90.000 alumnos vascos siguen sin saber si volverán a clase este curso
El Gobierno vasco decide ahora dar libertad a los centros para programar la vuelta a las aulas. Los sindicatos se oponen frontalmente
90.000 alumnos de cuarto curso de ESO, Bachillerato y Formación Profesional del País Vasco y 30.000 profesionales docentes no saben aún si el próximo lunes deberán o no volver a clase. El Departamento de Educación anunció la semana pasada que los estudiantes de esos ciclos debían reincorporarse a partir del 18 de mayo de forma escalonada, con una separación de metro y medio y con mascarilla obligatoria, pero ante el aluvión de críticas recibidas la cons...
90.000 alumnos de cuarto curso de ESO, Bachillerato y Formación Profesional del País Vasco y 30.000 profesionales docentes no saben aún si el próximo lunes deberán o no volver a clase. El Departamento de Educación anunció la semana pasada que los estudiantes de esos ciclos debían reincorporarse a partir del 18 de mayo de forma escalonada, con una separación de metro y medio y con mascarilla obligatoria, pero ante el aluvión de críticas recibidas la consejería ha optado por flexibilizar su decisión. Ahora deja libertad a los centros educativos para que estos concreten cómo será el retorno a la actividad lectiva. Los sindicatos han vuelto a expresar su disconformidad y acusan de “irresponsable” al Ejecutivo, lo que deja en el aire cómo se llevará a cabo el final de curso para estos alumnos y profesores.
Euskadi optó por programar la vuelta al colegio durante la fase 1 de la desescalada, algo que no está previsto en la última orden ministerial que establece los ritmos de vuelta a la normalidad para el conjunto del país. El Gobierno vasco decidió adelantar el regreso a las clases presenciales para los “cursos más sensibles”, valiéndose de la autonomía y “cogobernanza” que el Gobierno de Pedro Sánchez le concedió en la última prórroga del estado de alarma para tomar decisiones en el ámbito de la educación durante la desescalada.
Los cinco sindicatos del sector —LAB, ELA, Steilas, CC OO y UGT—, además de la Federación de Ikastolas y la principal patronal de la concertada (Kristau Eskola) se opusieron frontalmente a la medida de volver a las aulas el día 18 de mayo. Amenazaron con un plante general de los trabajadores por considerar que la “imposición” de Educación se había consumado “sin planificación y sin garantías de seguridad y salud laboral para los trabajadores y los alumnos”.
La consejería dirigida por Cristina Uriarte (PNV) asegura que ha venido manteniendo diversos encuentros con los agentes educativos para consensuar el retorno a clase de los alumnos de cuarto de ESO, Bachillerato y FP. Tras reunirse este lunes con los directores de los centros públicos, la última decisión gubernativa es que sean los centros escolares los que determinen “con criterios educativos y pedagógicos” cómo debe abordar el final de curso. Deja ahora en manos de los directores la decisión de optar por finalizar este curso de forma online, que solo acudan los alumnos que precisen refuerzo docente o que vuelvan todos los estudiantes.
La decisión da autonomía a los colegios para hacerlo a su antojo porque “quien mejor conoce la realidad de cada centro es el propio centro”, asegura Educación. En todo caso, señalan que, una vez tomada su decisión, el centro tendrá que explicar a la Inspección los motivos que le han llevado a optar por el retorno de un determinado alumnado y no de otro.
Esta última postura tampoco ha satisfecho a la mayoría de la comunidad educativa. Los cinco sindicatos citados, representantes de las ikastolas, las asociaciones de familias de las redes pública y privada, los cuatro sindicatos de estudiantes y la Asociación de Directores de Centros de Educación Públicos (Ehize), reunidos tras conocerse el pronunciamiento de la consejería, han expresado su malestar con la deriva que está tomando este asunto.
Las centrales ELA, LAB, Steilas, CC OO y UGT consideran “una irresponsabilidad” dejar el retorno a las aulas en manos de los centros. En un comunicado conjunto, insisten que se trata de un plan “no negociado y elaborado a espaldas de los agentes educativos”. Y legan a la siguiente conclusión: “Hoy por hoy no hay condiciones para poner en marcha el retorno a partir del próximo 18 de mayo garantizando la salud de trabajadores y alumnos. Es más, tanto la opinión de las familias como la de los alumnos, al igual que la de los representantes de los trabajadores, no se ha tenido en cuenta en ningún momento y se ha puesto sobre ellos la responsabilidad de la salud”.
“El plan de retorno se caracteriza por la improvisación, la precipitación y la indeterminación”, critican los sindicatos, que dicen contar con el respaldo de “toda la comunidad educativa” vasca. Añaden que delegar la decisión del regreso a las clases en cada centro supone, por un lado, descarga “toda la responsabilidad sobre los centros, las familias y los alumnos”, y por otro, se corre el riesgo de que “se produzcan o aumenten las brechas entre el alumnado de los diferentes centros”.
De momento, la Orden 399/2020 del Ministerio de Sanidad, publicada en BOE el sábado pasado y que estipula las condiciones para los territorios que estén en la fase 1, no contiene ninguna directriz para ordenar la vuelta a las clases presenciales. En su artículo 18 establece que los centros educativos se abrirán para labores de desinfección, medidas sanitarias y tareas burocráticas, pero sin concretar el regreso de los alumnos para culminar el curso.
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