Hay dos puntos sospechosos en la biografía de Javier Milei (en este orden): tertuliano y experto en sexo tántrico. Alguien tan preocupado con satisfacer a los demás no puede ser un buen presidente. El ganador de las elecciones argentinas parece carecer de la estabilidad y fortaleza mental (...
Hay dos puntos sospechosos en la biografía de Javier Milei (en este orden): tertuliano y experto en sexo tántrico. Alguien tan preocupado con satisfacer a los demás no puede ser un buen presidente. El ganador de las elecciones argentinas parece carecer de la estabilidad y fortaleza mental (alzar la motosierra muestra una psique caótica y débil) para gobernar con previsibilidad el país más ingobernable e imprevisible.
Como decía el economista Simon Kuznets, en el mundo hay cuatro tipos de países: desarrollados, no desarrollados, Japón y Argentina. Y, como recuerda The Economist, los argentinos han sufrido 14 recesiones desde 1950 y su renta per cápita es similar a la que tenían en 1974 (¿Cómo estaríamos los españoles si nuestro salario fuera hoy el mismo que con Franco?). Es peor todavía, porque Argentina fue una de las naciones más ricas del mundo a finales del siglo XIX y ahora está a la altura de Kazajistán. Y, con una inflación interanual en el 142%, el futuro es aún más oscuro.
Argentina desafía las leyes económicas y también los refranes: con Milei, ha ganado el malo por conocer al bueno conocido. Porque el peronismo de Massa es conocidísimo. No hay nada más estudiado, y alabado por muchos intelectuales, que esa ideología basada en el control estatal de la economía. El peronismo germina en una tierra extraña, a medio camino entre el progresismo y el fascismo, pero que se ha revelado fértil para la forma más pragmática de populismo, que mezcla el clientelismo generalizado, la corrupción especializada, y el nacionalismo disparatado. A lo largo de los años, Argentina se ha apartado de los países capitalistas avanzados y ahora es una de las economías más cerradas del mundo, donde el comercio apenas representa el 33% del PIB.
No lloro por ti Argentina. Milei llenará, con sus declaraciones reaccionarias, titulares en todo el planeta, pero no completará una agenda autoritaria. Está maniatado, primero, por un legislativo donde el poder efectivo recaerá en el centro-derecha de Macri; y segundo, por una opinión pública altamente educada que, por ejemplo, está en un 54% a favor de la legalización del aborto (con sólo un 32% en contra). No me preocupa lo que Milei hará y no debería hacer, sino lo que no hará y tendría que hacer para dinamizar la tierra prometida a la que fueron nuestros abuelos y de la que volvieron nuestros primos. @VictorLapuente