Putin alivia el confinamiento cuando Rusia alcanza el tercer puesto en infectados de coronavirus del mundo
El régimen de “días no laborables pagados” que ha durado seis semanas termina, pero las regiones decidirán cómo abrir y cuándo
Cuando Rusia ha alcanzado 221.344 casos de coronavirus, posicionándose como el tercer país con más infectados del mundo, el presidente Vladímir Putin ha determinado flexibilizar el confinamiento. El líder ruso ha decretado el fin de los “días no laborables pagados” que funcionaba en todas las regiones desde hace seis semanas. Volverán a la actividad algunos sectores, como el de la construcción o la agricultura, donde no hay contacto entre productores y consumidores, ...
Cuando Rusia ha alcanzado 221.344 casos de coronavirus, posicionándose como el tercer país con más infectados del mundo, el presidente Vladímir Putin ha determinado flexibilizar el confinamiento. El líder ruso ha decretado el fin de los “días no laborables pagados” que funcionaba en todas las regiones desde hace seis semanas. Volverán a la actividad algunos sectores, como el de la construcción o la agricultura, donde no hay contacto entre productores y consumidores, ha apuntado Putin. Sin embargo, serán los gobernadores regionales quienes decidan cómo y cuándo abrir, siguiendo la pauta de etapas marcada por la Administración central.
El anuncio llega el día que Rusia bate su récord de aumento de casos, que lleva días con cifras superiores a 11.000 nuevos infectados cada 24 horas. Aunque el líder ruso, instalado desde hace semanas en su residencia de Novo-Ogaryovo, a las afueras de Moscú, ha remarcado que pese a la flexibilización del confinamiento, la lucha contra la epidemia continúa. Su estrategia es confusa y contradictoria, opina el exministro de Economía (1997-1998) Yákov Urinsón. Rusia, con 145 millones de habitantes, ha registrado 2.009 muertos por coronavirus, pero sus cifras también han sido muy cuestionadas.
La hibernación económica por la pandemia unida a la crisis derivada de la caída del precio del petróleo —los hidrocarburos suponen el 30% del PIB— ha tenido un gran impacto en la economía, que se ha contraído un tercio desde que empezó el confinamiento. El rublo ha perdido más de una quinta parte de su valor frente al dólar este año. Y todo cuando, pese a decretar ese régimen no laboral pagado (una especie de vacaciones por confinamiento en vez de pedir teletrabajo), el 39% de los rusos ha tenido recortes “significativos” de ingresos, según la agencia de análisis Roming. El coste del confinamiento ha sido severo. El coste en popularidad para el líder ruso, también; está en sus niveles más bajo desde hace dos décadas. Además, pese al confinamiento —que se ha cumplido de manera muy desigual— los casos han seguido aumentando mucho.
“Lo principal para nosotros es la vida, la salud y la seguridad de las personas”, dijo Putin en una reunión por videoconferencia con su Gabinete y los responsables de las principales instituciones del país, como el Banco Central, televisada en los canales estatales. El presidente ruso ordenó al Gobierno preparar un plan para la desescalada y para revivir la economía y estimular el empleo, cuando el número de personas desempleadas en Rusia se ha duplicado en un mes (hasta los 1,4 millones de personas), según informo el líder ruso.
Once regiones están listas para la primera etapa de esa apertura, según explicó la viceprimera ministra Tatiana Golíkova, responsable de la coordinación en la lucha contra la covid-19. El requisito es que el nivel calculado de propagación sea bajo, que haya un 50% camas hospitalarias vacías y que se hagan 70 test por cada 100.000 habitantes al día. En Moscú, la ciudad más poblada (12 millones de habitantes) y la más tocada por el virus, el alcalde, Serguéi Sobianin, amplió hace unos días el confinamiento hasta el 31 de mayo y ha establecido el uso obligatorio de guantes y mascarilla para usar el transporte público o ir a comprar.
Aunque decidan lo que decían las regiones, ha aclarado Putin, se mantiene a nivel nacional la prohibición de celebrar reuniones y eventos multitudinarios. Lo que no solo impide volver a celebrar conciertos o actos culturales sino también grandes protestas o manifestaciones, que hasta ahora se estaban organizando en Internet.
Putin, que anunció nuevas medidas y planes de apoyo para pequeñas y medianas empresas, familias y autónomos, mantiene su estrategia de delegar las decisiones difíciles e impopulares, como la de mantener el confinamiento, en sus subordinados y en las regiones. Además, responsabilizó y afeó duramente a los gobernadores que menos de la mitad de los trabajadores sanitarios rusos haya recibido los pagos extraordinarios prometidos en abril por trabajar con el coronavirus; y prometió revisar la situación personalmente.
Delegar en las regiones
“Putin quería librarse de la responsabilidad, aunque no lo ha podido hacer. El presidente es responsable de la situación en el país, no las regiones o los gobernadores. Se ha intentado lavar las manos”, opina el exministro Urinsón. “Realmente se asustaron, intentaron tomar medidas para reducir de alguna manera el número de personas enfermas, pero cuando vieron cómo esto afecta sus índices de popularidad y confianza, se asustaron aún más. La aprobación no caería si a la gente la apoyaran económicamente”, coincide Alexánder Soloviov, líder de la división moscovita del Partido de los Cambios. En Rusia, la oposición no tiene apenas fuerza y solo tiene representación en algunos Parlamentos regionales y locales, pero son muchas las voces que han criticado al Kremlin por no declarar el estado de emergencia o una verdadera cuarentena de forma legal, que habría permitido a empresas y ciudadanos recibir fondos por las pérdidas derivadas de la pandemia.
Putin ha defendido este lunes el sistema sanitario ruso. Mientras el personal sanitario de muchas regiones ha hablado sobre la falta de material y la saturación, el líder ruso ha presumido de que la baja mortalidad de Rusia se debe a que sus hospitales absorbieron bien el aumento de casos de enfermos de la covid-19, a diferencia de otros países.
Pese a esto, los expertos han cuestionado las cifras rusas de fallecidos. Y cada vez son más las evidencias de que los casos de fallecidos están infracontabilizados. Solo en el mes de abril, Moscú ha registrado 1.700 muertes más que el promedio del mismo mes en los últimos cinco años. En abril, los muertos recogidos en las estadísticas de coronavirus en Moscú fueron 642.
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