Indiferencia moral ante la miseria
Los lectores escriben sobre la desigualdad, el consumo responsable, la reforma de las pensiones, y sobre el servicio ofrecido por las farmacias
Ha instalado sus escasos enseres muy bien ordenados en la entrada de un supermercado, entre una tienda de ropa y el acceso a un gimnasio. El año pasado se lo veía dibujar o leer a todas horas, pero en unos meses ha envejecido muchos años. En su rostro se acusa el impacto físico y psicológico del sobrevivir a la intemperie durante un duro invierno. La gente lo ha integrado en el paisaje, aunque algunos le den alguna moneda o algo de comer cuando levantan la vista del móvil. Estamos en una capital europea tras la pandemia y con ...
Ha instalado sus escasos enseres muy bien ordenados en la entrada de un supermercado, entre una tienda de ropa y el acceso a un gimnasio. El año pasado se lo veía dibujar o leer a todas horas, pero en unos meses ha envejecido muchos años. En su rostro se acusa el impacto físico y psicológico del sobrevivir a la intemperie durante un duro invierno. La gente lo ha integrado en el paisaje, aunque algunos le den alguna moneda o algo de comer cuando levantan la vista del móvil. Estamos en una capital europea tras la pandemia y con un cercano conflicto bélico, en medio de una precariedad que genera extremas desigualdades. Hablo de un joven indigente berlinés que simboliza la deriva política del progreso económico europeo. Deberíamos rogar a los dioses que la miseria nunca nos fuera indiferente y la enfocáramos como una flagrante injusticia social de la que somos éticamente corresponsables. Hay otros indicadores distintos al PIB y las cuentas del gran capital. Basta con recorrer las calles de nuestras ciudades.
Roberto R. Aramayo. Berlín
Consumo responsable
Vivir una vida de lujo es como un círculo vicioso: cuanto más tengo más quiero, y en esta sociedad no sabemos poner límites. Debemos darnos cuenta de que somos parte del problema; es muy fácil buscar culpables y pedir soluciones, pero el cambio debe de salir de nosotros mismos. El consumo responsable, término novedoso para algunos, lleva siendo utilizado durante siglos. Lo que ahora queda muy bonito llamar vintage es simplemente tomar responsabilidad. La economía circular no es una moda que viene y va. Se nos ha educado como compradores compulsivos y no podemos salir de la mentira en la que vivimos si nos educan para no ser conscientes de ella.
Nagore Sebastián Salabarria. Bilbao
Orgullosa de contribuir
Están diciendo que la reforma de las pensiones es un impuesto al talento y al trabajo. Por esta reforma, mi contribución a la bolsa de las pensiones va a subir y con ello voy a ayudar a las personas que han trabajado toda su vida para que puedan vivir con tranquilidad lo que les quede. Y estoy orgullosa de que con mi talento, mi esfuerzo de muchos años y el trabajo que me ha costado llegar a una buena posición, yo pueda vivir desahogadamente y encima ayudar a los que lo necesitan ahora.
Lola Pereira. Salamanca
Buenas farmacias
Huyendo de la vorágine de Madrid, pasé unos días de descanso en un entorno incomparable del corazón de Asturias, un pequeño concejo rural con tradición minera, a 10 kilómetros de Oviedo. Por circunstancias que no vienen al caso, precisé acudir a la farmacia, donde me sorprendió gratamente la empatía y proximidad de su farmacéutica. En un momento tan complicado y criticado como el que atraviesa la sanidad en nuestro país, es sumamente reconfortante comprobar que hay farmacias que te ofrecen una atención personalizada, con profesionales bien formados a los que puedes consultar y que dispensan al paciente todos los servicios, estés donde estés, ya sea en La Foz o el centro de Madrid. Enhorabuena a ese pueblo por contar con una profesional de semejante categoría.
Cayetano Fidalgo Ibáñez. Madrid