Los mensajes de móvil que lograron disparar las cosechas de judías de Monique Muhaza en Congo

El proyecto Jambo-Lab usa la inteligencia artificial para proporcionar información práctica a las comunidades rurales de este país

Monique Muheza, a la derecha, explicaba a una agente sobre el terreno de Jambo-Lab cómo ha logrado cultivar pimientos, el 11 de abril en Goma (República Democrática del Congo).Laetitia Kasongo
Laetitia Kasongo
Goma (República Democrática del Congo) -

“Hace poco puse en práctica un consejo que consistía en sembrar maíz en el primer ciclo agrícola y luego reemplazarlo con judías en el segundo, y el rendimiento es mucho mejor... Coseché 270 kilos en lugar de los 123 de antes”, explica Monique Muhaza, una campesina que vive en Goma, en el este de la República Democrática del Congo (RDC). Muhaza no puede permitirse pagar a un experto agrónomo que le dé asistencia técnica en sus campos, pero recibe regularmente por teléfono, de forma gratuita, sugerencias sobre prácticas agrarias a través de un proyecto bautizado como Jambo-Lab.

En un contexto de conflicto armado y de fenómenos extremos —lluvias torrenciales, inundaciones, sequía, huracanes—, esta plataforma web, que utiliza inteligencia artificial (IA) y se comunica por mensajes de texto, principalmente en suajili, trata de ofrecer a los miembros de las comunidades rurales información práctica y recomendaciones sobre agricultura resiliente al cambio climático, gestión sostenible de los recursos naturales, derechos en relación con la tierra, predicciones meteorológicas y, además, un sistema de alerta temprana de catástrofes.

Inaugurada en 2023 en Goma, capital de la provincia de Kivu del Norte, la web cuenta con 3.066 suscriptores, entre ellos pequeños productores agrícolas, indígenas pigmeos y desplazados por la guerra intermitente que asola el este de la RDC. Entre enero y abril de este año, 940.000 personas se han visto obligadas a dejar sus casas en el país, lo que eleva el total a 7,3 millones, según datos de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de Naciones Unidas.

Los casi 2.400 usuarios suscritos reciben recomendaciones y avisos de forma gratuita a través de mensajes de texto

Antes de acceder a la herramienta, Muhaza tenía, al igual que otros agricultores, dificultades para cultivar determinados alimentos, como arroz, judías y col, por las alteraciones climáticas. “Gracias a Jambo-Lab supe que iba a llover en marzo y abril. Tomé las medidas necesarias plantando mis semillas de espinacas, y pronto podremos comer verduras frescas”, valora. “Como agricultores, no tenemos tiempo para seguir la radio o la televisión, pero con esta nueva tecnología, estoy al tanto de las nuevas leyes”, añade, en referencia a las que dan protección legal a las tierras de los pueblos indígenas pigmeos.

La plataforma es una iniciativa de la organización sin ánimo de lucro congoleña Jambo-RDC, y une en su nombre la palabra jambo —“hola” en suajili— con la forma abreviada de laboratorio. Su fundador, el activista y organizador comunitario Joseph Tsongo, la ve como una gran comunidad, así como una escuela alternativa de desarrollo sostenible llamada a extenderse por toda la región de los Grandes Lagos.

Joseph Tsongo, a la derecha, explicaba a desplazados en el campo Lushagala, en Goma, la plataforma Jambo-Lab, el 11 de abril. Laetitia Kasongo

“El papel de Jambo-Lab en el desarrollo sostenible de las zonas rurales de la RDC es reducir la vulnerabilidad de las comunidades a los desastres climáticos mediante el fortalecimiento de sus conocimientos, su capacidad de adaptación y prácticas ambientales sostenibles”, describe Tsongo. Según datos de la plataforma, el 69% de los miembros, la mayoría pequeños agricultores, afirman que sus ingresos han aumentado gracias al asesoramiento sobre prácticas agrarias sostenibles, y 1.058 usuarios reconocen que ahora son conscientes de los riesgos concretos a los que se enfrentan en la región.

Para suscribirse a la plataforma, los usuarios, principalmente campesinos empobrecidos por la guerra en el este del país, se pueden registrar con móviles sencillos, enviando un mensaje al número 440440, aunque si disponen de internet lo pueden hacer en línea. La información y las alertas se reciben de forma gratuita a través de SMS, porque la factura la paga en origen el propio proyecto, gracias a contribuciones de sus miembros y a donaciones de particulares.

Los usuarios pueden hacer preguntas a través de mensajes cortos y recibir inmediatamente una respuesta, gracias a la inteligencia artificial

Además de los mensajes relacionados con la actividad agraria y el clima, “reciben información y consejos sobre la protección de derechos humanos fundamentales sobre la tierra, el agua y otros recursos, además de ideas prácticas para gestionar el estrés ligado a la ansiedad climática”, explica Tsongo. En la investigación previa a implantar el proyecto, el 94% de los miembros de comunidades rurales entrevistados expresaban sentir cierta ansiedad y problemas para dormir después de sucesos medioambientales desagradables.

Los usuarios pueden hacer preguntas a través de mensajes cortos y recibir una respuesta inmediata, mediante la inteligencia artificial asociada a la plataforma. También pueden solicitar asesoramiento especial a través de una llamada telefónica o incluso en persona, cuando es posible.

Una agente sobre el terreno explicaba el funcionamiento de Jambo-Lab a desplazadas en el campo Kanyaruchinya, en Goma, el 10 de abril. Laetitia Kasongo

La inteligencia artificial, además, recopila y analiza datos meteorológicos para generar alertas y enviar a los abonados que se encuentren en zonas de riesgo. Es el caso de Alain Tumusifu, un agricultor que huyó de la guerra en Rutshuru, Kivu del Norte: “El 30 de marzo, recibí un mensaje de alerta indicando que era probable que lloviera durante todo el mes de abril y que era necesario tomar precauciones. Vivo bajo una lona en un campamento improvisado, así que este mensaje era muy importante para mí. Me permitió preparar mi pequeño huerto y reforzar la estructura de mi tienda para evitar sorpresas desagradables durante la temporada de lluvias. Jambo-Lab sabe que las fuertes lluvias suelen causar daños en la región, por lo que nos ha dado información básica sobre gestión de desastres y primeros auxilios”.

Desde las primeras etapas de la implantación de este proyecto comunitario dirigido por voluntarios, se ha tratado de implicar a las comunidades locales en grupos de discusión y charlas, para comprender sus necesidades específicas, y conseguir que la plataforma digital las abordara. Esta colaboración ha reunido a expertos en tecnología, agricultura, científicos centrados en clima y temas medioambientales, responsables políticos y representantes de las comunidades rurales. Así, los impulsores de Jambo-Lab tratan de reforzar los lazos sociales de la comunidad y estimular la economía local mediante la agricultura sostenible.

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