La ‘startup’ que creó el robot BB8 de Star Wars

Disney tira de su aceleradora de 'startups' para estar al día en innovación y dar más realismo a sus personajes

Disney

Ni siquiera un gigante como Disney lo hace todo solo. La compañía tiene una aceleradora de startups, Disney Accelerator, que le ayuda a estar a la última en innovación y ampliar su abanico de herramientas tecnológicas. A cambio, las empresas seleccionadas tienen acceso a los proyectos y recursos creativos de la compañía y se ganan la posibilidad de hacerse un hueco en la industria del entretenimiento. Así, Disney se suma a...

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Ni siquiera un gigante como Disney lo hace todo solo. La compañía tiene una aceleradora de startups, Disney Accelerator, que le ayuda a estar a la última en innovación y ampliar su abanico de herramientas tecnológicas. A cambio, las empresas seleccionadas tienen acceso a los proyectos y recursos creativos de la compañía y se ganan la posibilidad de hacerse un hueco en la industria del entretenimiento. Así, Disney se suma a la larga lista de compañías que tiran de startups para estar a la última en innovación. Como ejemplo, en las últimas entregas de la saga Star Wars, el gigante cinematográfico ha necesitado la colaboración de algunas pequeñas empresas tecnológicas para diseñar sus escenarios y dar vida a sus personajes.

De entre los nuevos protagonistas que aparecieron en El despertar de la fuerza, estrenada en 2015, el más carismático ni siquiera era humano. El robot BB8, del lado de la Resistencia —los buenos—, se ganó al público sin pronunciar ni una palabra, siendo el fiel compañero de la protagonista, Rey. Este robot llegó hasta Disney de la mano de una de las startups que habían conseguido entrar a su programa de aceleración. Hasta ese momento, la empresa Sphero, creadora del robot, se dedicaba a diseñar juguetes para tiendas. 

Disney podría haber diseñado un BB8 perfecto tirando de efectos especiales, pero encontrar a quien diseñase un robot real era clave porque el director de la película, J. J. Abrams, quería reducir el uso de las imágenes creadas por ordenador al mínimo para intentar que el resultado de la película fuera lo más auténtico y realista posible. BB8, que es un robot autónomo, cumple con este objetivo, aunque también tuvieron que utilizar varias versiones guiadas por radio y manejadas como marionetas para poder rodar todas las escenas.

El diseño vino de un boceto original de Abrams y la tecnología y experiencia de Sphero en este campo fue crucial. Además de crear la tecnología para el robot, supieron reducirla y meterla dentro de un juguete que podía venderse con las mismas utilidades que el robot que aparece en la película. La startup ahora comercializa varios de los robots que aparecen en toda la saga, pero no le ha ido tan bien como cabría esperar: a principios de año llevó a cabo una reestructuración y despidió a 45 trabajadores de sus oficinas.

  • Monstruitos que sienten como personas

Aunque la inclusión de BB8 en las películas es una de las innovaciones más obvias, también hay otras que tienen mucho que ver con el realismo de los personajes de la saga. La startup Faceshift se dedica a desarrollar herramientas de reconocimiento facial y sus técnicas se utilizaron para dar más realismo a los personajes poniendo en sus facciones expresiones de actores en tiempo real. Aunque Disney ha utilizado el software desarrollado por esta empresa, en realidad Faceshift pertenece a Apple, que la compró a principios de 2015.

Algunas de las características de esta tecnología es que no utiliza marcadores de referencias faciales (como se ha hecho tradicionalmente para dar realismo a las caras de los objetos inanimados) y puede transportar las expresiones directamente de un ser humano a un avatar virtual o a un robot. El hardware que necesitan está comercializado por otras marcas, como la cámara Kinect de Microsoft. 

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