Sánchez, el tiempo y ‘OT’
Al presidente le define todavía hoy lo que dijo Isabel Celáa en 2018: “La obligación de todo Gobierno es mantenerse”
A menudo, todo está escrito de antes. El Gobierno busca una nueva portavoz aunque el mensaje que marcaría la trayectoria de Pedro Sánchez lo pronunció, nada más llegar, la primera ministra que fue portavoz de su Ejecutivo, Isabel Celáa: “La obligación de todo Gobierno es mantenerse”, dijo. Aquello fue en noviembre de 2018, pero sirve para 2025 y resume en un puñado de palabras ...
A menudo, todo está escrito de antes. El Gobierno busca una nueva portavoz aunque el mensaje que marcaría la trayectoria de Pedro Sánchez lo pronunció, nada más llegar, la primera ministra que fue portavoz de su Ejecutivo, Isabel Celáa: “La obligación de todo Gobierno es mantenerse”, dijo. Aquello fue en noviembre de 2018, pero sirve para 2025 y resume en un puñado de palabras la hora y media de comparecencia que dio Sánchez este lunes, cuando descartó que fuera a hacer cambios ni adelantos. Sánchez se explicaba a partir de aquella frase de Celáa y, por momentos, en frases que podrían ser de Joan Laporta: que no estamos tan mal, parecía responder a cada pregunta.
Ahora que está por empezar un nuevo ciclo electoral en España, lo que más se dan son las cábalas: el PSOE asume una posible derrota en Extremadura —la encuesta de 40dB. advierte de que podría ser incluso su peor dato en esa comunidad— pero se agarra a que, como sucedió otras veces, el PP necesite a Vox y esa alianza revierta la euforia que tienen en Génova. De hecho, Alberto Núñez Feijóo aleja ya la hipótesis de una mayoría absoluta. Al cabo, con las elecciones pasa como en Operación Triunfo, que a veces nadie recuerda al que quedó primero, sino al que grabó su primer disco.
Puede que Extremadura cambie el ciclo, que luego definirán Aragón y Andalucía. Pero, puestos a jugar, pueden pasar más cosas: que aparezcan más escándalos que afecten al Gobierno. Que los socios se harten, o no. Que vuelva Carles Puigdemont, o que no vuelva. Que el malestar en el PSOE crezca, o que no. Que aparezcan más casos de acoso con la pregunta de qué hizo la dirección. Que la extrema derecha suba más aún o que toque techo, lo que sería una excepción respecto a buena parte de los países europeos.
Por eso Sánchez se agarra al tiempo: porque nadie sabe lo que está por venir y, sin presupuestos, con la presión de sus socios, con Ábalos en la cárcel y Cerdán en libertad provisional, con Leire Díez en las portadas y con el caso Salazar tan reciente, ha decidido esperar. Esperar e improvisar, por si las cosas le van mejor. Claro que también está la opción contraria y, para saber si acierta en su cálculo, Sánchez necesita que pase lo único que ahora mismo tiene: tiempo. Será por eso que algunas frases de 2018 son aún tan actuales.