Sheinbaum reivindica la llegada de una mujer a la Presidencia: “La transformación es feminista”
La presidenta electa de México se compromete, rodeada de mujeres, a “hacer efectivo el derecho a la igualdad”
Claudia Sheinbaum se ha vestido de morado este martes. Solo simbólicamente, porque en realidad llevaba un vestido guinda al subirse al escenario, junto a una treintena de otras mujeres, a reivindicar la elección de la primera presidenta de México en la historia. “La transformación es feminista”, dijo en referencia al movimiento político creado por Andrés Manuel López Obrador, conocido como la Cuarta Transformación. Tras recibir el bastón de mando de las mujeres de manos de la senadora Olga Sánchez Cordero, la presidenta electa dio un discurso para decenas de seguidoras que le acompañaban en el que puso el foco en los derechos de las mujeres, prometió priorizar a las indígenas y a las afromexicanas, y destacó a las “heroínas de la patria” que abrieron camino a todas las demás. En un discurso histórico para las mujeres de México, Sheinbaum esbozó: “Por primera vez en 200 años, llegamos a la Presidencia. Y digo en plural porque como siempre he dicho, no llego sola, llegamos todas”.
La presidenta electa, que ganó el pasado 2 de junio con el 60% de los votos, recordó a varias mujeres que abrieron paso para las demás, entre quienes mencionó a la revolucionaria Carmen Serdán, la médica Matilde Montoya o la religiosa y escritora Sor Juana, que le dio el nombre al claustro universitario donde se reunieron este martes alrededor de un centenar de participantes. Sheinbaum agradeció: “A todas las mujeres anónimas que dieron su vida y nos abrieron camino. Nos tocará en los próximos seis años seguir reivindicando a las mujeres de nuestra historia”.
Para ser la candidata presidencial del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Sheinbaum tuvo que enfrentarse primero con cinco aspirantes hombres en una interna, y luego con otra mujer, la opositora Xóchitl Gálvez, en las elecciones. En la campaña tuvo que enfrentarse a múltiples críticas misóginas, que la acusaban de ser un títere del presidente. Pero la llegada por primera vez de una mujer al cargo es parte de “la revolución de las conciencias”, dijo. Es “un símbolo para las niñas, las jóvenes”. Y relató cómo mientras daba su gira por el país, algunas niñas le decían: “Ya no quiero ser princesa, quiero ser presidenta”.
La presidenta electa fue acusada en múltiples ocasiones de no ser feminista. Incluso llegó a enemistarse con varios colectivos feministas cuando gobernaba Ciudad de México. Esa Administración la comenzó de la mano de estos grupos, pero acabó distanciada de ellos, y siendo duramente criticada por algunas posturas que tomó, como el reproche a las manifestantes moradas que dañaban monumentos en las protestas. Las feministas de su partido llegaron a marcar distancia entre ella y quienes militan estos temas desde hace muchos años. Pero Sheinbaum ha querido marcar en varios discursos desde su victoria que el suyo será un Gobierno que traiga cambios para las mujeres.
“Continuar con la transformación significa: para seguir construyendo un país más justo, libre de racismo, clasismo, machismo, libre de toda forma de discriminación, hacer efectivos los derechos de las mujeres a la igualdad, eliminar la brecha salarial, incrementar la presencia de las mujeres en puesto de elección y dirección, generar las condiciones para que las niñas y las jóvenes puedan desarrollarse en cualquier actividad que deseen”, prometió. Y agregó: “Recordar que no estamos destinadas a un rol en la sociedad lleno de prejuicios y de violencias, sino que el fortalecimiento de los derechos de las niñas y las mujeres significa que puedan lograr sus sueños con plena libertad, autonomía, y libres de cualquier forma de violencia”.
Con el eje puesto en combatir las violencias contra las mujeres, Sheinbaum conmemoró a aquellas “que han perdido la vida por el solo hecho de ser mujeres” y a aquellas “han luchado en silencio contra la violencia familiar y de la sociedad”. “Hoy decimos gracias por abrir brecha”. Para finalizar, recordó algunos de los programas destinados a este grupo de la sociedad, como la beca para mujeres para mujeres de entre 60 y 64 años, o la instalación de un sistema nacional de cuidados. Esta última política priorizará en un primer momento a las jornaleras agrícolas y las trabajadoras de las maquilas. “¿Por qué? Por justicia social”.
Apúntese gratis a la newsletter de EL PAÍS México y al canal de WhatsApp y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este país.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.