Una denuncia de abuso sexual en TecMilenio prende la protesta en otros campus de México
Los estudiantes de la preparatoria de Monterrey denuncian a la dirección del centro por encubrimiento y censura, además de exigir la expulsión de los cinco acusados. La protesta se ha extendido por otros recintos del centro educativo


“Justicia para Rudy”. “Den la cara”. “No nos cuidan. Nos violan”. “En TecMilenio si usas ChatGPT te expulsan, pero si violan a un chico entre 5, protegen a los abusadores”. Estas han sido algunas de las consignas que se han podido escuchar en protestas y leer en letreros durante la última semana en el campus Las Torres de la preparatoria TecMilenio, en Monterrey. El pasado 11 de marzo, de acuerdo con las versiones de estudiantes, se hizo la denuncia de un presunto abuso sexual contra Rudy, un joven de 16 años, quien fue sometido y agredido por cinco estudiantes en uno de los baños en los predios de la institución educativa.
De acuerdo con la cronología de los hechos relatada por Ángela (nombre ficiticio), una amiga íntima del afectado y cabeza de la agrupación estudiantil que está denunciado los hechos, Voz Tecmilenio Nacional, Rudy fue a buscarla el 11 de marzo tras el ataque. Presentaba moretones en el cuerpo y le dijo que le acababa de pasar “algo muy traumante y que le daba demasiada vergüenza decir”. Antes de eso, según recuerda, el joven le dijo que había acudido a la oficina de dirección para denunciar el hecho, pero no le hicieron caso. Tras contarle lo sucedido en los baños, Ángela volvió a llevarlo a la oficina para sentar denuncia.
“Rudy ya se había quejado en dirección sobre este grupo de personas, que lo molestaban, agredían y lo acosaban. Dirección no hizo absolutamente nada. No le hicieron caso y simplemente ignoraron todas esas agresiones verbales”, afirma la representante de Voz Tecmilenio.
Al día siguiente de la agresión, los acusados se presentaron con normalidad a clases y, según cuenta Ángela, estos se burlaban y mostraban videos de todo lo que había pasado. “No lo subieron a redes, pero sí lo fueron mostrando, aclarando que ellos mismos lo habían hecho”, añade. Fue de este modo que el nombre de uno de los acusados salió a la luz el 13 de marzo, identificado como Leonardo N, quien fue apartado por representantes estudiantiles para preservar su seguridad y para que los ánimos caldeados debido a la agresión no se elevaran más.
El día siguiente los alumnos salieron a protestar en el mismo campus y el caso obtuvo atención de medios locales. En una entrevista para un canal televisivo, Alejandra Preciado, directora del TecMilenio Las Torres, afirmó que no recibieron ninguna denuncia por abuso en el campus, pero que en cuanto se tuvo conocimiento de los presuntos hechos se activaron una serie de protocolos internos encabezados por su oficina de inclusión.
Sin embargo, Ángela denuncia que la dirección de TecMilenio tenía conocimiento del hecho desde el 11 de marzo. “TecMilenio está encubriendo absolutamente todo lo que está pasando. No se está haciendo responsable desde el inicio, nunca fue responsable sobre todo este tema”, afirma.
El caso se encuentra en investigación por la Fiscalía General de Justicia de Nuevo León, mientras que la institución educativa asegura que colabora con las autoridades. Sin embargo, otros estudiantes de distintos niveles han denunciado que en el centro no se siguieron los protocolos para preservar la integridad de la víctima y que ha existido encubrimiento para los acusados. Ángela dice que lo de Rudy no es un caso aislado, ya que durante una audiencia en la que participaron padres de familia salieron testimonios sobre otros casos de acoso.
De acuerdo con Gonzalo —nombre ficticio de un estudiante que ha pedido mantener el anonimato—, integrante de Voz Tecmilenio, los canales de ayuda para los estudiantes no funcionan. El protocolo, según explica, exige a los alumnos a recurrir a un número telefónico en caso de ayuda psicológica, asesoría legal o financiera. Sin embargo, reclama que “se necesita un milagro para que te contesten. También nos piden mandar el caso a un correo electrónico que está totalmente desactivado. El correo llega, pero no está en uso ya que los directivos generalmente no lo checan”.
A Gonzalo no le parece justo que los mismos estudiantes sean los que tengan que cuidarse entre ellos o quienes deben asegurarse que las autoridades dentro del campus hagan su trabajo. “Molesta mucho ver que el protocolo verdadero de TecMillenio es retrasar las investigaciones, las penalizaciones para los involucrados o bloquearlas por completo. Considero que el caso de Rudy fue la gota que derramó el vaso, porque como estudiantes estamos hartos todos de la impunidad que se ofrece tanto a estudiantes, como a profesores o figuras importantes dentro del campus”.
Otro detalle que ha molestado a la comunidad estudiantil de TecMilenio es la permanencia de los estudiantes acusados de agresión sexual. Respecto a esto, Rosalinda Ballesteros, directora del Instituto de Ciencias del Bienestar Integral de esta misma institución, ha explicado en Excelsior que la universidad no ha aplicado sanciones aún debido a que aguardan a la verificación de la información por parte de la Fiscalía.
Los reclamos en TecMilenio han llegado, incluso, a las altas esferas políticas. El gobernador de Nuevo León, Samuel García, afirmó, en una publicación en la red social X, que las víctimas cuentan con su apoyo y que se dará seguimiento al caso hasta que se esclarezca lo sucedido y, si hubiera delito, se castigue a los responsables.
Amenazas de suspensión y expulsión por protestar
A partir de las protestas de la semana pasada, el malestar estudiantil se ha esparcido a otros campus de TecMilenio como en Guadalajara y Zapopán, en Jalisco; en Puebla, San Luis Potosí, Veracruz, Mérida o Querétaro, con la campaña impulsada por el hashtag #Quebonitoesunbañosinsangre. Sin embargo, los representantes de Voz Tecmilenio han denunciado censura por parte de las autoridades educativas para intentar aparentar una irreal normalidad.
“Hubo amenazas de suspensión e incluso expulsión para algunos estudiantes por protestar. En el campus de Mérida había mucha seguridad y estaban retirando los carteles. Estaban amenazando a embajadores y capitanes de los campus [representantes estudiantiles e intermediarios entre los alumnos y la administración] por esto mismo”, afirma vía telefónica Gabriela (nombre ficticio), integrante de Voz Tecmilenio y quien también solicitó el anonimato por temor a represalias.
Gabriela afirma sentirse indignada. “Nos dijeron que si reportábamos algo se iba a hacer algo contra eso. Me molesta que no estén cumpliendo con sus palabras. Estos días nos han llegado cantidad de mensajes diciéndonos totalmente lo contrario, de personas que han sufrido algún tipo de abuso en el campus, algún tipo de violencia y los directivos no hicieron absolutamente nada”, finaliza.
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