Trapero afirma que se ofreció para detener él mismo a Puigdemont si lo requería un juez

El 'major' de los Mossos responsabiliza también a Policía y Guardia Civil del fracaso del 1-O

Josep Lluís Trapero, durante su declaración en la Audiencia Nacional.Vídeo: EFE / EUROPA PRESS
San Fernando de Henares -

Las defensas han utilizado la tercera sesión del segundo juicio al procés, donde se acusa a la antigua cúpula de los Mossos de connivencia con los líderes independentistas, para poner sobre la mesa buena parte de su artillería argumental. Los abogados de los acusados han aprovechado el interrogatorio al procesado Josep Lluís Trapero, exjefe de la policía catalana, para plantear al tribunal sus grandes bazas: que la cúpula política del Cuerpo no participaba en la toma de decisiones operativas; que el despliegue del 1 de octubre se “p...

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Las defensas han utilizado la tercera sesión del segundo juicio al procés, donde se acusa a la antigua cúpula de los Mossos de connivencia con los líderes independentistas, para poner sobre la mesa buena parte de su artillería argumental. Los abogados de los acusados han aprovechado el interrogatorio al procesado Josep Lluís Trapero, exjefe de la policía catalana, para plantear al tribunal sus grandes bazas: que la cúpula política del Cuerpo no participaba en la toma de decisiones operativas; que el despliegue del 1 de octubre se “pactó” con la Guardia Civil y la Policía Nacional; y que el propio Trapero se ofreció para detener al expresident Carles Puigdemont en el caso de que lo requiriese una autoridad judicial. De esta forma, el major ahonda en las distancias marcadas con los dirigentes secesionistas, después de que el lunes calificara de “barbaridad” la vía unilateral y el martes explicase que se negó a facilitar al Govern datos de investigaciones judiciales sobre blanqueo de capitales.

Tras el largo e incisivo interrogatorio del fiscal Miguel Ángel Carballo durante el lunes y el martes, este miércoles ha llegado el turno a las defensas. A preguntas de su abogada, Olga Tubau, el exjefe de los Mossos ha recorrido con detalle las jornadas del otoño de 2017, cuando se celebró el referéndum ilegal y se intervino la Generalitat tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución. El máximo mando policial ha recalcado que, en aquellos días, se llegaron a poner en el peor escenario. Antes de la declaración unilateral de independencia (DUI), según él, también estudiaron qué hacer si se producía: “Nos parecía un hecho grave. Y que, por tanto, podíamos recibir una orden [judicial] para la detención del president o de miembros del Govern”.

“Di entonces algunas directrices o indicaciones”, ha comentado sobre el supuesto plan barajado por los Mossos para arrestar a Puigdemont. Un dispositivo que puso en duda el martes el fiscal y que la actual cúpula de la policía autonómica defiende que existió, según consta en un documento enviado por el Cuerpo catalán a la Audiencia Nacional el pasado julio, donde se señala que se preveía incluso el posible uso de un helicóptero para traslados urgentes. En esta línea, Trapero ha insistido en que, antes de la DUI, preguntó a sus colaboradores más próximos: “¿Entendéis que lo razonable es que lo detenga yo? Soy el máximo responsable del cuerpo. Me dijeron que no, que debía quedarme al mando. Que esa detención la hacían ellos. Pero que los máximos mandos del cuerpo tenían que asumir la detención. Porque esto iba a quedar de por vida”.

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Hasta ahora, una de las constantes del juicio ha sido la defensa cerrada de la actuación de los Mossos durante el procés. Aunque ha admitido que pudieron cometerse algunos errores de apreciación y que algún agente aislado actuó de forma indebida por “motivos ideológicos”, Trapero ha rechazado la tesis principal del ministerio público, que argumenta que la policía autonómica permanecía “pasiva” mientras aparentaba que trataba de impedir el 1 de octubre. Por ello, el major ha hecho hincapié este miércoles en que el despliegue del 1-O era un “único dispositivo” de los tres Cuerpos, responsabilizando así de su fracaso también a Guardia Civil y Policía Nacional.

Según ha relatado Trapero, se “pactó” cómo actuar aquel día. Entre otros aspectos, se habló de enviar primero al binomio de agentes de los Mossos a cada colegio y, en el caso de persistir el problema, pedir entonces a los cuerpos del Estado que interviniera. “Para que pesara sobre ellos la mayor parte del orden público porque son los que tienen los recursos”, ha comentado el exmando policial, que ha añadido que ofrecieron a los responsables de la Guardia Civil y la Policía Nacional que estuvieran en el centro de la policía autonómica. “Hubiese eliminado gran parte de las suspicacias”.

Desvincula a la cúpula política

Antes del interrogatorio de Tobau, que también representa en la causa a la intendente Teresa Laplana, han preguntado a Trapero los abogados de los otros dos procesados: Pere Soler, exdirector de los Mossos; y César Puig, ex secretario general de Interior de la Generalitat. Estos letrados se han centrado en desvincular a ambos de la actuación de los Mossos, uno de los asuntos que preocupa a la Fiscalía, que acusa a la policía catalana de inacción durante el registro de la Conselleria de Economía y durante el referéndum ilegal por connivencia con los dirigentes secesionistas. Las defensas han querido así poner sobre la mesa la tesis de que la cúpula política del Cuerpo no influía en su operativo y que, además, esta facilitaba a los agentes todos los medios que le pedían.

En este sentido, Trapero ha dicho sobre Puig: “Todas las necesidades que expusimos desde el cuerpo fueron satisfechas”. Sobre la influencia de Soler y su capacidad para dar instrucciones en operaciones policiales, ha añadido el major: “Podía escuchar en el ámbito operativo. Acudía a las reuniones semanales que teníamos en Interior. Pero no daba instrucciones”. ¿Durante la jornada del 1-O habló con Soler? “De forma presencial, no. Creo que debimos hacernos alguna llamada, pero no lo recuerdo con precisión”, ha apostillado.

Pasadas las doce y media de este miércoles, ha acabado la declaración de Trapero, que ha sumado más de diez horas de interrogatorio a lo largo de las tres primeras sesiones de la vista oral celebrada en la Audiencia Nacional. El juicio ha continuado después con Laplana. Este jueves continuará con el testimonio de los otros dos acusados. La Fiscalía mantiene, de momento, su solicitud de 11 años de prisión para Trapero, Soler y Puig por un delito de rebelión. Para Laplana pide, en cambio, cuatro años de cárcel por sedición.

Laplana: "Sànchez no es nadie para exigir nada"

La cara más desconocida del segundo juicio al procés, la intendente Teresa Laplana, ha insistido durante su declaración en que Jordi Sànchez, exlíder de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), no influyó en el despliegue de los Mossos durante el registro de la Conselleria de Economía del 20 de septiembre de 2017. "No tenía ninguna autoridad. No es nadie para exigir nada o para entrometerse en las órdenes que da la policía", ha subrayado la agente, antes de explicar que solo atendió al activista secesionista tras la orden de sus superiores de recibirlo. "Yo, si no tengo una orden directa, no le atiendo", ha apuntado Laplana, que ha detallado que el propio Trapero la telefoneó para comentarle que Sànchez se había ofrecido "a colaborar en la formación de un pasillo de voluntarios a través del cual se iba a desplegar un cordón policial que asegurara una zona de seguridad para el paso de los detenidos con acompañamiento policial".

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