Núñez Feijóo, jefe de la oposición

Los lectores escriben sobre la sesión de investidura del líder del PP, la esperanza de que haya un mejor país, el oficio de periodista y la educación patriarcal

Pedro Sánchez entra al hemiciclo del Congreso durante una intervención de Alberto Núñez Feijóo.Claudio Alvarez

Tal fue su sueño, que lo consiguió: Alberto Núñez Feijóo se acaba de proclamar brillante jefe de la oposición, prorrogando de forma destacada su actual posición parlamentaria y dejando al líder de Vox, Santiago Abascal, como un auténtico segundón en el escalafón opositor en el Congreso de los Diputados. Es aceptable que Núñez Feijóo acudiera a su martirologio con la autoridad moral que le confieren sus palabras: ...

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Tal fue su sueño, que lo consiguió: Alberto Núñez Feijóo se acaba de proclamar brillante jefe de la oposición, prorrogando de forma destacada su actual posición parlamentaria y dejando al líder de Vox, Santiago Abascal, como un auténtico segundón en el escalafón opositor en el Congreso de los Diputados. Es aceptable que Núñez Feijóo acudiera a su martirologio con la autoridad moral que le confieren sus palabras: “Tengo a mi alcance los votos para ser presidente del Gobierno, pero no acepto pagar el precio que me pidan para serlo”. Sin embargo, también es el reconocimiento del previsible final político de un perdedor, anunciado con un mes de antelación. ¿Esta postura era coherente o prescindible? ¿España ha perdido todo ese tiempo político? ¿Se ha ido a la basura? Hay un claro culpable. Si Núñez Feijóo ya no ve el futuro, su futuro, ha de mirar al menos al suelo para no caerse. Todo esto a la espera de la votación definitiva de este viernes.

José-Basilio Atienza Sanz. Madrid

Sin miedo

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No tengo miedo. No tengo miedo a creer que hay una España mejor en la que todos cabemos. No tengo miedo a que seamos más libres y poder querernos más. No tengo miedo a avanzar y construir una Europa global. Es posible que no tener miedo sea necesario para darle un beso a una rana con ojos saltones y que esa rana se convierta en un príncipe. A lo que tengo miedo es a volver a donde nunca tuvimos que llegar. Miedo a esas tinieblas que nos dividieron en 2017 y que todavía perduran. Miedo a vivir con el miedo permanente a que “España se rompe”. La democracia española no se rompe, por más que intenten doblegarla. Vivir con miedo nos hace rehenes de quienes quieren quebrar nuestra voluntad. No quiero volver a los infiernos. Quiero vivir libre sin pensar en que debo tener miedo.

Juan Zamora Bermudo. Sant Feliu de Llobregat (Barcelona)

No, no soy periodista

En junio me gradué en Periodismo y no, no soy periodista. De toda la carrera conservo tres consejos: lee mucho, no dejes de escribir y pregunta todo lo que puedas y debas. Tras leer que el número de alumnos en Periodismo ha caído un 18,4% en siete años, me pregunto: ¿qué falla? No lo sé. El periodista solo pregunta lo que puede y debe. Adquirí conocimientos periodísticos durante la carrera y obtuve un título en el que dice que estoy graduada en Periodismo. Pero no, no soy periodista en la vida real. Solo en potencia. Eso falla, la vida real en el periodismo. La vocación no puede justificar la precariedad de la profesión.

Carla Pérez Soria. Caparroso (Navarra)

Educados en el patriarcado

“Hoy juegan las chicas”, escuché el pasado viernes de mis propios labios. 23 jugadoras de élite a las que me refiero como si todavía conservaran algún diente de leche. Me pregunto qué más señales necesitamos para asumir que fuimos educados en un patriarcado estructural, del que no fuimos responsables pero sí somos cómplices. Nací en el 92; he tardado 30 años en darme cuenta de que no siempre hablo como pienso. Ojalá haya llegado a tiempo de darle la vuelta.

Jorge Cortina Díez. Salamanca

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