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El regreso del vermut otoñal

Del I+D+V gallego al oro en San Francisco, el vermut español marca tendencia en bares y certámenes

Con el otoño, el vermut recupera su verdadero protagonismo. El ritual del aperitivo se adapta a los días más cortos y a las temperaturas más frescas, y locales especializados consiguen imprimirle un aire renovado a lo que ya es una tradición centenaria. Tagen Ata, desde A Coruña, ha logrado en apenas año y medio convertirse en un punto de referencia para todos los aficionados. Sus fundadores ofrecen cerca de una docena de vermuts gallegos, donde podemos encontrar exquisiteces como Sardino, “muy equilibrado entre amargor y dulce”; Povarelo, “intenso con laurel y canela”, o Miña Neta, “dulce y afrutado con uva godello”. La apuesta más atrevida es su programa I+D+V (Investigación, Desarrollo y Vermut). Cada semana inventan un combinado nuevo. “Nos gusta sorprender, por eso probamos con un Bloody Vermut, con uno tropical con fruta de la pasión o incluso con un estilo margarita con tequila”, explican.

Madrid aporta la mirada coctelera. En Fluid, el novísimo proyecto en el centro de la ciudad de Marc Álvarez y Juan Falcón, el vermut forma parte de creaciones muy personales. “Buscamos un cóctel tropical y fresco en nuestro Fresa y Saúco. O si se prefiere un perfil seco hay que probar el Pistacho y Azafrán”, cuentan. Para los más inquietos queda Pensión Mimosas, el speakeasy madrileño que también experimenta con maceraciones y vermuts. Mientras, la gran noticia llega desde Vilafranca del Penedès, donde el Vermut Casals ha ganado este año la medalla de oro en el International Spirits Challenge, celebrado en Londres, y el doble oro en San Francisco. El jurado lo definió como un vermut de “ricas notas de frutos secos y un final amargo elegante”. Su secreto: el uso de la variedad ancestral selma, junto con vinos envejecidos y más de 20 botánicos mediterráneos. 

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