Abril registra la mayor caída de dependientes atendidos desde julio de 2014

El sistema de atención a la dependencia ha sufrido tal parón durante la pandemia que abril registra casi 7.400 beneficiarios menos que en marzo. Es la primera vez desde julio de 2014 que hay un descenso tan elevado en el número de atendidos, según datos oficiales recopilados por la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales. En ese momento, la caída fue de casi 9.300 casos, pero entonces la aplicación de la ley estaba fuertemente lastrada por los recortes de 2012. Después, el sistema remontó. Hasta ahora.

En abril disminuyeron las nuevas solicitudes y también las resoluci...

El sistema de atención a la dependencia ha sufrido tal parón durante la pandemia que abril registra casi 7.400 beneficiarios menos que en marzo. Es la primera vez desde julio de 2014 que hay un descenso tan elevado en el número de atendidos, según datos oficiales recopilados por la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales. En ese momento, la caída fue de casi 9.300 casos, pero entonces la aplicación de la ley estaba fuertemente lastrada por los recortes de 2012. Después, el sistema remontó. Hasta ahora.

En abril disminuyeron las nuevas solicitudes y también las resoluciones. Con las valoraciones suspendidas en muchas comunidades, el número de personas a las que se les ha reconocido el derecho a recibir una prestación o servicio también ha caído en 15.400. Mientras, han seguido muriendo dependientes: más de la mitad de quienes presentan una solicitud han superado los 80 años. Además, cerca de 415.000 personas se encuentran en espera de algún paso en la tramitación de su expediente. La Asociación de Directoras y Gerentes pide “medidas urgentes para no abandonarlas”.

En 2019 ya se había registrado un aumento en la lista de espera, algo que demostraba que el sistema no era capaz de absorber la demanda. Pero lo que ocurrió en abril es el reflejo de la parálisis que vive el país. “No se mantiene la tasa de reposición siquiera”, explica José Manuel Ramírez, presidente de la asociación. El mes pasado, el sistema contabilizó 5.459 dependientes menos que en marzo atendidos en residencias. Muchos de ellos, probablemente la mayoría, murieron. Más de la mitad (3.019), en Madrid, según datos recopilados por la asociación. Este ha sido uno de los grandes focos de contagio durante esta crisis. Mientras, muchos dependientes que viven en sus casas han quedado desatendidos, por ejemplo, con el cierre de los centros de día.

“Todos los parámetros han aumentado en abril”, explica Ramírez. “Los datos son importantes por lo que anuncian: mayo seguirá esta tendencia. De no hacer algo, el sistema iniciará la fase de retroceso”, prosigue. En los últimos años, desde que el sistema incorporó a los dependientes más leves (de grado uno) en 2015, cuando ha habido un retroceso, se ha remontado al mes siguiente. Ramírez está convencido de que no será así en esta ocasión. La dependencia aún no se ha recuperado de los recortes de 2012, que la asociación calcula en 5.864 millones de euros. El tijeretazo ha provocado atención domiciliaria y residencias “escasas e insuficientemente dotadas” para afrontar la pandemia. Los Presupuestos frustrados de 2019 auguraban una inyección de más de 500 millones para la financiación del sistema que finalmente no ha llegado.

En España, más de 1.375.000 personas tienen el derecho a recibir una prestación o un servicio. De ellas, 1.114.000 están atendidas. Esto quiere decir que más de 261.000 personas están en lista de espera. Más de 153.000 aguardan a ser valoradas. “Detrás de las cifras está el sufrimiento de muchas familias”, explica Aurelia Jerez, presidenta de la Coordinadora Estatal de Plataformas de la Dependencia. “Esta crisis nos tiene que servir para darle una vuelta al sistema de la dependencia, unos presupuestos ajustados a las necesidades”, apunta. “Hacen falta servicios reales”, añade.

La Asociación de Directoras y Gerentes recuerda que 85 personas en situación de dependencia mueren al día sin ser atendidas. “Hace falta financiación y que se simplifiquen los procedimientos”, sostiene Ramírez. Acabar con la burocracia que puede alargar meses un cambio en el grado de dependencia que se le reconoce a una persona que ha empeorado. Ahora, cuando muchos beneficiarios necesitan reconfigurar los servicios que reciben, la asociación reclama poner fin al papeleo. “Deben agilizarse los trámites, avanzar para que sea suficiente con la prescripción del trabajador social”, continúa.

La asociación pide que se aplique el silencio administrativo positivo en los procedimientos que afectan a quienes están en lista de espera, ya que tienen reconocido su derecho y solo están aguardando a poder recibir la prestación o el servicio. Además, “de manera inmediata”, solicita que todas las personas cuyo expediente no se ha resuelto (cerca de 415.000) tengan teleasistencia gratuita, también de forma urgente. “Muchas comunidades lo reconocen a los mayores de 80 años, pero no todas”, se queja. Apremia también a reanudar las valoraciones de la dependencia, que siguen paralizadas en muchas autonomías, “de forma segura”. También a que se reconfigure el servicio de atención a domicilio, para garantizar que ninguno de los usuarios de los centros de día que han cerrado se quede desatendido. Que se implante un sistema de monitorización en las residencias. “Es urgente”, reclama Ramírez.

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