14 fotos

Taínos, siboneyes y guanajatabeyes: el legado indígena cubano

Un proyecto de investigación intenta desmontar, a través del arte y la ciencia, que el mito de que las raíces aborígenes de este país ya no existen y que en las montañas de Guantánamo y otros lugares aún se mantienen vivas sus tradiciones y cultura

Héctor Garrido
Guantánamo (Cuba) -
El cacique de la Montaña, Francisco Ramírez, es el hombre más respetado en los valles de San Andrés y Yateras. Las grandes decisiones de la comunidad de La Ranchería se toman bajo su criterio. El respeto a la Madre Tierra es el pilar fundamental por el que rige sus decisiones. En la imagen, junto a su esposa Reina Ramírez y sus hijos Vladimir, Nazaria e Idalis.Héctor Garrido
Ramírez, el cacique de la montaña, también es considerado un líder espiritual. Durante toda su vida ha luchado por mantener vivo el legado indígena y cohesionar a las comunidades que aún sobreviven.Héctor Garrido
El cacique Ramírez rompe a llorar cuando recibe los resultados de sus análisis de ADN. La doctora Beatriz Marcheo entrega a la familia los resultados que confirman su ascendencia amerindia. Él es consciente de la importancia del momento histórico.Héctor Garrido
Karla Rojas se asea y bebe en el río de San Andrés de los Indios, que pasa junto a su bohío en la Comunidad de La Escondida, en la provincia de Guantánamo. A sus 16 años, aún no sabía que acababa de quedar embarazada.Héctor Garrido
La pequeña Anayansi acaba de regresar de la escuela en la comunidad de La Caridad de los Indios, Guantánamo. Debido a las fuertes lluvias, los caminos están encharcados y ha preferido hacer el camino descalza para cuidar los zapatos de ir a la escuela.Héctor Garrido
Adolfina Rojas Zaldívar, cocina en su bohío de la comunidad de Fray Benito, Holguín. Sus hijos han construido para ella una casa aledaña de ladrillo con más comodidades, pero tanto ella como su esposo, Regino Rojas, prefieren seguir viviendo en el que ha sido su hogar toda la vida.Héctor Garrido
La pequeña Arlén Isbet juega con el jabón mientras su madre lava la ropa en el río de San Andrés de los Indios, junto a su casa de la comunidad de La Escondida. El río es el eje de la vida de la comunidad, el lugar donde las mujeres se encuentran cada día para recoger agua y lavar.Héctor Garrido
En el río Toa (el más caudaloso de Cuba), las balsas de bambú (cañambú en la forma local) sigue siendo el principal medio para desplazar personas y mercancías a través de sus aguas.Héctor Garrido
En la comunidad de La Ranchería, el Cacique de la Montaña, Francisco Ramírez, dirige junto a su hija Idalis un areíto, como denomina a la ceremonia del tabaco. En él presentan su respeto a la Madre Tierra, al Sol y a la Luna.Héctor Garrido
Rosa Díaz, descendiente directa de la mítica India de Bella Pluma, trenza su pelo, como lo hicieran sus antepasados, a la sombra del Monte Turquino (la montaña más alta de Cuba), en plena Sierra Maestra (Guamá, Santiago de Cuba).HECTOR GARRIDO
Catalina Pileta del Toro, que es una descendiente amerindia nacida en el Valle del Caujerí, en Guantánamo, Cuba, no sabe a ciencia cierta su edad. Recuerda que cuando fueron a inscribirla en el registro ya era ella una muchachita. Así que, aunque por su carnet, se diría que tiene 87 años, su familia calcula que debe rondar los 92 o más. Ella es una apasionada bailadora de changüí y durante mucho tiempo ha sido profesional, acompañando a varias agrupaciones musicales en sus giras por las comunidades de montaña y bailando para ellos los sones tradicionales de la región de Guantánamo: el changüí, el negón y el quiribá. Héctor Garrido
Eloína Rojas Ramírez nació en el Valle de Yateras, en Guantánamo, Cuba. A pesar de que participó de forma entusiasta en el estudio de su código genético, falleció sin conocer los resultados. El 30% de su ADN es, efectivamente, de origen amerindio. Héctor Garrido
El equipo de autores del Proyecto Cuba Indígena al completo en el río Duaba, en las montañas de Baracoa, junto a varios colaboradores y parte del equipo de producción.HECTOR GARRIDO
Amanece en Virginia, comunidad que pertenece a Felicidad de Yateras, en Guantánamo (Cuba). Catalina Pileta del Toro abre las ventanas y puertas de su bohío construido con tablas y guano (abono) de palma real.Héctor Garrido