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Fernández Noroña suma un nuevo enredo tras pedir licencia para visitar Palestina

El senador intenta despejar el enorme escrutinio sobre sus pasos, pero solo consigue abrir más frentes de duda en su visita a Oriente Próximo

Zedryk Raziel

El senador Gerardo Fernández Noroña tropieza una y otra vez con sus propias palabras y no logra escapar del ojo del huracán. El polémico legislador de Morena ha abierto un nuevo frente al anunciar que se separa temporalmente —apenas una semana— de la Cámara Alta para hacer un viaje a Palestina. Noroña, que arrastra una estela de cuestionamientos por sus desplantes y su gusto por los lujos, dijo que el viaje se lo pagarán los Emiratos Árabes Unidos, a los que calificó de “generosísimos”, a bordo de la costosa aerolínea Emirates. El político, uno de los pesos pesados dentro del oficialismo, afirmó que fue invitado debido a la “solidaridad” que ha mostrado con la causa palestina. Las dudas apuntan a si Noroña debe acudir ahora que ya no es presidente del Senado y a si la ley le permite aceptar que un tercero financie su viaje.

De nuevo, ha sido él mismo quien desató la bola de nieve. El lunes, en una de las rutinarias transmisiones en vivo que hace a través de sus redes, Noroña soltó la noticia de que dejaría temporalmente el Senado. En ese momento no explicó el motivo, pero negó que tuvieran que ver las polémicas en torno a su patrimonio millonario y al opaco viaje en un avión privado que hizo hace un par de semanas para ir al Estado de Coahuila. Al día siguiente reveló que la licencia sería brevísima, para poder volar a Palestina. Ahí comenzaron los tropiezos. Noroña sostuvo que se separaba del cargo porque su viaje no tenía relación con sus actividades legislativas. Este miércoles, sin embargo, ha afirmado que le invitaron, precisamente, teniendo la investidura parlamentaria. “Cualquier senador puede recibir este tipo de invitaciones”, ha comentado.

En efecto, el Gobierno de Palestina convocó a Noroña el 12 de junio, cuando este aún era presidente del Senado. La carta de invitación, emitida por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Palestina, se refiere a él con ese cargo y le llama “su Excelencia”. El escrito precisa que se trata de una “visita oficial”, en la que se tienen previstas reuniones de Noroña “con altos funcionarios palestinos” y parlamentarios, con el objeto de “intercambiar visiones y fortalecer lazos políticos entre el Estado de Palestina y los Estados Unidos Mexicanos”. Es decir, a todas luces, se trata de una invitación diplomática. No obstante, Noroña dejó de ostentar la investidura de representante de uno de los tres poderes del Estado mexicano el 31 de agosto. Ahora, la presidenta del Senado es Laura Itzel Castillo.

“No es menor el detalle de en qué carácter lo invitaron. No es lo mismo que te inviten como senador por un Estado, como secretario de la Comisión de Relaciones Exteriores o como presidente del Senado. No es anecdótico”, explica el analista político Gabriel Guerra. El especialista incide en que los contactos para formalizar la invitación “no se dieron en el vacío”, sino que comenzaron y se concretaron cuando Noroña aún era presidente del Senado. “Es un acto de imprudencia y de desconsideración, porque es meterse en temas de política exterior y diplomacia que difícilmente, me imagino, están acordados con el Gobierno. Además, después de toda una serie de escándalos que no lo hacen precisamente el mejor emisario”, agrega.

En junio, cuando el Gobierno de Palestina envió la convocatoria, aún no ocurría el derrumbe de Noroña. De alguna manera, todos los conflictos le estallaron semanas después y, a partir de ahí, el mundo cambió. Irreverente y sin filtros, calificó de “cretino” el cónsul en Miami, Rutilio Escandón, militante de su propio partido. También habló de la división interna en Morena y obligó a la presidenta, Claudia Sheinbaum, ha reconvenirlo. Luego empeoró el escenario para él. Se descubrió que era dueño de una casa de 12 millones de pesos en Morelos, él que tanto insiste en su condición de “ser pueblo”. En su intento por aportar explicaciones, terminó dando más elementos que llevaron a descubrir que el uso de suelo de esas tierras es comunal y no se puede vender.

Por esos días también evidenció que recibe financiamiento de parte de sus “seguidores” en redes sociales, pero muchos provenien del extranjero y de cuentas opacas, lo que contraviene la prohibición de que los legisladores reciban dádivas ajenas a su ingreso oficial. Poco después se filtró que utilizó un avión privado para hacer una gira proselitista en Coahuila. Ignorando que el uso de esos fletes ostentosos está sancionado por la ética de su partido, Noroña aseguró que pagó por el viaje; no obstante, cosa peor, todo apunta a que, en realidad, se trató de una donación, pues la aeronave no tiene permisos para prestar el servicio de taxi aéreo.

En ese contexto de polémicas se inserta su visita a Palestina. Ahora, las miradas se posan sobre el asunto del vuelo pagado por los Emiratos Árabes, que, si bien han jugado un rol de mediadores durante la devastación de Israel sobre la Franja de Gaza, calificada como genocidio por parte del consenso internacional, no figuran como una autoridad convocante a esta visita de carácter oficial. Noroña se separó del cargo precisamente para despejar cuestionamientos sobre el financiamiento de su vuelo por un tercero. Sin embargo, aunque haya solicitado licencia, sigue ostentando el cargo de senador de la República y, como tal, tiene prohibido recibir dádivas. Él volvió a rechazar que se trate de un obsequio e insistió en que fue invitado como senador, pero, de nuevo, no se explica su solicitud de licencia y su insistencia en que el viaje no está relacionado con su trabajo parlamentario.

El enésimo enredo de Noroña, quien pese a todo no oculta sus aspiraciones a la presidencia de la República dentro del oficialismo, no solo le afecta a él mismo, a decir de Guerra, sino que tiene repercusiones de gran escala. “Le mete ruido a Morena, a la presidenta Sheinbaum y a la Cancillería. Es una cosa muy poco pensada, muy contraproducente. Porque en estas cosas uno tiene que pensar cómo ayuda a una causa, cuál es su mejor aporte”, pondera el analista. “Y yo no creo que el mejor aporte a la causa palestina en este momento sea que vaya un senador envuelto en controversias éticas y legales, que además va sin mandato de su partido, de su fracción parlamentaria, de su Gobierno. Me parece un despropósito”, agrega.

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Sobre la firma

Zedryk Raziel
Reportero de EL PAÍS México, especialista en la cobertura de asuntos políticos y de corrupción. Licenciado por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Ha sido colaborador en el diario Reforma y el portal Animal Político. Es coautor de ‘El caso Viuda Negra’ (Grijalbo, 2022) y ‘Licencia para robar’ (Grijalbo, 2025).
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