La resaca lingüística del Congreso

El uso por primera vez de las lenguas cooficiales en la Cámara Baja genera hasta siete tendencias en la red en las que conviven la emoción, la burla y la indignación

Auriculares para la traducción simultánea, el martes en varios escaños del Congreso.Samuel Sánchez

Borja Sémper fue el más criticado e incomprendido; también el más valiente. Sabía que se exponía a ser objeto de burlas, como así sucedió, pero el diputado del PP no se amilanó y habló en euskera el martes en la tribuna del Congreso para defender la posición de su partido en contra de hablar en euskera (y en las restantes lenguas cooficiales) en la tribuna del C...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Borja Sémper fue el más criticado e incomprendido; también el más valiente. Sabía que se exponía a ser objeto de burlas, como así sucedió, pero el diputado del PP no se amilanó y habló en euskera el martes en la tribuna del Congreso para defender la posición de su partido en contra de hablar en euskera (y en las restantes lenguas cooficiales) en la tribuna del Congreso. No deja de ser un ejemplo de normalización de anticipación, de lo que pasará. Sin embargo, muchos usuarios de las redes sociales y en especial de X (antes Twitter) no lo han interpretado de la misma manera. Ni la mayoría de los políticos, incluidos muchos populares. Han hecho escarnio de ello y han motivado con sus comentarios que el parlamentario vasco sea protagonista de dos tendencias en dicha red, una con su apellido y otra con la palabra “canelo”, que él mismo empleó para referirse al uso del catalán, el gallego y el euskera en la Cámara baja, cuando todos los parlamentarios hablan el castellano.

Varios tuiteros recuerdan que el PP también votó en contra del matrimonio homosexual en 2005 y lo llevó al Constitucional, y 10 años después la cúpula popular, incluido Mariano Rajoy, acudió a la boda gay de Javier Maroto. “Es lo que tiene obtener derechos, que luego los puede utilizar cualquiera, incluso los que intentaron frenarlos”, afirma un tuitero. Habiendo hecho el canelo o no, Sémper viene a contrarrestar en el seno de su partido al nacionalismo español y/o madrileño de Isabel Díaz Ayuso, que se ha colado en la resaca lingüística y tuitera del Congreso a cuenta de unas manifestaciones previas en las que sostuvo que “en español se dio la primera vuelta al mundo” e incidió en su máxima de ver Madrid como “la plaza mayor de todas las Españas”. Probablemente, Sémper hubiese hecho un guiño a la España plural y recordado que Juan Sebastián Elcano hablaba mejor en su euskera materno que en castellano.

Las raíces tiran mucho, pero no tanto como para que otro vasco como Santiago Abascal se emocionase al escuchar el gallego de sus ancestros. “Hoy he abandonado el pleno del Congreso junto al resto de los diputados de Vox, indignado al escuchar la lengua de mis abuelos, el gallego, utilizado como herramienta de odio y de división. Y en protesta por la forma que tienen de pisotear las leyes las mayorías golpistas”, dijo en un tuit, contestado por otro tuitero desde la Miña terra galega que cantaba Siniestro total: “Que abandones el Congreso, porque se usa la lengua de mi bisabuelo, el galego, como herramienta de expresión de una España plurinacional es un honor para mí y para la lengua galega”.

El desfile de los diputados de la formación ultra también ha generado tráfico, gracias en buena medida al comentario del parlamentario peneuvista Joseba Andoni Agirretxea: “Los que se han marchado son los mismos que antes nos echaban de clase, nos multaban o nos metían en la cárcel por hablar euskera. Ahora se han ido ellos, algo hemos avanzado”.

Otro asiduo a convertirse en tendencia en las redes, el republicano Gabriel Rufián, defendió el gasto para la traducción e interpretación en el Congreso, comentarios que han generado igualmente numerosas respuestas críticas: “Hay una casa real que no vota nadie y se gasta ocho millones de euros al año”, escribió. “Rufián”, “canelo”, “catalán”, “Galicia”, “Congreso”, “euskera” y “Semper” son las siete tendencias que han crecido en la red tras la sesión del martes.

“¡Lo más absurdo de los pinganillos del Congreso es que cuando un diputado catalán habla en catalán el pinganillo le traduce al diputado vasco en español! ¿Alguien da más?”, apunta un usuario en una línea muy crítica que rivaliza con la dedicada al Gobierno, y especialmente al PSOE, que hace un año votó en contra de la petición de los grupos nacionalistas (no madrileños) de usar las lenguas cooficiales en el Congreso y ahora se ha plegado a la exigencia de Junts per Catalunya. De la necesidad, virtud, dice un viejo refrán en el que se podría inscribir el proceder presidencial.

Sobre la firma

Más información

Archivado En