Un huipil y una tabla de surf: Patricia Ornelas baila sobre las aguas del Pacífico
Originaria de Guerrero, la mexicana es embajadora de un proyecto filipino que busca dar visibilidad a las mujeres en el surf alrededor del mundo
Hay dos corrientes muy marcadas cuando se trata de surfear. Una de ellas es lo que en el deporte acuático se denomina surf moderno: tablas cortas de 185 centímetros a 2 metros, movimientos violentos sobre las olas, piruetas, mucha velocidad. La otra es el surf clásico: tablas con un mínimo de tres metros, se camina de punta a punta sin perder el equilibrio haciéndolo ver relajado, fácil y cool, la velocidad y las piruetas no importan. Eso es lo que hace Patricia Ornelas, originaria de la localidad de El Tibor, una zona montañosa en el Estado de Guerrero, aunque ella agregó un toque más, uno personal, que la representa a ella y a la comunidad donde creció con poco más de 600 habitantes. Ornelas surfeó un estilo clásico, luciendo un huipil borravino y una falda color malva. El video de la guerrerense se viralizó en cuestión de horas.
“Ya había experimentado esto, pero nunca a esta magnitud”, expresó a través de una historia en su cuenta de Instagram. “Gracias por todo el cariño y apoyo”. Entre septiembre y octubre de 2022, Patricia Ornelas también hizo ruido en redes sociales por una sesión de surfeo en La Saladita, una playa muy cerca de Ixtapa Zihuatanejo y a una hora de las playas de Michoacán. Aquella vez, con motivo de la celebración del Día de Muertos, Ornelas se maquilló como calaverita y vistió un body (una prenda de una sola pieza) negro con estampado de los huesos del torso humano.
Ahora el huipil, la tabla de surf y las olas no corresponden a ninguna sesión, sino a un proyecto encabezado por la filipina Archie Geotina llamado The Pearls Proyect (El Proyecto de Perlas) que busca exponer “a las musas del surf alrededor del mundo”, según se lee en su página. “Perlas comenzó como un sueño inspirado por mujeres, cultura perdida y nuestra relación con la madre naturaleza, mientras bailamos y jugamos en las facetas de su océano”, escribió Geotina en una publicación en Instagram. “Filipinas y México tienen varias similitudes culturales debido al dominio colonial de España”, añade. “Con eso, Perlas se expande a México mientras celebramos a su gente, su historia y cultura”.
La embajadora mexicana para la expansión del proyecto es la guerrerense que creció a una hora de la playa, sobre las montañas “en el pueblo de mi padre. Cuando era una niña siempre soñé con caminar sobre el mar y bailar encima de él sin hundirme”, dice Patricia Ornelas en una publicación. Su conexión con el mar viene de su madre, “ella es originaria de la localidad de La Saladita que está a cinco minutos de la playa. Siempre nos llevó a mí y a mis hermanos a visitar a los abuelos”. Al pasar los años, Ornelas se fue alejando del mar “pero siempre sentí cercanía y curiosidad por aprender a flotar”, así lo llamaba ella antes de saber que el término correcto era surfear.
“Fue hasta los 23 años que conocí a Leonel; la persona que me enseñó lo que soy hoy”. Se refiere a Leonel Pérez, entrenador y surfista mexicano. “Después lo dejé porque me embaracé y pensé que jamás volvería a estar en el agua salada”, sin embargo, Pérez la buscó cuando la hija de Ornelas, Leah, cumplió un año. La convenció de volver y el resto, cómo dicen, es historia. “Gracias al proyecto Perlas por darme la oportunidad de contar mi historia y por el interés de mostrar mis raíces y cultura mexicana”, dice resaltando su nacionalidad en mayúsculas y concluye en otra publicación: “Hoy surfeo por mí, por mi familia y por todas esas mujeres que sueñan con aprender algo nuevo que creen que es imposible”.
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