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100 días después
Columna
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El vuelo en globo de la impunidad

La historia se repite y nada cambia 100 días después del accidente en Teotihuacán. Ni hubo un “gran problema”, ni se “chingó a todos”

Globo aerostático Teotihuacan
La canastilla incendiada del globo aeróstatico que se accidentó en Teotihuacán, el pasado 1 de abril.RR SS

Han pasado 100 días de la muerte de dos personas a bordo de un globo aerostático en la zona arqueológica de Teotihuacán. Las imágenes a todos nos llegaron a través de redes sociales. Había ocurrido la tragedia tres horas antes y el video ya circulaba por todos lados. Un globo azul con blanco llevaba una canastilla incendiada, se alcanzaban a escuchar los gritos de una persona, se veía a otra más caer, se oían los lamentos de los testigos en tierra que sacaron el celular para documentar el horror. Empezaron los rumores, la información a cuentagotas, por la tarde varios medios publicaban la fotografía en Facebook de la familia previa al despegue fatal, había dos sobrevivientes, y todos nos hacíamos la misma pregunta ¿cómo pasó?

El sábado 1 de abril de este año, la familia Nolasco Becerril celebraba el cumpleaños número 39 de la madre, Viridiana. Ella, su esposo José Edgar Nolasco y la hija de ambos, Regina Itzani abordaron un globo aerostático para sobrevolar la zona arqueológica de Teotihuacán, en el Estado de México.

El vuelo concluyó y al aterrizar, la canastilla comenzó a incendiarse, aparentemente por una fuga en el tanque de gas. Las llamas se convirtieron rápidamente en incendio, lo que hizo al globo elevarse de nuevo con todos a bordo: el piloto, Víctor Daniel ‘N’ (Guzmán Pérez) y los tres miembros de la familia. Todos, excepto el padre, se arrojaron fuera de la canastilla huyendo del fuego: primero el piloto (a una altura aproximada de cuatro metros); poco después la hija de la pareja y al final la madre, a unos 10 metros del suelo. José Edgar Nolasco Chávez, de 50 años, permaneció en el globo hasta su desplome minutos después, y murió.

Después de saltar, el piloto huyó del lugar. Con 90% del rostro quemado, llegó al hospital general de Tulancingo buscando ayuda médica, por lo que fue atendido y posteriormente detenido. Admitió que escapó porque no supo qué hacer, ya que no tenía capacitación para atender una emergencia. Pocos días después fue vinculado a proceso. Viridiana Becerril, la madre que festejaba su cumpleaños, murió por la caída y Regina, de 13 años, sobrevivió igual que el piloto, por haberse arrojado pronto de la canastilla. Sufrió dislocación de un hombro al caer y quemaduras en 4% de su cuerpo, pero tras ser atendida se recuperó sin daños físicos permanentes.

Hay algo que me llama la atención en el video publicado por EL PAÍS ese día se escuchan las voces de quienes parecen ser trabajadores también de una empresa de vuelos de globos aerostáticos. Del video que dura poco menos de tres minutos destaco dos momentos de quienes presencia el fatal accidente. El primero, exactamente al minuto 2:00, un testigo le pregunta al que tiene el celular en la mano “¿de dónde es ese globo?”, la respuesta que recibe inmediatamente sin titubeos es “de los piratas”, una tercera voz participa, “ahora va a haber un gran problema con todos” y el que graba le responde “sí, eso nos va a chingar a todos”. Al minuto 2:30 otra vez una de las voces insiste “va a haber grandes problemas, es de los piratitas” y le contesta quien graba “pues ojalá se pongan más estrictos para empezar a controlar”.

100 días después, nada de esto ha sucedido. El mismo día del accidente se supo que el globo incendiado pertenecía a una empresa irregular, Autocinema Retrovisor, que no contaba con los permisos oficiales para operar. La Federación de Globos Aerostáticos Teotihuacán (FEGAT) se apresuró a deslindarse de dicha empresa, señalando en un comunicado -firmado con los logotipos de las ocho empresas, no con el nombre de ningún representante formal- que no pertenece a su asociación, cuyas empresas “operan dentro de todos los marcos regulatorios (...) establecidos por la autoridad aeronáutica mexicana, la AFAC” (Agencia Federal de Aviación Civil).

