Abrazos y lágrimas en el andén para mudar de fase en Cádiz
Andalucía estrena la movilidad interprovincial con tímidos desplazamientos de familias separadas desde que comenzó el confinamiento
La estación de tren de Cádiz no es ni muy grande, ni muy pequeña; ni muy nueva, ni muy vieja. Tan a medias está que se inauguró sin acabar hace ya 18 años. Para no mudar esa costumbre, el apeadero este lunes ha sido escenario de un tímido reencuentro entre familias que llevaban casi tres meses sin verse. En el estreno de la fase 3 de la desescalada que permite la movilidad entre las provincias andaluzas ha habido contados besos, abrazos y lágrimas. Los suficientes para que un abuelo haya vuelto a ver a su hijo y a ...
La estación de tren de Cádiz no es ni muy grande, ni muy pequeña; ni muy nueva, ni muy vieja. Tan a medias está que se inauguró sin acabar hace ya 18 años. Para no mudar esa costumbre, el apeadero este lunes ha sido escenario de un tímido reencuentro entre familias que llevaban casi tres meses sin verse. En el estreno de la fase 3 de la desescalada que permite la movilidad entre las provincias andaluzas ha habido contados besos, abrazos y lágrimas. Los suficientes para que un abuelo haya vuelto a ver a su hijo y a su nieto; unos padres se hayan reencontrado con su vástago enfermero y un sobrino ansioso haya abrazado a su tía policía.
“Tan pronto se ha podido, nos hemos venido, no vaya a ser que nos vuelvan a encerrar”. Apenas habían pasado 48 horas desde que la Junta de Andalucía —gestora ahora en la fase 3 de la desescalada en la región— anunció que permitía la movilidad entre provincias y Manuel Galindo ya se estaba apeando del tren media distancia que ha permitido a él y a su hijo Gabriel reencontrarse con el abuelo Manuel. “Desde el 13 de marzo no les veo. Más íbamos nosotros a Sevilla que ellos aquí, pero nos veíamos mucho”, terciaba el cabeza de familia, nervioso por volver a ver a un nieto, de apenas cuatro años, que le saluda con timidez.
Ese reencuentro entre las tres generaciones fue de los pocos que se vivió en una jornada de lunes de desplazamientos en tren a medio gas. En las primeras horas de movilidad entre las provincias andaluzas, Renfe apenas ha detectado un incremento de viajeros “en un máximo del 10%”. Y la tranquilidad también se ha vivido en las carreteras. Tras caer los desplazamientos un 47,22% respecto al mes de febrero, la jornada de este lunes se ha saldado sin grandes aglomeraciones en provincias costeras como Cádiz.
En la calma chicha de la jornada, las lágrimas de la familia Lucena llamaban la atención a los pies del tren Alvia que acababa de llegar de Madrid al mediodía. Unos padres y una hermana se fundían en un largo abrazo con Carlos Lucena, un enfermero de apenas 23 años que el pasado 18 de marzo no lo dudó y se marchó a Guadalajara para trabajar en una UCI dedicada a tratar a pacientes con coronavirus. “Fue muy rápido. En lo más duro de lo vivido me decía ‘madre mía donde he metido al niño”, explicaba la madre, Carmen Camacho. “Lo pasamos mal, pero entre los que estábamos nos hacíamos terapia”, respondía el joven, despreocupado, poco antes de abandonar una estación en un extraño lunes con apariencia de fase 2.
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