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Los pescadores nómadas de Nigeria, en primera línea del frente climático

Unos 3,8 millones de personas se instalan cada año a orillas del río Níger para capturar y vender pescado. Viviendo en condiciones precarias, sufren especialmente las tormentas e inundaciones cada vez más frecuentes

Texto: Davide Mancini Foto: Giulio Tonincelli
Anambra (Nigeria) -
El Níger, con 4.200 kilómetros, es el tercer río más largo de África y atraviesa cuatro países (Guinea, Malí, Níger en su frontera con Benín, y Nigeria). Unos 3,8 millones de pescadores nómadas viven, por épocas, en sus orillas, según datos de 2016 de la Universidad de Port Harcourt de Nigeria. En la foto, uno de ellos observa la crecida de las aguas en la aldea de Igbedor (Estado de Anambra, al sur de Nigeria) el pasado mes de febrero. Giulio Tonincelli
El nivel del río cerca de la aldea de Igbedor suele descender en los meses de enero y febrero. Este fenómeno hace que resurjan islotes de arena. Allí se instalan familias enteras durante unos dos meses, capturando y secando pescado para venderlo en los mercados locales. En la foto, una mujer rema en el tramo del río que separa el pueblo de los campos agrícolas. Giulio Tonincell
El cambio climático está aumentando el riesgo de inundaciones en Nigeria, y poniendo la vida más difícil también a estos pescadores. Entre junio y noviembre del año pasado, 1,5 millones de nigerianos tuvieron que abandonar sus hogares a causa de las inundaciones y unas 500.000 hectáreas de cultivos sufrieron daños. Los pescadores nómadas se adaptan a los ciclos cambiantes de las lluvias, anticipando o posponiendo sus desplazamientos a lo largo del río Níger en función de su caudal y condiciones meteorológicas. En la foto, un pescador arregla su red en la isla temporal que se crea en Igdebor, llamada Nkpologwu, el pasado enero. Giulio Tonincelli
El pueblo de Igbedor y los pueblos de los alrededores están conectados a través del sistema fluvial, que también es una fuente principal de agua para uso doméstico. La población local es de etnia e idioma igbo, como la gran mayoría de la población en el Estado de Anambra. Durante unos meses, los pescadores de los Estados del norte, como los igala de Kogi, se instalan en la zona y coexisten pacíficamente con la comunidad local igbo, aunque hablen idiomas diferentes y tengan tradiciones distintas. Giulio Tonincelli
Los pescadores nómadas suelen vivir en comunidades vulnerables con acceso limitado a recursos e infraestructuras. Los fenómenos meteorológicos extremos, como las tormentas e inundaciones, pueden aumentar aún más su fragilidad financiera, provocando la pérdida de artes de pesca, daños en las embarcaciones y el desplazamiento de sus caladeros tradicionales. En la foto, tomada en febrero de 2023, se ve a Yaheya, un pescador nómada Igala de 25 años, al amanecer en el río Níger. Giulio Tonincell
Cabañas estacionales como la de la foto sirven a los pescadores como refugio durante las horas centrales del día, porque la pesca se realiza principalmente durante la noche. Estas estructuras están hechas de materiales frágiles, como ramas de arbustos, y a menudo se enfrentan a tormentas de viento, arena y agua. Son abandonadas con la llegada de las lluvias. Giulio Tonincell
La población de Igbedor, y del Estado de Anambra en general, sufrió el pasado octubre una de las peores inundaciones en décadas. Las lluvias extremadamente intensas, combinadas con la apertura de presas que vertieron grandes cantidades de agua al Níger, causaron la muerte de más de 600 personas. Giulio Tonincelli
Tango, de 18 años, suele trasladarse durante seis meses a la isla de Nkpologwu junto con toda su familia. De los 3,8 millones de pescadores nómadas que trabajan a la orilla del río Níger, 1,3 millones están en edad escolar, según los datos de la Universidad de Port Harcourt de Nigeria.Giulio Tonincelli
Fet, una pescadora nómada de 16 años. Normalmente, las lluvias torrenciales empiezan a llegar a finales de mayo, este año llegaron a mediados de marzo y, según los habitantes de Igbedor, el volumen de lluvia a principios de junio fue tan intenso como suele ser en agosto. Giulio Tonincelli
Las mujeres suelen encargarse de limpiar las capturas, secarlas y ahumarlas para poder conservarlas y venderlas en los mercados cercanos. Giulio Tonincelli