Julius Lothar Meyer, uno de los padres de la primera tabla periódica de elementos químicos basada en el peso atómico
El científico alemán y el ruso Dimitri Mendeléyev trabajaron de forma independiente, pero el segundo se llevó la fama al publicar antes el descubrimiento
La Historia solo suele reservar un lugar para el nombre del ganador, del que llega primero, y la Ciencia no es una excepción. Por desgracia, los segundos suelen olvidarse con facilidad. Julius Lothar Meyer representa ese ejemplo de lucidez y perseverancia en el trabajo científico, aunque su nombre no brille tanto por no haber sido el primero en comunicar sus descubrimientos. En un siglo XIX sin grandes posibilidades de comunicación, el químico alemán fue uno de los pioneros en desarrollar la...
La Historia solo suele reservar un lugar para el nombre del ganador, del que llega primero, y la Ciencia no es una excepción. Por desgracia, los segundos suelen olvidarse con facilidad. Julius Lothar Meyer representa ese ejemplo de lucidez y perseverancia en el trabajo científico, aunque su nombre no brille tanto por no haber sido el primero en comunicar sus descubrimientos. En un siglo XIX sin grandes posibilidades de comunicación, el químico alemán fue uno de los pioneros en desarrollar la tabla periódica de los elementos. Lo hizo de forma independiente al ruso Mendeléyev, aunque la publicación de su trabajo después de la del científico ruso, relegó el nombre de Meyer a un segundo lugar que no debería desmerecer ni su importancia ni su trascendencia en la Ciencia.
Julius Lothar Meyer nació en la localidad alemana de Varel un 19 de agosto de 1830, hace 190 años. Mamó la medicina desde pequeño gracias a su padre, el doctor Friedrich August Meyer, por lo que decantó su vocación a sucederlo. Estudió en las universidades de Zúrich, Würzburg, Heidelberg y Kaliningrado, a los 24 años se graduó en Medicina y cuatro años después, en 1858, obtuvo el doctorado en la Universidad de Breslau.
Los intereses de Meyer al principio fueron fisiológicos, pero poco a poco pasó a la química. Comenzó estudiando las combinaciones del oxígeno y del dióxido de carbono con la sangre, pero poco a poco fue orientándose a la química inorgánica y a la química física. En 1867 consiguió la cátedra de Ciencias Naturales en Eberswalde y un año después se convirtió en profesor de Química en Karlsruhe, donde permaneció hasta que se trasladó a la cátedra de Tübingen (1876-1895).
En 1860 un hecho cambió la vida de Julius Lothar Meyer y comienza a relacionarlo, sin saberlo, con el científico ruso Dimitri Mendeléyev. Ese año ambos estaban entre los jóvenes químicos que asistieron al Primer Congreso Internacional de Química en Karlsruhe y, sin conocerse, quedaron impresionados con la presentación de Stanislao Cannizzaro sobre los pesos atómicos. Desde aquel momento, escribir un libro resultó ser el objetivo que ambos se marcaron, sin saber las intenciones uno del otro, para desarrollar la tabla periódica, es decir, un dispositivo para presentar los más de 60 elementos conocidos en aquel momento de una manera inteligible.
Hasta ese momento los químicos habían estado intentando idear un sistema lógico de clasificación ordenando los elementos por peso atómico, pero la confusión sobre cómo determinar los pesos atómicos frustró sus intentos. Después del encuentro de Karlsruhe se publicaron varios proyectos nuevos, que finalmente culminaron en las obras independientes de Meyer y Mendeléyev.
La gran contribución a la Ciencia de Meyer comenzó en 1864, cuando publicó un libro titulado ‘Teoría química moderna’. En él expuso los fundamentos principales de esta ciencia, además de establecer las relaciones existentes entre las propiedades de los elementos químicos y sus respectivos pesos atómicos.
Julius Lothar Meyer usó pesos atómicos para ordenar 28 elementos en 6 familias que tenían características químicas y físicas similares, dejando espacios en blanco para elementos aún no descubiertos. Su único avance conceptual sobre sus predecesores inmediatos fue ver la valencia, el número que representa el poder combinatorio de un átomo de un elemento en particular, como el vínculo entre los miembros de cada familia de elementos y como el patrón para el orden en el que las familias estaban organizadas.
Años después, en 1870, el químico alemán publicó su artículo ‘La naturaleza de los elementos químicos en función de su peso atómico’, en el que describía la evolución de su trabajo desde 1864. El artículo es famoso por su representación gráfica de la periodicidad del volumen atómico representado frente al peso atómico. Muchos químicos tenían sus dudas sobre la ley periódica al principio, pero estos escépticos se convirtieron gradualmente por el descubrimiento de elementos que encajan en los espacios en blanco en la disposición de la tabla y la corrección de los pesos atómicos antiguos.
Mendeléyev, por su parte, tras el Congreso de Karlsruhe enseñó en el Instituto Tecnológico de San Petersburgo, completó su tesis doctoral y comenzó una granja experimental. Cuando en 1867 fue nombrado catedrático de Química en la Universidad de San Petersburgo, él también empezó a escribir un libro, ‘Principios de Química’, y elaboró su ley periódica, que se publicó por primera vez en artículos en 1869, un año antes que Meyer, y en la que logró organizar todos los elementos conocidos en una tabla.
El mayor esfuerzo de Julius Lothar Meyer se centró en clasificar los elementos químicos y en la obtención de sus propiedades químicas para predecir su comportamiento periódico en la tabla. Aunque su trabajo presentaba algunos inconvenientes, tanto la tabla propuesta por Meyer como la de Mendeléyev dejaron vacantes algunos lugares del sistema periódico, así como las propiedades de elementos desconocidos hasta entonces, hecho que les llevó a predecir la existencia de tres elementos, denominados escandio, galio y germanio. Estos descubrimientos dieron fe de la validez de ambas clasificaciones.
Sin embargo, Meyer nunca disputó la prioridad de Mendeléyev por publicar sus estudios de forma independiente un año antes. A pesar de todo, el documento posterior de Meyer de 1870 fue innovador, ya que su demostración gráfica de la relación entre el volumen y el peso atómicos proporcionó una fuerte evidencia de la ley periódica que describe los patrones cíclicos entre los elementos.
A pesar de la disputa, en apariencia larga y prolongada, Meyer y Mendeléyev siguieron vidas bien distintas. Mientras que Julius Lothar Meyer continuó con una vida de investigación y docencia y pasó los últimos 20 años de su vida como profesor en Tübingen, las fuertes inclinaciones democráticas de Mendeléyev lo metieron en problemas con las autoridades políticas y académicas rusas. Sin embargo, contribuyó a la modernización de Rusia a través de sus informes y recomendaciones sobre pesos y medidas, tarifas de protección, construcción naval y rutas de envío en las regiones árticas, la fabricación de pólvora sin humo, y el desarrollo de la industria pesada. Cuando murió, los estudiantes llevaron la tabla periódica descubierta por él y por Meyer en la procesión fúnebre, lo que acrecentó su fama como padre de la tabla periódica.
Por su parte, Julius Lothar Meyer falleció en 1895 víctima de un cáncer en Tübingen. Tenía 65 años y seguía dando clases en la ciudad alemana. Hoy, sus descubrimientos continúan siendo una parte fundamental en el estudio de la química orgánica que tanto ayudo a desarrollar.