A su vez, la AFAC, órgano desconcentrado de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, emitió al día siguiente un comunicado en el que aseguraba que ya se encontraba investigando el incidente, pero después no informó nada más, 100 días después sin una sola palabra. A una semana del incendio, la AFAC se presentó en San Juan Teotihuacán para inspeccionar las condiciones de las empresas “globeras” en un operativo, tras el cual los vuelos se redujeron a menos de la mitad, según el diario La Jornada. “La disminución se debió, en parte, a que muchos de los establecimientos que operan de manera clandestina se abstuvieron de ofrecer servicios por temor a que les impusieran sanciones”, dice la nota.

Y así nos lo confirmó un conductor de la empresa Aerodiverti, perteneciente a la FEGAT, que prefirió omitir su nombre. “Ahí siguen, nada más se fueron como un mes, mes y medio, pero ya regresaron”, dijo el chofer, que lleva a los pasajeros de su empresa desde el globopuerto hasta la zona de restaurantes, la Pirámide del Sol y de vuelta. Incluso confirmó que la empresa propietaria del globo incendiado permanece en la zona ofreciendo otros servicios turísticos y de entretenimiento, y si algún cliente les pide un vuelo en globo, buscan quién de las otras empresas se los puede ofrecer.

Durante los primeros días de abril se publicó en redes sociales el perfil del presunto propietario de Autocinema Retrovisor, Emmanuel Zaid Sánchez Vidal, con la exigencia de que no solo el piloto se responsabilice por las muertes de José Edgar y Viridiana, sino también el dueño de la empresa, que hasta la fecha no ha sido detenido.

Al buscar Autocinema Retrovisor en Google Maps, el primer resultado es... otra empresa de globos llamada ‘Elevaciones y vuelos en globo teotihuacan’ (sic), que también se anuncia dentro de la fanpage de ‘Vuelos Teotihuacán’ - cuyo dueño es Zaid Sánchez- y no solo tiene la misma ubicación (Cerrada Juárez 515, Barrio Purificación, Teotihuacán) sino que al acudir al lugar comprobamos que son las mismas instalaciones de Autocinema Retrovisor. Los empleados nos ofrecieron el mismo paquete (voladores, cine, camping, aves) y al preguntarles por el globo, dijeron que solo hacen “elevaciones” pero por el momento no las ofrecen, porque su único piloto está hospitalizado, dijo uno de ellos. De manera que, durante el recorrido que hicimos en la zona, pudimos confirmar que la empresa propietaria del globo incendiado sigue operando, solo suspendió los vuelos y elevaciones tras el accidente, pero no ha sido clausurada ni sancionada; el propietario no está disponible, pero ya tienen nuevos vehículos, de manera que planean continuar con esta actividad en el futuro.

Solicitamos una entrevista con AFAC para preguntarles sobre el accidente y sobre las medidas a tomar para controlar la clandestinidad en este gremio, pero solo nos enviaron una tarjeta informativa con exactamente el mismo contenido que un comunicado publicado el 30 de junio pasado, en el que asegura que Autocinema sigue sin operar y que ha realizado inspecciones a otras empresas. Hecho que es absolutamente falso, la empresa responsable de la tragedia ya opera en la zona dando otros servicios y con otro nombre.

También se solicitó su versión a la Fiscalía General, ya que la fiscalía del Estado de México nos indicó que les turnó la carpeta de investigación del accidente por tratarse de espacio aéreo; pero no obtuvimos respuesta. Asimismo, buscamos a la familia de Viridiana Becerril -quienes quedaron al cuidado de la niña Regina— pero no fue posible localizarlas.

La historia se repite y nada cambia, ni hubo un “gran problema”, ni se “chingó a todos” como adelantaban los que grababan el trágico momento en el video que circuló en redes sociales, bastó con cambiar el nombre, esperar otros 100 días seguramente y a volar.

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