Así se puede vencer la desconfianza hacia las vacunas de la covid-19
Economistas y científicos sociales han desarrollado en esta pandemia conocimientos importantes para combatir la desinformación y generar confianza en la población hacia los sistemas de salud. Estos pueden ayudar a aumentar la aceptación y mejorar los planes de inmunización
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La llegada de la vacunación contra la covid-19 está brindando al mundo la esperanza de poner fin a la pandemia, pero muchos países siguen consumidos por la propagación del virus. Por lo tanto, mientras esperamos la generalización de la disponibilidad y distribución de las vacunas, las medidas preventivas de salud, como por ejemplo, el distanciamiento social, el uso de mascarillas y el lavado de manos, seguirán siendo fundamentales para contener la enfermedad.
Para algunas personas, no es factible cumplir con estas directrices. Muchas personas pobres, por ejemplo, deben lidiar con situaciones de hacinamiento, acceso limitado a agua limpia y jabón, y ausencia de redes sólidas de seguridad social.
Más allá de las limitaciones materiales, sin embargo, subyacen otras relacionadas con la información y la confianza. Puede que algunas personas no estén al tanto de las directrices de salud pública, o puede que no entiendan los pasos específicos que se deben seguir. La desinformación sobre la covid-19 puede socavar las medidas recomendadas. Y, en algunos contextos, la falta de confianza en el propio sistema de salud puede reducir la adhesión a las directrices.
Mientras a comienzos del año 2020 los investigadores biomédicos y los expertos en salud pública se apresuraban a adquirir conocimientos sobre el nuevo coronavirus, los economistas y otros científicos sociales se pusieron a trabajar con el propósito de poner a prueba políticas y programas relacionados con la covid-19. El conjunto de hallazgos que desarrollaron contienen importantes lecciones para superar las limitaciones de información, combatir la desinformación y generar confianza en los sistemas de salud. Estos conocimientos profundos también pueden ayudar a aumentar la aceptación de las vacunas y mejorar la administración de las mismas.
Un estudio consistió en el envío de vídeos sobre covid-19 de dos minutos y medio de duración mediante mensajes de texto, que fueron enviados a 25 millones de personas en Bengala Occidental, India. Los vídeos impartían instrucciones para que estas personas notificaran a los trabajadores de salud de la comunidad sobre cualquier síntoma, y enfatizaban la importancia de adoptar comportamientos preventivos. Los receptores de los mensajes, posteriormente, informaron de que viajaban menos y se lavaban las manos con más frecuencia, y se duplicaron las notificaciones a los trabajadores sanitarios sobre síntomas por parte de dichos receptores.
Este llamativo resultado puede parecer sorprendente si se tiene en cuenta que los legisladores habían estado enviando mensajes de prevención sobre la covid-19 durante semanas a las personas que recibieron los vídeos. Una posible razón por la que los mensajes de vídeo fueron más efectivos es que proporcionaban información específica y práctica sobre cuáles eran los síntomas a los que se debía prestar atención y detallaban los pasos que las personas debían seguir para notificar dichos síntomas, así como instrucciones para prevenir la enfermedad.
Incluso cuando la información es específica y se puede poner en práctica, los resultados pueden variar. Un estudio en curso en Uganda, por ejemplo, busca comprender los efectos relativos a la enfatización de los beneficios individuales versus la enfatización de los beneficios para la sociedad con respecto al nivel de adhesión a las directrices de salud pública sobre la covid-19.
Es posible que los formuladores de políticas tengan que ir más allá de la simple comunicación de las directrices de prevención y deban combatir de forma más proactiva la desinformación
Y ¿qué pasa con relación al mensajero? En el estudio llevado a cabo en India, la persona que proporcionaba la información en el vídeo –Abhijit Banerjee, economista galardonado con el premio Nobel– es un personaje muy conocido, por lo que su mensaje puede haber tenido un impacto descomunal. Sin embargo, ese estudio también demostró el papel que pueden desempeñar los pares. Incluso se reportó que aquellos que no recibieron los mensajes de salud pública mostraron un mayor cumplimiento de las directrices de covid-19 a consecuencia de observar y emular el cambio de comportamiento de sus vecinos.
