‘One Ocean Summit’, ¿una cumbre para salvar los fondos marinos?
Alrededor de 40 países, entre ellos España, se han comprometido a proteger la biodiversidad en alta mar. En la cita internacional se han hecho muchas fotos con fondo azul, pero no se ha especificado cómo se pondrían en marcha los acuerdos
La ciudad de Brest, en la Bretaña francesa, acogió del pasado nueve al 11 de febrero la One Ocean Summit, una cumbre internacional auspiciada por Francia, que es presidente de turno del Consejo de la Unión Europea, y que ha contado con el apoyo de las Naciones Unidas. ¿Con qué objetivo? Aumentar el nivel de ambición de la comunidad internacional sobre las cuestiones marítimas y traducir en acciones concretas nuestra responsabilidad compartida sobre el océano, según se lee en su página web.
Superado ya el evento, cabe preguntarse si el objetivo se ha cumplido o no. Cierto es que los mandatarios de este lado del Atlántico y de más allá celebran haber asistido al encuentro, si es el caso, y los compromisos que se han firmado. Por ejemplo, el presidente español, Pedro Sánchez, anunció a través de un vídeo que España se unirá a la iniciativa New Plastics Economy Global Commitment para fomentar la economía circular de estos residuos.
El presidente francés, Emmanuel Macron, comunicó que se ha llegado a un compromiso para duplicar la superficie marina de “gran protección”, del actual 2% al 4% y adelantó nuevas adhesiones de países para la lucha contra la pesca ilegal. Leo en una nota de EFE que los 27 países de la UE y otros 16 acordaron en el marco de la One Ocean Summit hacer presión para que en marzo se firme un pacto en la ONU, el Tratado Global de los Océanos, que regule las aguas internacionales y acelere así la protección de los fondos marinos desde este mismo año.
En la misma nota EFE explica que 84 países respaldan ya el objetivo de proteger sus zonas marítimas y terrestres en un 30% hasta 2030. Esa meta se conseguirá si se logra regular el estatuto de alta mar, que son aguas internacionales que no están bajo la soberanía de ningún país y que ocupan el 45% de la superficie del planeta.
Una de las metas es regular el estatuto de alta mar; las aguas internacionales que no están bajo la soberanía de ningún país y que ocupan el 45% de la superficie del planeta
Del otro lado del océano, México se comprometió para que en 2025 toda la actividad en la zona económica exclusiva marítima de sus aguas sea sostenible. El presidente de Colombia, Iván Duque, hizo público un acuerdo entre su Gobierno y la organización Conservation para lanzar una campaña de protección de un millón de corales y para luchar contra la pesca de arrastre.
Duque anunció además que este año el 30% del territorio colombiano será declarado zona protegida. Y recordó a los asistentes que juntamente con Ecuador, Costa Rica y Panamá ya el año pasado durante la conferencia climática de Glasgow, la COP26, declararon el área protegida marítima más grande del mundo.
En Francia no han merecido muchos parabienes los compromisos acordados a ambos lados del globo durante la cumbre ni las promesas proteccionistas de propios y extraños. ¿Proteccionistas o electoralistas? El presidente Macron es candidato a las elecciones presidenciales que se celebran el próximo mes de abril y de alguna manera se encuentra en el ojo del huracán.
¿Ha utilizado el presidente francés la palestra internacional, tapizada de un impecable azul marino, para vender imagen de ecologista y de paso agenciarse unos cuantos votos?
¿Ha utilizado el presidente francés la palestra internacional, tapizada de un impecable azul marino, para vender imagen de ecologista y de paso agenciarse unos cuantos votos? Así lo piensa Greenpeace Francia, quien lo acusa de hipócrita: Macron se las da de protector del medio ambiente, pero en la práctica apoya la extracción minera en aguas profundas, aseguran. La búsqueda de estos minerales amenaza, según la ONG medioambiental, con destruir especies y ecosistemas.
La voluntad de acuerdo internacional alrededor del Tratado Global de los Océanos es una buena noticia para Greenpeace Francia o, mejor dicho, lo fue en su día, puesto que el acuerdo se hizo ya patente en septiembre del año pasado en el marco de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza). Así que, según la organización medioambiental, en Brest se han hecho muchas fotos con fondo azul marino que escenifican el acuerdo, se han oído y firmado compromisos de calado, pero no se ha especificado cómo se pondrían en marcha.
Y en lo que respecta a Francia, falta ir al fondo de la cuestión, es decir, dejar de apoyar la explotación de recursos en el fondo del océano. En resumidas cuentas, sin pasos concretos hacia un acuerdo global y sin abandonar la extracción minera, el beneficiario de tanta comunicación exultante teñida de azul no es el océano, sino el candidato Macron.