La universidad que preserva las lenguas indígenas de México
Creada hace dos años, la ULIM forma a profesionales para la enseñanza como una forma de entender el mundo. De aquí también saldrán intérpretes que impedirán, por ejemplo, que a un indígena le condenen erróneamente por no hablar español
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Cuando Uxatemai, de 31 años, ingresó como alumno a la Universidad de las Lenguas Indígenas de México (ULIM), comprendió aún más su propia lengua materna, el wixárika. Su nombre en español es Sergio González López, y, al entrar, reafirmó que, en su idioma, la naturaleza es familia: el venado, Tamatsi Kauyumarie, significa hermano mayor; el fuego es Tatewari, que significa el abuelo, y el sol es Tayau, nuestro padre. Cada idioma es una manera distinta de entender el mundo. Una universidad dedicada a formar profesionales para la enseñanza de las lenguas originarias desde la comprensión de las distintas cosmovisiones indígenas es extraordinaria. Ese es el caso de la ULIM, creada en 2023 en México con el reto de preservar y promover las lenguas originarias en el decenio Internacional de las Lenguas Indígenas 2022-2032, coordinado por la UNESCO.
“En el caso [del pueblo] mixe, en Oaxaca, ya había reclamos del reconocimiento de nuestra lengua, no solo como instrumento de traducción de los libros del sistema educativo, sino que fuera además promovida como mecanismo de conocimiento”, cuenta el mixe Crisóforo Cardoso Jiménez, director académico de la ULIM.
Como antecedente, en el sistema mexicano existe la educación bilingüe intercultural indígena, que se lleva a cabo desde hace más de 50 años. Se trata de un mecanismo usado en escuelas de regiones indígenas, pero, en palabras de Cardoso, “se limita a la traducción y no a un medio de conocimiento”. “En el caso de la ULIM, formamos profesionales que puedan impartir la lengua como un medio de instrucción, de conocimiento, desde su paradigma”, explica. Otro antecedente importante es la creación del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) y la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas (LGDLPI) publicada en 2003, la cual promueve la regulación, reconocimiento y protección de los derechos lingüísticos, individuales y colectivos de los pueblos y comunidades indígenas.
En México, se hablan 68 lenguas indígenas con hasta 364 variantes, según datos del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI). Sin embargo, el Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe, advierte que este país ha perdido el 40% de sus hablantes de lenguas nativas hasta el 2020, en comparación con inicios del siglo XX.
Nuevo enfoque
Quizá el modelo existente más parecido a la ULIM en México son las universidades interculturales, que forman a profesionales en zonas indígenas en sus propias lenguas. Sin embargo, la ULIM es la primera en su tipo en el país y, según sospecha Cardoso, en Latinoamérica. Entre sus creadores, están activistas como el mixe Adelfo Regino Montes, actual director del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas y quien ha sido asesor en las negociaciones para la adopción de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. También está Natalio Hernández Hernández (conocido como Natalio Hernández Xocoyotzin), y uno de los poetas nahuas más reconocidos.
Además, las tres carreras que imparte la universidad cubren necesidades respecto a los derechos indígenas y al reforzamiento de sus lenguas. Por ejemplo, la Licenciatura de Enseñanza en Lenguas Indígenas tiene componentes didácticos, pedagógicos y lingüísticos para que los egresados puedan trabajar como profesores, pero también en la elaboración y ejecución de políticas públicas para la enseñanza, revitalización y el fortalecimiento de la lengua a niveles administrativos y en instituciones educativas.
La carrera de Interpretación y Traducción en Lenguas Indígenas, por su parte, tiene que ver con el acceso a los servicios públicos en lenguas originarias en áreas básicas como el servicio médico, de justicia y educativo. “Si revisamos las estadísticas, hay personas indígenas que se encuentran presas y muchas no tuvieron interpretación a la hora del tratamiento de su caso, o traductores en su proceso, lo que es gravísimo. Lo mismo pasa respecto a un acceso correcto a la salud”, cuenta Cardoso. La tercera licenciatura es el Comunicación Indígena Intercultural.
Logros y retos
La oaxaqueña Elizabeth García, mixteca de 34 años, es la primera profesora con una trayectoria postdoctoral trabajando en la ULIM. Ella creció en un entorno donde, prácticamente, solo se hablaba mixteco. “A la fecha, todas las conversaciones en casa solo son en mixteco, mis padres no hablan español y, mi primer contacto con el mismo fue hasta que entré a la primaria”.
García fue parte de los cientos de casos en que los niños no solo tenían que aprender las ciencias en la primaria, sino un nuevo idioma al mismo tiempo, pues muchos de los profesores no hablaban las lenguas indígenas de los lugares donde impartían clases. “Creo que es muy importante la consolidación de esta universidad para formar un modelo educativo para el fortalecimiento de las lenguas originarias. Eso es lo más valioso: rescatar y revalorar nuestras lenguas que están en las comunidades”, recalca.
Pero uno de los más grandes logros, en opinión de García, es que las mismas comunidades están acercándose a la ULIM. Gracias a la iniciativa de sus propias asambleas comunitarias, hoy existen unidades académicas de la universidad en comunidades indígenas de Michoacán, Oaxaca y Nayarit, donde se imparten las carreras en el idioma de las mismas regiones. Gracias a eso, 218 estudiantes acceden a la ULIM desde sus propias comunidades.
Por su parte, para el estudiante wixárika Sergio González López, y miembro de la primera generación de la ULIM, entre los principales desafíos está el tema de los recursos, ya que las instalaciones en Ciudad de México hoy albergan 83 estudiantes, provenientes de 15 Estados y hablantes de 19 lenguas. La demanda, además, crece cada año. Por ello, él cree que las unidades comunitarias pueden ser una buena solución para seguir formando profesionales para el fortalecimiento de las lenguas indígenas en México y, con ello, sus respectivos paradigmas. Y esto tiene el potencial de fortalecer la identidad en las distintas zonas indígenas del país.