Esto plantea la interrogante sobre si los pares son más eficaces que un tercero cuando se trata de influir en el comportamiento. En Zambia, los investigadores están pidiendo a las personas que comuniquen información sobre salud y covid-19 a sus familiares y amigos a través de mensajes SMS, y dichos investigadores comparan el impacto en el comportamiento preventivo vinculado a dichos mensajes con aquel vinculado a los mensajes que emanan de una autoridad central.
Es posible que los formuladores de políticas tengan que ir más allá de la simple comunicación de las directrices de prevención y deban combatir de forma más proactiva la desinformación que genera confusión y desconfianza. En Zimbabue, las organizaciones locales enviaron mensajes de WhatsApp a los suscriptores de sus boletines para transmitir información veraz sobre la covid-19 y desacreditar información errónea sobre curas falsas. Estos mensajes, procedentes de una fuente de confianza, aumentaron los conocimientos sobre la enfermedad, y los reportes mostraron una reducción de los comportamientos nocivos, como por ejemplo, una disminución de las transgresiones de las órdenes de confinamiento.
Del mismo modo, los economistas en México están trabajando con el Instituto de Salud Pública para evaluar cómo las inclinaciones políticas y la credibilidad de un mensajero influyen en el nivel de confianza que inspira el mensaje, así como en la adhesión a las directrices.
La interrogante sobre la confianza no se limita a las preocupaciones relativas a la desinformación. De la crisis del ébola de 2014-16 en África Occidental aprendimos que las políticas que aumentan la confianza en el sistema de salud pueden mejorar la cooperación con las directrices que se imparten, lo que a su vez conduce a un aumento de la realización de pruebas de laboratorio, a una reducción de la propagación de la enfermedad y, consiguientemente, de la mortalidad.
Las investigaciones muestran que motivar a las personas para que reciban la administración de la vacuna es vital
Los factores que ayudan a superar y vencer la falta de confianza en un sistema de salud pueden variar mucho dependiendo del contexto. En Estados Unidos, donde las desigualdades de salud entre todos los grupos raciales son grandes, un estudio sobre atención preventiva halló que los hombres de raza negra tenían mayores probabilidades de confiar en médicos negros y eran más propensos a tomar varias medidas preventivas de salud, incluida la administración de la vacuna contra la gripe, si consultaban con un médico de su misma raza. Estos resultados fueron apoyados por otro estudio realizado en Estados Unidos, independiente del ya citado, que comprobó que los adultos negros que vieron un vídeo en el cual hablaba un médico sobre la prevención del virus covid-19 tenían una mayor propensión a buscar información adicional si el doctor en el vídeo también era negro.
A medida que nos adentramos en territorios inexplorados con las vacunas covid-19, las investigaciones sobre cómo impulsar la adopción de medidas preventivas podrían ayudarnos a entender las formas cómo aumentar la aceptación de la inmunización. Hasta ahora, gran parte de la atención se ha centrado, con mucha razón, en las cadenas de suministro de vacunas y los desafíos de distribución. Sin embargo, las investigaciones muestran que motivar a las personas para que reciban la administración de la vacuna es vital, incluso en ausencia de factores de desinformación y desconfianza. Las investigaciones realizadas sobre la inmunización antes de la pandemia pueden servir de base para nuestras reflexiones iniciales sobre los programas de vacunación contra la covid-19, y pueden ayudarnos a formular estrategias que contribuyan a aumentar la aceptación de la vacunación.
Incorporar en las políticas públicas las lecciones provenientes de las investigaciones socioeconómicas sobre la importancia de la forma cómo se transmite la información, y la importancia de quién es la persona que transmite dicha información, es particularmente importante dentro de un contexto de desinformación, sobrecarga de información, y desconfianza en los sistemas de salud. Para ayudarnos a avanzar hacia un mundo pospandémico, los responsables de la formulación de políticas deben considerar detenidamente cómo se podrían utilizar dichos hallazgos para incrementar la aceptación de las vacunas contra la covid-19.
Pascaline Dupas es profesora de Economía en la Universidad de Stanford. Joseph Doyle es profesor de Administración y Economía Aplicada en la Escuela de Administración y Dirección de Empresas Sloan del MIT. Karen Macours es profesora en la Escuela de Economía de París.
Traducción del inglés: Rocío L. Barrientos. Copyright: Project Syndicate, 2021
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