El PAN no pierde la fe
El acto de refundación del partido de la derecha mexicana tiene unos guiños claros a los nuevos tiempos, pero cobijados bajo el paraguas ideológico del pasado


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Patria, familia, libertad. Bajo ese lema se presentó el lavado de cara del PAN este fin de semana. El partido de la derecha mexicana busca un revulsivo tras años menguantes a la sombra de la apisonadora de Morena. Apertura a la sociedad civil, menos trabas para la afiliación de nuevos cuadros, democracia interna, distancia con el PRI, mucha tecnología y mucho marketing. Unos guiños claros a los nuevos tiempos pero cobijados bajo el paraguas ideológico del pasado.
El lema elegido para esta especie de refundación del partido suena incluso al carlista -Dios, patria y rey- que tuvo eco en el México de principios del siglo pasado. Los católicos mexicanos se levantaron en armas frente al Gobierno posrevolucionario. Una década después, en 1939, nacía el PAN como una prolongación democrática de los sectores católicos más conservadores que protagonizaron la guerra Cristera.
El mismo fundador del partido, Manuel Gómez Morín, vio en aquella revuelta contra el régimen de los militares posrevolucionarios -el embrión del PRI- una grieta que necesitaba ser canalizada por las vías institucionales. La imagen y la voz de Gómez Morin resucitó en el acto de este fin de semana gracias a las virguerías de la Inteligencia Artificial. Junto a otros prohombres del panismo, el fundador apareció en una pantalla para decirle a los panistas de hoy que “no se rindan”.
Varios analistas han leído el acto del partido como una apuesta con poco equilibrio. Mucho ruido en las formas, pero poca sustancia en el fondo. Concentrar el tiro en situar a Morena como un régimen autoritario y apostar por un regreso a los valores tradicionales no conecta demasiado con el sentir de un electorado que, votando en masa por el partido oficialista, también detecta fallas, como la corrupción o la inseguridad. En todo caso, México no parece el terreno mejor abonado para una apuesta ultraconservadora. Ahí están el intento fallido de Lily Tellez o las dudas de Ricardo Salinas Pliego a entrar de verdad a explotar esa receta que sí está funcionando en medio mundo.
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