Las incógnitas en la desaparición de cinco jóvenes en Lagos de Moreno: un secuestro, un video macabro y un coche en llamas
EL PAÍS reconstruye el caso que ha marcado al Estado de Jalisco en los últimos días a través de los testimonios de los familiares de los chicos y las informaciones oficiales
El mirador de San Miguel muestra la panorámica de Lagos de Moreno. Es viernes, 11 de agosto, uno de esos días de verano en los que los oscurece más tarde. Roberto Olmeda ha quedado en el lugar con cuatro de sus amigos de toda la vida: Dante Hernández, Jaime Adolfo Martínez, Diego Lara y Uriel Galván. Sin aún saberlo, esa reunión será lo último que sus familiares sabrán de ellos en varios días. Desde entonces, la información del caso ha estado marcada por la indignación de los padres, que buscan certezas entre las numerosas incógnitas; y por los lentos y confusos avances en las investigaciones, que apuntan a la violenta huella del crimen organizado en el caso a través de las fotografías de los jóvenes amordazados y los videos en los que se observan acuchillamientos y cuerpos ensangrentados tirados en el suelo.
El céntrico mirador es uno de los puntos de encuentro común de los cinco amigos, que tienen entre 19 y 22 años. Allí van de vez en cuando para hacer ejercicio y pasar el rato. Ese último viernes, Olmeda le mandó desde allí una foto a su hermano Miguel, mientras esperaba a que llegaran más amigos. Unas horas más tarde, otro de los chicos, Diego, contactó con su familia a las 22.55 para avisar que estaba volviendo a casa. Pero nunca regresó.
El padre de Uriel, Jaime Galván, trató de llamarle por teléfono en varias ocasiones, pero tampoco recibió respuesta. Las horas pasaban, y seguía sin haber señal de los chicos. El dolor comenzaba a aparecer entre las familias. “Desde anoche, nuestras vidas están sumidas en angustia”, contaba en redes Magalli, la hermana de Diego.
La desesperación de las familias por la falta de información les llevó a manifestarse el domingo ante las puertas del estadio JFV, en el que se celebraba la semifinal de la Copa Jalisco entre el Lagos de Moreno y el Teocaltiche. Protestaban por lo que consideraban una falta de interés por parte de la Fiscalía de Jalisco y exigían que aceleraran la búsqueda. El alcalde de la localidad, Teculi Hernández, trató de mostrar su apoyo en el lugar. “Voy a estar al pendiente todo el tiempo”, comentó entonces. Esa misma tarde, informó de que había comenzado a entablar comunicación con distintas instancias de seguridad para avanzar en las investigaciones. Los agentes del Ministerio Público comenzaron en ese momento el primer operativo. Habían pasado más de 24 horas sin noticias de los chicos.
Golpes y cuerpos ensangrentados
El lunes por la tarde, la Fiscalía encuentra el coche de Uriel cerca del mirador. Estaba aparcado y sin ningún daño. Esa madrugada, a las dos y media, les dan el aviso de que hay otro coche en llamas en la carretera que conecta Lagos de Moreno con el municipio de Encarnación de Díaz, conocido como La Chona, a la altura de una tienda llamada Nuevo Milenio. En la cajuela del vehículo se encontraba el cuerpo calcinado de una persona, de la que las autoridades no han dado detalles. El fiscal de Jalisco, Luis Joaquín Méndez, afirmó el martes que los restos se encuentran en estudio, con el fin de concretar la identidad.
Mientras la información oficial aparecía a cuentagotas, el martes empezaron a difundirse en redes sociales imágenes macabras. Por un lado, se filtró una fotografía en la que aparecían cinco jóvenes de rodillas, golpeados y amordazados, pero vivos. La desesperación de las familias se incrementa cuando sale a la luz un video de poco más de un minuto que muestra el terror: dos cuerpos, con playeras blancas, ensangrentados tirados en el suelo; al fondo de la imagen, uno de los chicos es obligado a golpear y acuchillar a otro, que está tendido en el suelo sin moverse. La fiscal especial en personas desaparecidas, Blanca J. Trujillo, afirmó que las familias vieron el contenido de las imágenes: “Nos comentan que, de manera preliminar, hay altas probabilidades de que los jóvenes que aparecen en la fotografía se tratan de sus familiares”.
Algunos de los padres han evitado ver esas crudas imágenes. El padre de Roberto, Armando Olmeda, es uno de ellos. Olmeda mantiene la esperanza de que su hijo regrese a casa. “Hay muchos videos que salen. No los he visto, no los he querido ver [...] No quiero lastimar mi mente. Quiero permanecer fuerte, porque tengo la esperanza de que va a venir”, expresaba el martes en entrevista con Ciro Gómez Leyva. Las autoridades han puesto esas imágenes en la carpeta de investigación, para tratar de detallar lo sucedido en los últimos días.
La huella del crimen organizado
La Fiscalía apunta, por los elementos recopilados en los últimos días, que el caso tiene la huella del crimen organizado. En uno de los 48 operativos realizados, los agentes catearon un domicilio en el que encontraron pruebas que podían estar relacionadas con la desaparición de los jóvenes: una motocicleta, armas largas (con sus respectivos cargadores), placas de vehículos robados y algunas bolsas con droga.
En el video difundido, aparece la leyenda “puro MZ”, acompañada por un emoticono alegre con sombrero. Las iniciales referencias a Ismael El Mayo Zambada, jefe del Cartel de Sinaloa. Los límites al norte del Estado de Jalisco se han convertido en un área castigada por la guerra entre el Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el de Sinaloa.
El general estratégico de Seguridad del Estado, Ricardo Sánchez, apuntaba a que la desaparición de los jóvenes era uno de los “hechos sin precedentes” que habían ocurrido en el territorio en las últimas semanas, junto a la desaparición de otras ocho personas relacionada a un centro de operaciones clandestino en el área metropolitana de Guadalajara o el registro de un ataque con explosivos improvisados. En los últimos meses, la polémica por las desapariciones también había dejado señas en el Estado, que cuenta con 14.078 desaparecidos, según las últimas cifras oficiales del 31 de julio. El municipio de Encarnación de Díaz –a unos 40 kilómetros de Lagos de Moreno– fue una de esas muestras entre los días 27 y 28 de julio, cuando desaparecieron cuatro mujeres, de las que hasta el momento no se sabe nada.
El gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, ha asegurado que el caso está “evidentemente” vinculado a la delincuencia organizada, y ha informado del despliegue de cientos de agentes por la región. ”Es un asunto de competencia federal, [pero] nosotros vamos a seguir haciendo lo que nos toca”, ha asegurado este lunes en sus redes. Alfaro estuvo envuelto en una polémica el pasado mes de julio, tras afirmar que suspendería cualquier procedimiento de búsqueda que surgiera de una denuncia anónima. El mandatario tomó la decisión después de que seis agentes de policía y de la Fiscalía murieran en Tlajomulco por un ataque con explosivos. “Está suspendido cualquier procedimiento que surja de una denuncia anónima, hasta que no tengamos un protocolo adecuado para responder a este tipo de circunstancias”, expuso en redes.
El caso de los jóvenes ha llegado este miércoles a Palacio Nacional, aunque no ha habido una respuesta formal. Preguntado por el tema, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, evitó hablar ello, al responder con un “no oigo” y un chiste.
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