Síntomas inespecíficos y PCR negativas: así sortea el coronavirus los sistemas de vigilancia

La Generalitat rastrea la comarca de La Garrotxa en Girona por un brote con 33 casos que tardó 10 días en identificar

Barcelona -
Cartel de medidas de prevencion en un acceso a la planta de Noel Alimentaria en Sant Joan de les Fonts (Girona).©Toni Ferragut (EL PAÍS)

Los servicios de Salud Pública tardaron 10 días en descubrir un brote de coronavirus en la comarca de La Garrotxa (Girona) a causa de los síntomas inespecíficos del primer paciente que acudió al médico y a un falso negativo de la PCR inicial realizada a otro de los casos. Este brote ha sido, tras el del...

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Los servicios de Salud Pública tardaron 10 días en descubrir un brote de coronavirus en la comarca de La Garrotxa (Girona) a causa de los síntomas inespecíficos del primer paciente que acudió al médico y a un falso negativo de la PCR inicial realizada a otro de los casos. Este brote ha sido, tras el del hospital de Basurto (Bilbao), que ya supera los 40 afectados, el mayor entre los que han trascendido en España en las dos últimas semanas, con 33 infectados. De ellos, 21 son trabajadores de la empresa cárnica Noel y el resto, personas de su entorno.

“El brote está controlado, pero aún no lo podemos dar por cerrado”, explica un portavoz de la Generalitat. Todos los casos evolucionan de forma leve hasta el momento.

El primer paciente del que se conoce el inicio de síntomas acudió al médico de familia el 27 de mayo, “con dolor de cabeza y malestar general”, explica este portavoz. Las molestias tenían la entidad como para dar la baja al trabajador, pero el facultativo las consideró inespecíficas para encargar una prueba diagnóstica. No fue hasta el 2 de junio, tras la aparición de nuevos síntomas, que la PCR fue realizada. Dio resultado positivo.

Tres días más tarde, otro trabajador de Noel también fue al médico. En este caso el cuadro clínico era respiratorio, por lo que se encargó rápido la PCR. “Los resultados son del 2 de junio y dieron negativo. No fue hasta una segunda prueba, hecha cuatro días más tarde, que el resultado fue positivo”, explica la Generalitat.

Salud Pública no empezó a tener una idea de lo ocurrido hasta que el virus fue detectado a un tercer trabajador de la cárnica. El 5 de junio, 10 días después de la primera consulta al médico, la Generalitat comunicó el brote a la compañía. Las investigaciones paralelas abiertas por Noel, que ha hecho 153 PCR entre sus empleados, y la red de vigilancia epidemiológica revelaron en una semana la magnitud de un brote hasta entonces oculto.

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“Es un aviso de los riesgos que entraña el virus. Nos recuerda que sigue circulando y el valor de cumplir las medidas de protección y vigilancia”, afirma Joan Ramon Villalbí, de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas). “Lo llamativo es que todos los implicados han actuado dentro de lo razonable. Los enfermos han ido al médico. Estos han hecho seguimiento y encargado pruebas cuando lo han estimado necesario. Las PCR se han llevado a cabo… Y, pese a ello, el brote ha tardado 10 días en ser detectado, tiempo en el que ha existido riesgo de que se escaparan cadenas de transmisión”, añade Villalbí.

Manuel Linares, coordinador del grupo de trabajo de enfermedades infecciosas de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), explica que, como ha ocurrido en este caso, “es común que el virus tenga manifestaciones atípicas, como dolor de cabeza, trastornos intestinales o en la piel”. “Esto nos exige estar muy vigilantes ante cualquier paciente y extremar la coordinación entre todos los niveles asistenciales”, añade.

Sobre el falso negativo de la prueba PCR, Juan Carlos Galán, jefe de virología del servicio de microbiología del hospital Ramón y Cajal (Madrid), cuenta que no es tan extraño que se produzcan. “La literatura científica recoge que pasa en entre el 3% y el 20% de las pruebas, aunque la causa suele ser un problema en la toma de la muestra nasofaríngea, la manipulación o el transporte”. “Cuando una persona manifiesta síntomas, como era el caso, es que la carga viral es lo suficientemente elevada como para que sea detectada en la prueba”.

Los centros de trabajo, especialmente del sector agroalimentario, se están mostrando en las últimas semanas como uno de los focos más importantes en los que el virus sigue circulando. Lleida llegó a detectar casos en cuatro mataderos de la provincia a fines de mayo, mientras brotes entre temporeros de la fruta han sido detectados en Fraga (Huesca) y Murcia, además de La Garrotxa.

Para Fernando García Benavides, catedrático en Salud Pública por la Universitat Pompeu Fabra (UPF), “los lugares de trabajo son espacios de vital importancia para prevenir brotes, lo que da gran importancia a los servicios de prevención de riesgos laborales”. Este experto lamenta que estos servicios “deberían ser utilizados por Salud Pública” de una forma más activa en la lucha contra el virus.

“En la primera fase de la epidemia, estos servicios dejaron de funcionar con el cierre de los centros de trabajo. Pero ahora que están regresando a la actividad, tienen una segunda oportunidad de cumplir la función que contempla la legislación. Y eso es algo que ahora debería aprovecharse”, concluye García Benavides.

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