Cuatro fenómenos metereológicos provocarán más lluvias en Ciudad de México

Las lluvias nos recordaron que Ciudad de México vive sobre el fantasma de un lago y que muchas veces el fantasma se hace presente. Las calles inundadas replicaron la corriente de los ríos e incluso un auto terminó arriba de una reja después de ser arrastrado por el agua. Se esperaría la calma después de la tormenta, pero de acuerdo a los pronósticos, la lluvia no cederá en las próximas semanas y afectará a casi todo el país debido a varios sistemas meteorológicos que interactúan: el monzón mexicano, la oscilación Madden-Julian, las ondas tropicales y un frente frío.

De acuerdo con José Martín Cortés, licenciado en Ciencias Atmosféricas y meteorólogo operativo, además de las lluvias de los últimos días, se espera que una nueva temporada lluviosa se instale a partir del lunes 22 de julio. Las lluvias más intensas se concentrarán en los Estados del occidente, centro y sureste del país, incluyendo a Jalisco, Michoacán, Estado de México, Ciudad de México, Morelos, Puebla, Veracruz, Yucatán, Tabasco, Oaxaca y Chiapas. Además, algunas regiones del norte, como Nuevo León y Coahuila también podrían experimentar precipitaciones significativas debido a un frente frío.

A diferencia de las últimas lluvias, el pronóstico también incluye la posibilidad de granizo en áreas montañosas y urbanas, especialmente en el centro del país, donde las tormentas eléctricas pueden producir precipitaciones de hielo debido a la alta inestabilidad atmosférica.

El monzón mexicano y su impacto

El monzón mexicano, un fenómeno estacional caracterizado por mayor producción de nubes que afecta principalmente a la región de la Sierra Madre Occidental, continuará su presencia, lo que traerá lluvias significativas en Estados como Sonora, Chihuahua, Sinaloa, Durango, Nayarit, Jalisco y parte de Zacatecas. El monzón se ha mostrado particularmente activo desde finales de junio, lo que genera precipitaciones importantes, aunque no suficientes para mitigar completamente la sequía en algunas áreas. De acuerdo a Martín Cortés, “debido al fenómeno de La Niña que está en desarrollo, el monzón generalmente es menos activo, y no toda la Sierra Madre ha reportado lluvias”.

Ondas tropicales once y doce

La onda tropical número once, se aleja del centro hacia el occidente y afecta áreas como el Valle de México y Jalisco con lluvias muy fuertes. Por su parte, la onda tropical número doce está ingresando a la península de Yucatán, y trae consigo lluvias y tormentas. Se espera que la onda doce esté muy activa durante el fin de semana, lo que generará precipitaciones significativas a medida que se desplaza hacia el Valle de México. También es vigilada por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) por una posible formación ciclónica, aunque solo hay 20% de probabilidad.

La oscilación Madden-Julian

Otro fenómeno que jugará un papel determinante en el clima de la próxima semana es la oscilación Madden-Julian. Se trata de una onda atmosférica que se desplaza a lo largo de los trópicos y tarda entre 30 y 60 días en dar la vuelta completa al planeta. La oscilación tiene dos fases: la convectiva y la supresiva, la fase convectiva se asocia con un aumento en la actividad de tormentas y precipitaciones.

La oscilación Madden-Julian está recorriendo el océano Pacífico hacia México, lo que incrementará aún más la inestabilidad atmosférica. Al interactuar con otros sistemas climáticos como las ondas tropicales y los frentes fríos, potenciará las tormentas que ya se están generando, creando condiciones para lluvias intensas y prolongadas.

Un frente frío en verano

Aunque no lo parezca, los frentes fríos en verano son comunes. Un frente llegará al noreste del país en los siguientes días, con posibilidad de afectar zonas entre Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas. Aunque no genera las condiciones invernales típicas, este frente frío contribuye a la inestabilidad atmosférica y produce más lluvias, granizo y tormentas en la región donde se instala.

La combinación de estos fenómenos meteorológicos sugiere semanas cargadas de lluvias para gran parte del territorio mexicano. José Martín advierte que la población debe prepararse para los efectos de estas precipitaciones, que aunque son beneficiosas para recargar presas y revitalizar ecosistemas, también pueden causar deslizamientos de tierra en zonas rurales o inundaciones en zonas urbanas, donde la basura tiende a tapar coladeras que no permiten el excedente flujo de agua y provoca desbordamientos como los que se vivieron hace poco en Ciudad de México y Estado de México.

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