiente y con la antelación necesaria. No lo cree José Martínez Olmos, profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública: “Si no se consigue frenar la progresión de la evolución de la incidencia, y creo que con las medidas aplicadas desde el lunes no va a ser suficiente, la probabilidad de mayor presión asistencial es muy alta. En mi opinión, Madrid va a necesitar confinamientos perimetrales y medidas que requieran el estado de alarma. Más aún si los previsibles brotes de algunos colegios amplifican la incidencia y si (como estamos viendo) hay nuevos brotes en las residencias de mayores que tienen un potencial daño en la salud de los ancianos que dará lugar a más presión asistencial e incremento de la mortalidad”.
Un signo de que algo no funciona en la capital es el porcentaje de ingresos con respecto al total de casos detectados: está, según datos de la propia consejería, en alrededor del 10%, mientras que otras comunidades, como Cataluña y País Vasco se sitúan en el 2% y 1% respectivamente. “Esto quiere decir que hay unas que están detectando casi todos los casos y en otras se están escapando muchos”, señala Villalbí.
Esto es una constante en Madrid desde que comenzó la segunda ola. En julio notificaba muchos menos casos que otras comunidades, pero más hospitalizaciones. La atención primaria, a la que corresponden los primeros diagnósticos, está desbordada. Y la Comunidad afrontó el verano con menos de una séptima parte de los rastreadores de lo que recomiendan los estándares internacionales. La consecuencia era previsible: primero vendría un aumento de casos, luego de ingresos hospitalarios, seguirían las UCI y finalmente las muertes por covid.
En Sanidad miran con preocupación estos aumentos y las débiles medidas para hacerles frente (como limitación de aforos o reducción de las reuniones a 10 personas), pero el ministerio no quiere interferir en el manejo que está haciendo el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso. “La gestión es de las comunidades, son ellas las que tienen que tomar las decisiones”, explican fuentes del departamento de Salvador Illa. El viceconsejero de Sanidad de Madrid ha anunciado este martes refuerzos en atención primaria. Y aseguró que de los 166 rastreadores con los que partía la región al principio de la segunda ola, se ha pasado ahora a 795.
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