La desbandada de las grandes petroleras desdibuja la reforma de Peña Nieto

Altos riesgos, precios poco rentables y complejidades geológicas han jugado en contra del desarrollo de campos petroleros de privados en México. Las compañías Shell y Qatar Energy son las últimas petroleras en oficializar ante la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) el abandono de proyectos de exploración que habían ganado en el golfo de México en las primeras rondas petroleras del sexenio pasado del presidente Enrique Peña Nieto. El órgano regulador ha autorizado la semana pasada a Shell y a su socio Qatar Energy a renunciar anticipadamente a cuatro áreas contractuales que le fueron adjudicadas en aguas profundas en el Estado de Tamaulipas.

Los bloques petroleros abarcaban una superficie de 2.000 kilómetros cuadrados cada una y se encuentran en etapa de exploración. Shell manifestó que tras perforar un pozo y realizar estudios tanto geológicos como geofísicos encontró recursos prospectivos limitados, con bajo espesor y calidad pobre de los yacimientos. “Es un área complicada geológicamente”, aseveró. La CNH llevará a cabo análisis técnicos adicionales para evaluar las oportunidades futuras en estas áreas y determinar si otras empresas podrían estar interesadas en su desarrollo.

Marco Oliver De la Cruz, integrante de la unidad jurídica de la CNH, indicó que en dos áreas ya se acreditó el cumplimiento de los compromisos de trabajo, por lo que no se establecerá una pena convencional. En los dos bloques restantes se está llevando a cabo la acreditación de unidades de trabajo, por lo que se dará seguimiento para determinar si será necesario imponer una sanción posterior. De acuerdo con el órgano regulador, la fecha efectiva de estos contratos data del 7 de mayo de 2018, todos bajo la modalidad de licencia con vigencia de 35 años y el próximo 25 de enero de 2024 se hará efectiva la devolución de los campos. Además, hace apenas una semana la petrolera británica cedió a la paraestatal, Petróleos Mexicanos (Pemex), el control operativo de un contrato de aguas profundas también en Tamaulipas. Así, la petrolera estatal se quedará con el 100% de la participación.

No es la primera vez que la renuncia a proyectos, en mayo pasado Shell abandonó anticipadamente dos contratos petroleros, también en aguas profundas, frente a las costas de Tabasco y Campeche. Por esta renuncia, la petrolera recibió una pena convencional de 732.000 dólares después de que la CNH resolvió que la compañía incumplió el programa mínimo de trabajo en este bloque petrolero. La empresa anglo-holandesa justificó ese abandono al no encontrar recursos comerciales en la zona.

El año de la desbandada

Este año es uno de los que más abandonos y renuncias de campos petroleros privados se han concretado, con una veintena de procedimientos, según los datos de la CNH. Entre las empresas que han renunciado a la totalidad de sus áreas contractuales se encuentran Equinor, Premier Oil, Chevron, China Offshore Oil, Repsol y BP Exploration. Las petroleras, que desembarcaron en 2014 en el país con la promesa de la apertura energética del Gobierno priista de Enrique Peña Nieto, ahora están reconsiderando su apuesta.

A la fecha, en México están vigentes 412 Asignaciones de Pemex Exploración y Producción y 108 contratos en los que participan empresas contratistas nacionales e internacionales, incluida Pemex, según las cifras de la Secretaría de Energía y de la CNH. México cuenta con 462 planes de exploración y desarrollo para la extracción aprobados y en operación, los que acumulan una inversión autorizada por 318.000 millones de dólares con vigencias hasta el 2054.

Susana Moline, asociada de la consultora energética Marcos y Asociados, explica que los contratos petroleros en México que actualmente están en producción son áreas con campos previamente descubiertos o campos maduros que ya estaban en producción. Los contratos de aguas profundas, que actualmente se encuentran en etapa de exploración, requieren aproximadamente ocho años en caso de éxito geológico para poder llegar a etapa de producción.

La especialista refiere que la industria privada ha cumplido en su mayoría con los compromisos establecidos en las licitaciones. Hasta el momento, hay 12 bloques en proceso de terminación anticipada, ya sea de forma parcial o total, y adicionalmente, 10 bloques han finalizado este proceso y están a la espera de la firma del convenio modificatorio correspondiente. “Estas renuncias son parte intrínseca del proceso de exploración y se alinean con las tendencias del mercado petrolero. Entre las razones que llevan a las petroleras a devolver bloques se encuentran las discrepancias entre las expectativas iniciales de producción y los resultados reales, así como el limitado éxito en las exploraciones”, refiere

Moline precisa que el deshacerse de estos bloques no implica necesariamente que las empresas estén abandonando operaciones, solo supone que los bloques no tienen los volúmenes comercialmente viables para su negocio. La experta advierte de que, si bien, el abandono de algunos bloques petroleros es común en el sector, es urgente que el Gobierno reactive las rondas petroleras para asignar nuevos campos a empresas privadas en México. “Este mercado ofrece oportunidades significativas debido a su potencial geológico. Sin embargo, Pemex carece de los recursos financieros y técnicos necesarios para aprovechar todos los recursos prospectivos en territorio nacional”, zanja.

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